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Los técnicos y los licenciados
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 427 [2011-08-18]
 

En una ceremonia protocolaria que tuvo lugar la semana pasada, el presidente Felipe Calderón entregó diplomas a la primera generación de ingenieros de las universidades tecnológicas (UT). Sin duda, un logro para los jóvenes egresados y sus familias, aunque las cifras aportadas por las autoridades no cuadran del todo y siguen siendo modestas.

Hace dos décadas, según el modelo francés de los institutos universitarios de tecnología, con la idea de impulsar estudios cortos de nivel superior y de alentar los estudios técnicos más que los propiamente universitarios, se instauraron las primeras UT en el país (Neza, Aguascalientes y Tula-Tepeji).

Al inicio, las UT solamente impartían programas de dos años de duración, los cuales corresponden al nivel 5B2 de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación (CINE) de la UNESCO; la formación conducía a la obtención del título de técnico superior universitario.

Las instituciones de tipo tecnológico buscaron acercarse a regiones que carecían de oferta educativa de nivel superior, por medio de una veintena de carreras técnicas y con una orientación curricular de tipo práctico (un tercio del currículum era teórico). El diseño de las instituciones estaba pensado para albergar entre 2 mil y 4 mil estudiantes. Sin embargo, a la fecha no logran utilizar su capacidad instalada.

El volumen de estudiantes ha crecido poco a poco: de medio millar a alrededor de 100 mil, pero todavía sin alcanzar los grandes números. Al concluir el sexenio anterior, existían 60 instituciones de este tipo, diseminadas en 26 entidades federativas; la matrícula era de casi 63 mil alumnos. En ese entonces, representaba 2.5 por ciento de la matrícula total.

La actual administración decidió ampliar la formación al nivel licenciatura en las UT, sobre todo por la presión contenida de los egresados de las éstas, que deseaban continuar su formación una vez concluidos sus estudios de técnico superior y en cuyas opciones no figuraban las universidades politécnicas o institutos tecnológicos.

En el ciclo escolar 2009-2010, por primera vez una buena parte del total de las UT ofrecieron alrededor de 30 nuevas carreras de licenciatura, principalmente en el campo de las ingenierías. A partir de esa fecha, los técnicos egresados que cursan cinco cuatrimestres más, obtienen su título de licenciatura.

De acuerdo con la información proporcionada en la ceremonia de graduación por el secretario de Educación, Alonso Lujambio, 45 por ciento de los técnicos superiores que egresaron en 2009 —más algunos de generaciones anteriores— decidieron optar por la nueva modalidad de continuar sus estudios de licenciatura.

Esto es, casi la mitad de los egresados de las UT optaron por seguir estudiando, es una proporción significativa que ilustra cierta necesidad y demanda de los alumnos de estas instituciones. Desde luego, debe celebrarse el ánimo y la capacidad de superación de los jóvenes, pero también se puede advertir que quizá el título de técnico superior todavía resulta insuficiente para un elusivo mercado laboral; o bien, la necesidad de una prolongación de la escolaridad ante las dificultades de encontrar empleo, lo mismo que un alto aprecio por el título de licenciado, en comparación con el de técnico, sea por razones culturales o por las que sean.

En la ceremonia, el titular de la SEP señaló: “considerando a esta primera generación de ingenieros de las universidades tecnológicas, en el ciclo 2010-2011 egresaron alrededor de 116 mil nuevos ingenieros y técnicos superiores universitarios, 101 mil 500 ingenieros (sic) y 14 mil 500 técnicos superiores en áreas de tecnología” (versión estenográfica).

Seguramente, por la emotividad del acto y para resaltar el alto volumen de estudiantes en el área tecnológica, así como la importancia de los estudios de ingeniería en las UT, el secretario de Educación cometió el equívoco de invertir denominaciones y las proporciones entre técnicos e ingenieros.

Tal vez las cifras de la autoridad educativa se refieran a que, en total, en el reciente ciclo escolar estaban matriculados 116 mil jóvenes en las UT, y de ellos 101 mil estaban inscritos en el nivel de técnico superior y el resto como ingenieros (no al revés).

Además, obviamente, no se trata de 116 mil egresados de las universidades tecnológicas —ojalá lo fueran—, sino de inscritos. La matrícula incluye los de primer ingreso y reingreso; los egresados representan alrededor de una cuarta parte del total.

Desafortunadamente, las estadísticas más generales de las universidades tecnológicas no están actualizadas ni públicamente disponibles; ni pensar en indicadores más desagregados. Las estadísticas de la ANUIES indican que la matrícula total de técnicos superiores universitarios en el ciclo 2008-2009 era de 91 mil 530 alumnos (la matrícula en las UT en el mismo ciclo era de 79 mil 841). La participación relativa de los técnicos superiores en la matrícula nacional avanzó un punto porcentual respecto del final del sexenio anterior. Todavía poco y ahora con tendencia a obtener la licenciatura.


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