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Las incertidumbres de la internacionalización
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm. 500 [2013-02-28]
 

A partir del sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), el Estado mexicano optó por una vertiente de desarrollo nacional centrada en el estímulo a la iniciativa privada local, la apertura comercial y la participación de la economía del país en los circuitos de la globalización. En este periodo presidencial, el número de empresas paraestatales se redujo de más de un millar de organismos al inicio del sexenio a menos de quinientas en el último año. En 1986 México fue aceptado como país miembro del Acuerdo General de Comercio y Aranceles, el GATT y, con ello, se abrió la vía para la incorporación del país a los flujos de capital y comercio alineados al esquema del libre comercio internacional.

La presidencia sucesiva, encabezada por Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) profundizó los trazos de política económica apuntados. La desincorporación de empresas en manos del sector público prosiguió haciendo que, al final del sexenio, se conservaran en la órbita del Estado menos de doscientas organizaciones de producción y servicios. La privatización de Teléfonos de México, así como la del sector bancario y financiero nacional, ambas en 1990, representaron hitos de especial relieve en el proceso. La negociación y firma del Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, que entró en vigor en 1994, expresó contundentemente la opción gubernamental por avanzar en la ruta del comercio internacional. En su momento el TLCAN fue apreciado en la comunidad internacional como un auténtico paradigma de los posibles alcances del libre comercio ya que incluía, entre otros aspectos novedosos, la apertura del sector servicios, incluso la educación, así como posibilidades para la regulación del libre tránsito de profesionistas en la región trinacional.

En la presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) fueron suscritos diez tratados de libre comercio adicionales al TLCAN, el más importante el firmado con la Unión Europea. Al final del sexenio se indicaba la participación de México con más de treinta países en esquemas de libre comercio. En congruencia con lo anterior, la representación mexicana en la Organización Mundial de Comercio (OMC) fue una de las más activas en favorecer y fomentar la desregulación del comercio internacional. En el contexto nacional, la presidencia de Zedillo se caracterizó, asimismo, por favorecer con todos los instrumentos a su alcance la consolidación del sector privado, nacional y transnacional, como principal agente del desarrollo nacional.

Estos lineamientos de política económica no fueron modificados sino, en todo caso, adaptados a las circunstancias, por los presidentes emanados del Partido Acción Nacional, Vicente Fox Quezada (2000-2006) y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). En ambos periodos presidenciales se sostuvo la línea de apertura al libre comercio internacional, y la estrategia de atraer capital foráneo en sus diversas modalidades. Por razones de la coyuntura internacional el periodo de Fox Quezada resultó más exitoso en ambos aspectos, pero la política económica de Calderón no dio lugar a ninguna alternativa en el área de política económica internacional, más bien al contrario.

México se incorporó al Mecanismo de Cooperación Asia-Pacífico (ASEAN) al inicio de la década noventa y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 1994. Además ha participado protagónicamente en las Cumbres de la Organización de Estados Iberoamericanos desde su constitución en 1998 y en todas las reuniones cumbre de la cooperación entre la Unión Europea y los estados de América Latina y el Caribe, desde la primera en 1999.

Internacionalización de la educación superior como política pública

En virtud del planteamiento e implementación de las políticas favorables a la apertura comercial, así como de la participación de México en organismos multilaterales y diversos foros de cooperación internacional, no es de extrañar que desde hace décadas los planes, programas e instrumentos para el desarrollo de distintas vertientes de internacionalización de la educación superior del país se hallan incluido en todos los programas sectoriales del sector educativo de la administración pública federal.

Además de la formulación general de la perspectiva internacional como una de las vertientes de desarrollo del sistema, que está presente desde el sexenio de Salinas de Gortari en todos los programas del sector educativo, varias opciones han sido atendidas.

Desde el inicio de la década de los años noventa, la perspectiva de suscribir el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), desencadenó un proceso de diagnóstico y propuestas enfocado a buscar coherencia entre las estructuras curriculares, los requisitos de titulación y los procedimientos de certificación y aseguramiento de la calidad profesional en las áreas profesionales consideradas en el tratado: actuaría, agronomía, arquitectura, contaduría, derecho, enfermería, farmacia, ingeniería, medicina, medicina veterinaria y zootecnia, odontología y psicología. En 1994, poco después de la firma del TLCAN, se instalaron los Comités Mexicanos para la Práctica Internacional, los COMPI, correspondientes a dichas áreas. Aunque los resultados del trabajo de los COMPI a la fecha son bastante heterogéneos, su experiencia y trayectoria representan un recurso de gran valor para ponderar nuevas opciones en torno al propósito de la internacionalización curricular.

El Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP), promovido conjuntamente por la Secretaría de Educación Pública y la ANUIES inició actividades en 1996. A partir de 1998 se inició el subprograma correspondiente al otorgamiento de becas para mejorar el nivel de habilitación del personal académico de tiempo completo. De 1998 a 2010 se aprobaron 7,415 becas, de las cuales más de tres mil para estudios de posgrado en el extranjero, de manera dvestacada a universidades de España, Estados Unidos, Cuba, Brasil y varios países de Europa. En este sentido, el PROMEP ha fungido como una vertiente de internacionalización académica relevante.

En 2004, en el marco de la cooperación entre la Unión Europea y la región latinoamericana, dio inicio el Proyecto ALFA-Tuning, que buscaba adaptar al contexto regional la metodología de trabajo establecida por la iniciativa Tuning-Europa con el objetivo de armonizar los planes y programas de estudio, así como los esquemas de evaluación, de diversas disciplinas profesionales a partir del enfoque curricular basado en competencias. El programa latinoamericano del periodo 2004-2007 incluyó a las carreras de administración de empresas, arquitectura, derecho, educación, enfermería, física, geología, historia, ingeniería civil, matemáticas, medicina, y química. En éste participaron grupos de 17 universidades públicas mexicanas y una particular, así como representantes de la Subsecretaría de Educación Superior y la ANUIES. El proyecto se renovó para el periodo 2011-2013 con la adición de las disciplinas de agronomía, ciencias sociales e informática. Aunque esta iniciativa es de carácter exploratorio y propositivo, es decir los acuerdos en torno a la definición de competencias por campo disciplinar no son vinculantes, el espacio de interacción internacional abierto sin duda es relevante como experiencia a considerar en el planteamiento de alternativas de internacionalización del currículum.

Por último, la red de tratados internacionales, abrió múltiples posibilidades de intercambio académico, científico y tecnológico, cuyo ordenamiento, articulación y difusión se ubicó en calidad de una renovada plataforma de proyección internacional de la educación superior y la investigación científica del país.

Resultados hasta cierto punto paradójicos

Las estadísticas que dan cuenta de la cantidad de mexicanos que tienen acceso a estudios superiores en países del extranjero muestran que la dinámica de internacionalización debida a esta vertiente ha sido mucho menor a que se esperaría en virtud de la importancia asignada al tema desde el discurso oficial.

Como se muestra en los cuadros anexos, la cantidad de mexicanos en programas de educación superior de Estados Unidos y España, incluyendo licenciaturas y posgrados) manifiesta más bien una tendencia de estabilidad que de crecimiento. Si se considera la estadística relativa a la proporción de mexicanos en los flujos de ingreso en ambos países entonces los datos indican una tendencia más bien decreciente: aunque el número de mexicanos aumenta ligeramente entre, por ejemplo, los años de inicio y término de la primera década del siglo XXI; la proporción de estudiantes de México, en programas de educación superior de ambos país representa, progresivamente, una cantidad relativa menor.

Tres hipótesis

Primera. A pesar de la prioridad declarativa sobre la importancia de la internacionalización de la educación superior, de hecho los recursos públicos disponibles para apoyar la educación superior y de posgrado en el extranjero han sido insuficientes. La estadística de becas al extranjero patrocinadas por el CONACYT tiende a avalar esta suposición. Durante toda la década de 2000 a 2010 la cantidad anual de becas al extranjero apoyadas por este organismo se mantuvo en un promedio entre dos mil y dos mil quinientas becas máximo. En este sentido, la orientación de política pública recomendable sería incrementar sostenidamente los recursos disponibles para generar mayor demanda y apoyar la que existe.

Segunda. En un escenario internacional más competitivo, los egresados mexicanos están teniendo dificultades para acceder a estudios de licenciatura y posgrado en los países más desarrollados. De hecho, tanto en Estados Unidos y en Europa las cuotas para estudiantes extranjeros están siendo crecientemente ocupadas por candidatos de países asiáticos. Si este es el caso, la alternativa es preparar a los estudiantes, en el nivel de licenciatura, para tener mejores oportunidades de desempeño en la opción de proseguir estudios superiores en el extranjero.

Tercera. Aunque se ha desarrollado una plataforma amplia de cooperación internacional, la estructura institucional para la atención de demandas para llevar a cabo estudios en el extranjero es insuficiente. Si este es el caso, la línea natural de desarrollo implica apoyar con recursos a las IES para que las instancias promotoras de la internacionalización alcancen mayor efectividad y mejores resultados.



Cuadro 1.



Cuadro 2.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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