MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

El anómalo PECITI 2014-2018
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 566, pp.4 [2014-07-03]
 

Un tanto extraña e irregular ha sido la publicación del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 (Peciti). No apareció en la fecha que debió, ahora ya se presentó oficialmente pero el documento no tiene base legal. Normativamente, todos los programas especiales considerados en el Plan Nacional de Desarrollo, como el Peciti y ocho más, debieron ser publicados a más tardar el último día de abril de este año. Todos aparecieron alrededor de esa fecha, pero no el correspondiente a ciencia y tecnología.

Al parecer el programa ya estaba elaborado, pero la demora en publicarse era porque faltaba la autorización expresa del Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación, el organismo que preside el ejecutivo federal y que muy difícilmente se reúne por la complicada agenda de sus integrantes.

Sin embargo, a propósito de las reformas a la ley en materia de acceso abierto a la información científica y tecnológica, el Consejo General se reunió el pasado 20 de mayo, aprobó las reformas correspondientes y también el Peciti. De hecho, el director de Conacyt, Enrique Cabrero, en el mismo foro sobre acceso abierto a la información científica, afirmó que el Peciti se publicaría al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación; se refería al 21 de mayo pasado (Comunicado No. 36/14). No obstante, a pesar de lo que indicó Enrique Cabrero, una vez más, el Peciti no apareció publicado; ni ese día ni después. Tampoco hubo ninguna explicación al respecto, al menos oficialmente no hubo ningún pronunciamiento.

Finalmente, Conacyt informa que el Peciti se presentó el pasado viernes 27 de junio y, efectivamente, el documento ya está en su página web. Pero, nuevamente, el Programa no aparece en el Diario Oficial. Ni el día que se presentó oficialmente y tampoco en los días siguientes.

La Ley de Ciencia y Tecnología (LCT) especifica claramente que: “Una vez aprobado (el Peciti), su observancia será obligatoria para las dependencias y entidades participantes, en los términos del decreto presidencial que expida el titular del Ejecutivo Federal” (artículo 21). El asunto es que no existe tal decreto y la existencia del documento programático sin ese respaldo es más bien una anomalía jurídica.

Tal vez, como lo hemos indicado aquí en otras oportunidades, la relevancia del Peciti se ha relativizado, como la mayoría de los programas sectoriales, regionales y especiales de esta administración.

Frente a la importancia que se le ha concedido a la negociación, los acuerdos con las diferentes fuerzas políticas, los compromisos formulados por la actual administración desde el comienzo del periodo, algunas de las decisiones anunciadas e incluso a iniciativas que ya están en marcha, los programas se han visto como un asunto secundario, menor y quizás hasta prescindible.

La misma situación, en distinto grado, se advierte en diferentes programas, como el sectorial de Educacion, Energía o de Comunicaciones y Transportes, aunque el caso del Peciti es el más ilustrativo. Lo que importa es acordar, persuadir y presupuestar; ya llegará la hora de preocuparse por el desdoblamiento de las acciones, los resultados y la rendición de cuentas.

En el campo de la ciencia y la tecnología, las propuestas más relevantes, la de invertir el uno por ciento respecto al PIB en investigación y desarrollo experimental o las cátedras Conacyt para jóvenes doctores, entre otras, fueron formuladas desde el comienzo del periodo y desde luego antes de la elaboración del Peciti. ¿El gobierno en turno debe cruzarse de brazos y esperar hasta que esté lista la orden de salida de un meticuloso trabajo de planeacion de su periodo?

Definitivamente no. Los problemas públicos son apremiantes y la línea base de cada administración no comienza de cero. No se puede estar improvisando cada tanto y las soluciones tampoco se generan de forma espontánea.

No obstante, lo sorprendente es la escasa importancia que se le confiere a la observación de las normas en todos los niveles y sectores. Tal vez sea mucha ingenuidad y una minucia la causa, pero parece no tener importancia ni consecuencias transgredir un precepto, al cabo que solamente es “tantito” o sus efectos ni se notan en el panorama caótico en el que tiene lugar o frente a los verdaderos y grandes males.

En fin, seguramente, en algún momento, será publicado el Peciti en el órgano correspondiente y ¿obligatorio para las dependencias y entidades correspondientes? Tal vez, sólo tal vez.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter