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Ajedrez político de la evaluación
Armando Alcántara Santuario
Campus Milenio Núm 116, pp.6 [2005-02-10]
 

El Seminario de Educación Superior de la UNAM, algunos de cuyos integrantes son colaboradores regulares de campusMILENIO, ha publicado La academia en jaque un conjunto de reflexiones y análisis acerca de la evaluación, tema de enorme actualidad en el estudio y desarrollo de la educación superior. Hoy se evalúa casi todo: estudiantes, académicos, instituciones, planes y programas de estudio.

La evaluación también constituye una parte fundamental de las actuales políticas públicas en los diversos niveles del sistema educativo nacional. Los trabajos que componen el libro se enfocan al análisis de sus distintos aspectos y elementos. De esa manera, en el capítulo titulado “Ruptura de la institucionalidad universitaria”, Herlinda Suárez y Humberto Muñoz examinan cuatro de los efectos desinstitucionalizantes debidos a la operación de los mecanismos de evaluación estímulos al trabajo en las universidades públicas: el anclaje salarial y la elevación selectiva de los ingresos; el desarraigo de identidades y recursos; la desmovilización política de la academia, y la merma en la capacidad de gestión del cambio institucional.

Suárez y Muñoz concluyen señalando que la evaluación –enfocada al servicio de la academia- podría utilizarse para crear una nueva institucionalidad y reforzar la vida académica. Asimismo, consideran que las universidades públicas deberían ampliar sus vínculos con el medio social que les rodea, contribuir a resolver los problemas de la producción y emplear el conocimiento en beneficio de toda la sociedad.

Por su parte, las contribuciones de Imanol Ordorika y Adrián Acosta se enfocan, en sendos capítulos, a la revisión crítica de los programas de incentivos económicos asociados al desempeño de y la productividad en las universidades públicas.

Tomando como sasos específicos los de las universidades más grandes del país –la Universidad Autónoma Nacional de México y la Universidad de Guadalajara, respectivamente-, cada uno de los autores destaca, por un lado, las características del pago por mérito en las universidades mexicanas, en tanto derivaciones de la adopción de ideologías y prácticas de mercado. Por otro, se destacan los efectos de los sistemas de remuneración adicional en las prácticas académicas y la desnaturalización del trabajo de profesores e investigadores.

En ambos trabajos, los autores coinciden en que los programas de pago al desempeño han permitido la existencia de bajos salarios base para los académicos, los cuales no han tenido otra alternativa que aceptar una forma de “soborno” representada por las beca de incentivos que constituyen la mayor parte de sus ingresos.

Una pregunta muy provocadora es la que se plantea en el capítulo elaborado por Estela Bensimon y Georgia Barman, ¿aprenden las universidades de la rendición de cuentas? Para responderla, las autoras reportan los hallazgos de una investigación realizada en la UNAM acerca del grado como la información recopilada por los informes de actividades de las dependencias y los académicos es utilizada para mejorar el desarrollo institucional. Su conclusión es que lo obtenido por los diversos instrumentos de evaluación no se ha traducido en procesos efectivos de aprendizaje organizacional.

En otro capítulo, las tendencias y disyuntivas del posgrado son el objeto del examen realizado por Armando Alcántara y Alejandro Canales. Después de revisar el surgimiento –más bien tardío- de ese nivel de estudios en América Latina y en México, destacan su crecimiento en los últimos tres lustros. Subrayan también que el inicio de las prácticas evaluatorias del posgrado en los años noventa se dio en el contexto de las políticas de evaluación de la educación superior en el país.

Asimismo, pasan revista a las iniciativas recientes realizadas por la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para elevar la calidad de los programas, así como para fortalecer la desconcentración geográfica, institucional y por áreas de conocimiento.

El crecimiento, sobre todo en el doctorado, siguió siendo insuficiente y persistió su concentración regional e institucional. Asimismo, los apoyos se concentraron en instituciones con programas consolidados y se desalentó a los que contaban con una orientación profesionalizante.

En otro trabajo realzado por Humberto Muñoz y Herlinda Suárez se analiza la información proveniente del Sistema Nacional de Investigadores para mostrar cómo este sistema de estímulos no ha logrado evitar que se reproduzcan y agudicen la centralización y la desigualdad en la distribución de investigadores y recursos financieros para la investigación científica y tecnológica en México.

En penúltimo capítulo, Roberto Rodríguez observa que en años recientes la acreditación de programas e instituciones de educación superior ha sido un eje fundamental en la transformación cualitativa de las universidades a nivel mundial. Se la ha utilizado como mecanismo para asegurar la calidad educativa en tanto evidencia de lo eficaz que pueden ser las instituciones públicas e instrumento para supervisar las actividades del sector privado.

También se revisan los orígenes de la acreditación en Estados Unidos y el auge que actualmente tiene en Europa, así como su uso cada vez más extendido en América Latina.

Además, examina las interacciones que realizan los actores involucrados: los organismos privados, las agencias gubernamentales y los gremios profesionales. Rodríguez considera que si bien la acreditación requiere de diseños e instrumentos complejos y precisos, el trabajo técnico de su realización no puede reemplazar la tarea política de concertación de intereses y voluntades.

Finalmente, Ángel Díaz Barriga reflexiona en torno a los retos de la evaluación educativa considera como disciplina y las prácticas que la misma genera. En este ensayo, el autor resalta la necesidad de identificar una estrategia que permita la evaluación de la educación superior en América Latina de acuerdo con sus necesidades particulares. Es decir, se trata de la construcción de un modelo que reconozca el papel que dio nivel educativo habrá de jugar en las condiciones de las sociedades latinoamericanas.

Esta apretada síntesis de lo contenido en el libro permite vislumbrar que La academia en jaque constituye una importante contribución al debate que en la actualidad se lleva a cabo respecto aun componente clave de las políticas públicas que buscan orientar la educación superior hacia prácticas individuales institucionales.

Para nadie es desconocido que la evaluación está provocando grandes e inéditos cambios y desafíos en las actividades académicas de las instituciones universitarias. La lectura de este esfuerzo colectivo permitirá comprobarlo o desmentirlo.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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