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El conocimiento tácito y los cambios en el empleo
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 122 [2005-03-31]
 

Según el investigador y jefe de la unidad de fuerza laboral del Instituto Tecnológico de Massachusetts, David DeLong, en los Estados Unidos, en la próxima década, se estarán jubilando millones de personas de la generación de la posguerra y las empresas no están preparadas para ese retiro. La advertencia no se debe a la inexistencia de una nueva fuerza de trabajo que pudiera hacerse cargo, sino porque los que se van son trabajadores con amplia experiencia y conocimientos que no los compartirán con sus eventuales relevos.

En entrevista con la revista Fortune (www.fortune.com) el investigador destaca que, a pesar de que la pérdida de conocimiento con la jubilación no es asunto novedoso, la diferencia es que los actuales empleos se han vuelto más especializados y complejos debido a los avances tecnológicos de las últimas décadas y las personas que se retiran se llevan consigo nuevos tipos de conocimiento que no existían hace una generación.

El problema se presenta a pesar de que las personas ahora prolongan más su vida laboral -casi siempre por razones económicas- y el retiro puede no ser una opción a elegir, dado que los empleos de puestos fijos cada vez son más escasos y es frecuente la alta movilidad de trabajadores entre compañías.

DeLong publicó en septiembre del año pasado un libro en el que plantea los retos que enfrentarán las compañías y sugiere algunas alternativas para diseñar y evaluar estrategias de retención de conocimiento (Lost Knowledge: Confronting the Threat of an Aging Workforce). Al parecer uno de los aspectos centrales se refiere a la transferencia de conocimiento tácito. En el debate sobre la productividad laboral y los nuevos requerimientos del empleo, ha cobrado especial relevancia la distinción entre conocimiento tácito y conocimiento explícito (o codificado). El primero se refiere básicamente a los conocimientos y saberes prácticos adquiridos a lo largo del tiempo, mientras que el segundo es el que puede ser cuantificado, organizado y descrito para su transmisión; aquel que está codificado y se puede almacenar.

La estrategia dirigida al apoyo de jóvenes emprendedores, como la que se plantea en el convenio recientemente firmado por diferentes dependencias gubernamentales en México, se ha desarrollado en la última década en diferentes países de la región, entre otros en Argentina, Chile, Colombia, Perú y ahora México. Según Jaramillo, existen algunas dificultades para ponerla en marcha en gran escala para que realmente sea una solución al desempleo juvenil: no todos los jóvenes tienen la disposición o quieren participar; requiere una capacitación y una asistencia personalizada; la inversión de capital es muy alta y también muy riesgosa. De cualquier forma, ojalá que no se apueste a esta opción como única vía de solución al desempleo.

A pesar de que el trabajo del investigador del Tecnológico de Massachusetts está orientado a las grandes compañías, muchas de ellas transnacionales y fuertemente competitivas, y se refiere a la sociedad estadounidense, de todas formas expresa las grandes transformaciones en los mercados laborales. Un proceso que se aprecia en las distintas regiones y reviste diferentes características.

El tema es importante porque actualmente, a diferencia del pasado, la llamada experiencia laboral ha dado paso a una discusión y a un acercamiento más sistemático de lo que significa e implica el conocimiento adquirido en el trabajo, en la acumulación de saberes prácticos, en la relación con los pares; en lo que se conoce como aprendizaje situado.

En el debate sobre los cambios recientes en las actividades laborales se ha expresado con reiterada frecuencia que resultaría favorecida la mano de obra más calificada, en virtud de los avances tecnológicos y la competencia en los mercados. Sin embargo, cabe advertir que los cambios no se han registrado en todas las empresas por igual ni en todas las regiones, solamente en segmentos muy localizados de empresas y en ciertos países.

En América Latina, como lo destacó el informe del año pasado de la CEPAL (La Juventud en Iberoamérica. Tendencias y urgencias), se había previsto que los jóvenes tendrían una mayor flexibilidad y adaptación, en correspondencia con las nuevas demandas laborales, a diferencia de los adultos acostumbrados a los empleos fijos y a la estabilidad laboral. Pero los jóvenes, a pesar de contar con un mayor nivel de escolaridad que las generaciones que los precedieron, generalmente se encuentran en el desempleo o en el subempleo y los que logran ocuparse generalmente lo hacen en empleos sumamente precarios, con bajas remuneraciones, una alta inestabilidad laboral y sin contrato de por medio.

Parece necesario una exploración y una comprensión más detallada de lo que está ocurriendo en el mercado de trabajo, de los conocimientos que provee la escuela y de la relación entre ambos. Un problema que no sólo es de algunas empresas o de los países desarrollados. La relación entre educación y trabajo es una de las preocupaciones de la Red de Educación, Trabajo, Inserción Social-América Latina (RedEtis), un proyecto del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de UNESCO que intenta responder al complicado asunto de la formación para un mundo del trabajo incierto y cambiante, así como dedicarse a la búsqueda de alternativas educativas y laborales para quienes se encuentran al margen del desarrollo. La Red edita una serie titulada "Tendencias y Debates" en la que se analizan temas relevantes para sus propósitos; a la fecha ha publicado tres volúmenes (www.redetis.org.ar).


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