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Copaes y la calidad universitaria
Armando Alcántara Santuario
Campus Milenio Núm 54, pp.8 [2003-10-23]
 

Es importante abordar el análisis de los criterios e indicadores de calidad para la educación superior que en los últimos años han propuesto diversas organizaciones nacionales e internacionales. Toca el turno al Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes). Creado a fines del año 2000, este organismo tiene como objetivo reconocer formalmente a instituciones (llamadas organismos acreditadores) cuyo fin sea “acreditar programas académicos de educación superior que ofrezcan entidades públicas y particulares, previa valoración de su capacidad organizativa, técnica y operativa, de sus marcos de evaluación para la acreditación de programas académicos, de la administración de sus procedimientos y de la imparcialidad del mismo”. En este sentido, el Copaes, como asociación civil, contribuye al aseguramiento de la calidad de los programas antes mencionados que se ofrecen en las instituciones de educación superior del país.

Dentro del Marco General para la Acreditación de Programas Académicos que el Copaes ha establecido, se considera que la acreditación es un reconocimiento público otorgado por un organismo acreditador, no gubernamental y sancionado públicamente por el Coapes, en tanto que cumple con determinados criterios, indicadores y parámetros de calidad en su estructura, organización y funcionamiento, insumo, procesos de enseñanza, servicios y resultados. Un programa de esta índole tiene pertinencia social.

Asimismo, el proceso de acreditación se caracteriza por ser voluntario, integral, objetivo (justo y transparente), externo, producto del trabajo colegiado de expertos en el terreno de la evaluación, ético y responsable, temporal (la validez de la acreditación se otorga por un tiempo determinado) y confiable. El proceso de acreditación consta de varias etapas, que van desde la solicitud de acreditación hasta el dictamen final, pasando por el examen del cumplimiento de condiciones para iniciar el proceso en cuestión, la autoevaluación y la evaluación del organismo acreditador correspondiente. Se contempla también la posibilidad de recurrir a un mecanismo de revisión cuando la institución esté en desacuerdo con el dictamen final.

Para el Copaes la calidad de un programa académico la determina un conjunto de elementos entre los cuales se encuentran: contar con un adecuado equilibrio entre profesores con cierta antigüedad en el programa y otros de reciente incorporación, todos ellos con aceptables niveles de habilitación, tiempo de dedicación y distribución de cargas académicas. Es deseable que el personal académico posea experiencia en las actividades profesionales e, incluso, que exista una adecuada relación de éstas con la docencia.

Asimismo, es fundamental la producción de material didáctico, la producción de libros y artículos científicos publicados en revistas arbitradas. El currículum debe ser actualizado y pertinente, que explicite y desarrolle la conducción del proceso enseñanza-aprendizaje, la investigación y difusión de la cultura y sea sujeto a revisiones periódicas. Que el programa muestre altas tasas de eficiencia terminal, retención de alumnos, egreso y titulación; que cuente con servicios eficientes y oportunos para la atención individual y grupal de estudiantes. Es necesario que existan procesos, mecanismos e instrumentos adecuados para la evaluación de los aprendizajes alcanzados en función del currículum.

Es preciso también que haya una infraestructura de apoyo al trabajo académico de profesores y alumnos moderna, disponible, suficiente y equipada. Además, que exista un programa institucional de servicio social, pertinente y rigurosamente sustentado, articulado al programa académico y a su entorno. Deben tenerse resultados evidentes del seguimiento de egresados con pruebas de que los titulados sean ampliamente aceptados en el mercado laboral. Se requiere también contar con sistemas eficientes de conducción, gestión, administración y financiamiento. Finalmente, los programas deberán tener instrumentos jurídicos actualizados, suficientes y coherentes.

Toda esta colección de factores constituye hasta ahora una de los propuestas más elaboradas y completas para evaluar la calidad de los programas académicos.

Hace unas semanas apareció en los principales diarios el resultado del ejercicio de evaluación realizado por los distintos organismos acreditadores.

Varias de las instituciones reconocidas han utilizado esta certificación para llamar la atención del publico acerca de la calidad de sus programas y atraer así a los potenciales estudiantes a que se inscriban en ellos.

Es de esperar que estos procesos de acreditación por parte de organismos independientes siga realizándose de manera transparente y se consoliden como un instrumento efectivo para garantizar la calidad de los servicios educativos que ofrecen tanto las instituciones públicas como las privadas. También sería deseable que el Copaes continuara evaluando con rigurosidad y transparencia a los organismos evaluadores para que la acreditación sea un proceso académicamente inobjetable.


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