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El Instituto Nacional de Medicina Genómica
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 80 [2004-05-13]
 

El pasado 29 de abril quedó aprobada la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen). Este instituto se encargará de la “regulación, promoción, fomento y práctica de la investigación y aplicación médica del conocimiento sobre del genoma humano” (fracción V bis al artículo 5 de la Ley de los Institutos Nacionales de Salud) y seguramente será hasta el próximo año cuando se den los primeros pasos para darle forma y estructura a esta nueva institución.

El recorrido de la iniciativa mostró un complicado proceso legislativo, dos posiciones sobre la investigación y la creciente importancia de los legisladores en el diseño de las políticas.

En diciembre del año pasado los diputados aprobaron –la Cámara de origen de la iniciativa- la creación del Inmegen y el proyecto pasó a la Cámara de Senadores para su ratificación o rectificación. En estas mismas páginas comentamos los términos en los cuales fue aprobado y las críticas que recibió (Campus MILENIO 25/03/04), sobre todo porque incluía la prohibición expresa de investigar con células troncales humanas de embriones vivos o con las obtenidas por trasplante nuclear.

Los senadores modificaron el proyecto en su sesión del pasado 27 de abril. Un nuevo dictamen fue formulado y rectificó en tres aspectos fundamentales: la limitación sobre la investigación con células troncales, la previsión de recursos financieros para la nueva institución y la composición de la junta directiva del Inmegen.

Sobre el primer aspecto, el dictamen señaló que la medicina genómica no tenía “que ver con la clonación humana, con la manipulación de embriones, ni con la manipulación de células madre ni con la reproducción asistida”, por lo que estimó necesario retirar la prohibición de investigación que se establecía en el proyecto original (artículo 7 bis de la Ley de Institutos de Salud).

En cuanto a la provisión de recursos para el nuevo instituto, un artículo transitorio del proyecto original indicaba que los recursos deberían ser incorporados al presupuesto de Egresos de la Federación de 2004. Obviamente, señaló el dictamen de los senadores, esto no era posible debido a que el presupuesto fue aprobado en diciembre del año anterior, tiene carácter de ley y no se consideró ninguna partida para esta nueva institución. Los senadores simplemente sugirieron que las secretarías de Hacienda y de Salud y el Consejo nacional de Ciencia y Tecnología tendrían que hacer las previsiones para la operación del Inmegen.

En torno a la composición de la Junta de Gobierno del Inmegen, sencillamente se retiró la pretensión de que un legislador formara parte de ese órgano, como lo sugería en artículo transitorio la iniciativa de los diputados. Como lo indicaron los senadores es incompatible que un legislador realice funciones en el ámbito de competencia del Ejecutivo federal.

Pero el debate en el pleno del Senado no fue tan fácil de resolver. El Partido Acción Nacional se opuso a que se retirara la prohibición de investigar con células troncales y sugirió conservar la redacción de los diputados, argumentando que en sus principios como partido está la defensa de la vida y, por tanto, no estaban de acuerdo con la experimentación con células troncales.

La otra posición, representada por el resto de las fracciones parlamentarias, destacó que el debate no está en si debe permitirse la clonación confines reproductivos –la misma ONU recomendó una suspensión-, pero tampoco de establecer limitaciones a priori a la actividad de investigación en un instituto que no tiene esa finalidad. Esta última posición resultó con mayoría de votos (60 a favor y 39 en contra) y se retiró la prohibición original.

El proyecto nuevamente fue regresado a la Cámara de Diputados, la Cámara de origen, y en la última sesión del periodo ordinario de sesiones fue discutido y aprobado. Al igual que en la Cámara de Senadores, los desacuerdos entre el Partido Acción Nacional y el resto de las fracciones se reiteraron.

Al final, después de un accidentado debate legislativo en el cual se intentó suspender la discusión del dictamen y diferentes interrupciones a los oradores, el proyecto quedó aprobado como lo propusieron los senadores (una votación 239 votos a favor, 140 en contra y 31 abstenciones).

La creación del Inmegen, con las modificaciones que se le hicieron, muestra la creciente influencia de los legisladores. Por una parte, es claro que los legisladores fueron sensibles a los reclamos de grupos organizados de científicos que solicitaron no establecer prohibiciones a la actividad de investigación, pero también que el Congreso es una de las instancias con un poder patente para regular la investigación que podría o no haber hecho caso a los científicos. Tampoco es para extrañarse, legislar es precisamente su actividad; aunque no sucedía así en el pasado.

Por otro, desde que la composición parlamentaria se ha modificado para dar cabida a un mayor número de fuerzas políticas en el Congreso, y también desde que se modificó la relación entre el Poder Ejecutivo federal y el Legislativo, este último se ha afianzado como un poder autónomo con capacidad para impulsar iniciativas.

El asunto es que persiste cierto deterioro en la imagen pública de los legisladores, no sin razón, y escepticismo sobre su capacidad para ponerse de acuerdo, como ha quedado demostrado con la aprobación anual del gasto público e iniciativas trascendentes para el futuro de la nación. ¿Cuánto deberemos aguardar?


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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