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Fórum Monterrey
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 233 [2007-07-19]
 

El próximo 20 de septiembre dará inicio el Forúm Universal de las Culturas en Monterrey, Nuevo León. Un encuentro respaldado por la UNESCO y creado para convocar a las culturas de todo el mundo para facilitar el dialogo entre los pueblos, favaorecer la tolerancia, reunir lo diverso, pero sobre todo para ofrecer un foro de expresión y tolerancia. La proyección del encuentro es de dimensiones realmente impresionantes, por lo menos el que se realizó en 2004 en Barcelona lo fue y al parecer esté también lo será. Una de las peculiaridades más sobresalientes del que ahora se realizará es que añade el eje del conocimiento al de diversidad cultural, sustentabilidad y paz que fueron los temas a debate en Barcelona.

No obstante, los preparativos del Fórum, prácticamente desde que se clausuró el de Barcelona y se anunció que sería en Monterrey, han sido, por decir lo menos, sumamente accidentados. A las modificaciones irregulares en los protocolos para asumir la sede del encuentro ante la UNESCO, le siguió una lenta organización; luego, en mayo del año anterior, fue destituido el titular de la fundación encargada de la organización debido a malos manejos en el presupuesto. De hecho, ante las presiones de legisladores locales, miembros de la comisión especial del Fórum y de los medios, el ejecutivo estatal se vio obligado a ordenar una auditoria a la fundación.

Después, al final del año pasado y comienzos del actual, la posibilidad de que las obras de ingeniería no estuviesen concluidas en tiempo y forma para el comienzo del encuentro fueron otra fuente más de preocupación. No solamente se trataba de acondicionar el Parque Fundidora sino también de conectarlo con la Macroplaza a través de lo que ahora se le denomina Paseo Santa Lucía. A los problemas también se sumó la demora en resolver la agenda de cientos de invitados como ponentes, con el consiguiente acortamiento del plazo para lograr su aceptación y el previsible rechazo.

En tales condiciones, no había necesidad de difundir el encuentro, era de sobra conocido por sus problemas y las dificultades que enfrentaba. Como uno se podría imaginar, se estaba ante un panorama organizativo y logístico nada promisorio para iniciar el Fórum y cumplir con los compromisos.

Es evidente que en un encuentro de grandes proporciones la organización siempre tiene su lado complicado, pero también cabe reconocer que la incertidumbre por el posible desenvolvimiento y varios de los factores disruptivos se pudieron evitar. En fin, es difícil saber si los obstáculos ya fueron superados o qué ha ocurrido, lo que es cierto es que ya está el programa de Fórum y la fecha se acerca.

En el programa sorprenden las cifras que presenta, son ocho semanas en las que concentran cientos de actividades, entre diálogos, encuentros, talleres, exposiciones, etcétera. Aunque también sorprende el error ortográfico en el primer párrafo del programa impreso y el escaso número de figuras públicas internacionales, entre las cuales el programa destaca a Mario Molina, Mario Vargas Llosa, Adolfo Pérez Esquivel, Samuel Ruiz, Michel Wieviorka o Ignacio Ramonet, entre otros.

Los diálogos del Fórum, eje central del encuentro, están organizados en 12 líneas temáticas y en los que se distribuirán casi medio millar de ponentes: paz y espiritualidad; educación; ciencia y tecnología; ciudades y población; recursos naturales; desarrollo basado en el conocimiento; cultura de la salud y calidad de vida; gobernabilidad y participación; derechos humanos y justicia; identidad y diversidad; políticas culturales; y comunicación.

En lo que concierne al contenido de las líneas de educación y de ciencia y tecnología, el programa solamente indica generalidades (se analizarán los grandes retos y se reflexionará sobre su importancia para alcanzar la equidad y el desarrollo sustentable, por ejemplo) que no permiten anticipar demasiado sobre lo que podría encontrar. Todavía menos claro es la forma y relevancia que tiene el tema del “conocimiento” en el Fórum al incorporarlo por primera vez en un foro de estas características.

Monterrey ha avanzando de forma sostenida en las últimas décadas, tanto en el terreno económico como en el educativo y cultural. Hace un par de años el gobernador y los rectores de las principales universidades de la entidad se plantearon el propósito de convertirla en una “ciudad del conocimiento”. Seguramente los resultados del Fórum serán un indicador de las posibilidades y límites que tiene en el presente.


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