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La UNAM: ¿Qué piensan los académicos?
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 180 [2006-06-08]
 

En este momento de la historia de la UNAM no sabemos cuál es la opinión de los académicos con respecto a sus condiciones de trabajo, qué suponen que les va a ocurrir cuando tengan que enfrentar su retiro, hasta qué punto están dispuestos a entrar voluntariamente en un plan de retiro como el que se ha hecho en otras instituciones, cómo observan el reemplazo generacional en sus campos de conocimiento, cuál es su perspectiva de futuro, qué proponen para resolver los problemas que los aquejan, qué normas hay que instaurar para que la academia pueda organizarse de acuerdo a lineamientos del cambio institucional, cómo pueden cerrarse las brechas entre la academia y la sociedad, y muchas preguntas más que tienen relación con la vida universitaria.

Hasta ahora lo que tenemos es una actitud de indiferencia generalizada en el plano de las políticas y medidas que se aplican para dirigir a la educación superior. Los académicos no están al tanto de lo que acontece en éste ámbito político, de lo que les atañe directamente, sea que los perjudique o los beneficie.

Es difícil encontrar reacciones a la adversidad. Sienten que la comunidad ha perdido influencia para intervenir en el rumbo de sus carreras académicas, en la fijación de sus ingresos. En pocas ocasiones reclaman un mal juicio académico, un dictamen incompleto.

Nos encontramos en una época de retraimiento político. Después de la gran crisis de hace seis años, lo que más causa temor es que se pueda repetir. La estabilidad de la UNAM nos ha venido muy bien. La máxima figura de la institución está plenamente reconocida. Tenemos un rector creíble y legitimo. Vamos bien.

Pero esta postura no puede traducirse en conformidad, ni tampoco dejar que nos venzan muchos otros miedos como la jubilación compulsiva, el dejar de pertenecer a un mundo como el académico en el que se vivió por mucho más de treinta años. La incertidumbre da temor. El miedo provoca resistencias al cambio.

Hay malestar pero no se expresa, se prefiere la inercia. Es mejor subordinarse que confrontarse con quienes llevan la administración de los trámites en nuestros lugares de adscripción. Una burocracia que ha adquirido fuerza y que la usa para no servir bien a la academia. Falta organización, el sindicato de académicos no nos representa.

En suma, este trabajador académico necesitado que crearon los sistemas de becas al desempeño hoy hace una especie de vacío político. La inexistencia de un sujeto social capaz de demandar sobre la base de sus intereses es, al mismo tiempo, oposición al cambio. Y tal actitud es la que se requiere vencer para que se participe plenamente en la reconfiguración y proyección de la UNAM a largo plazo.

Actualmente, habría que invitar a los académicos de carrera y de asignatura para que se expresen, romper la dinámica perversa de que cada quien vele únicamente por sus intereses. Gestar una nueva cultura académica. Los cambios estructurales sin soporte valorativo no funcionan.

La UNAM y su proyecto se enriquecerían con la expresión crítica, con la confrontación de ideas sobre cómo rehacer la academia para enfrentar los retos de la producción de conocimiento y los nuevos patrones de la demanda social en un ambiente de pluralidad. Incitar a los académicos a que con decisión digan y actúen sobre lo que les preocupa. Abrir un debate académico informado sobre lo que sigue en la institución. Convocarnos y organizarnos con tiempo para dialogar.

Punto y aparte. Ahora que tuvo lugar la reunión de ANUIES, ¿alguien le dijo a los candidatos que muchos de los problemas de la educación superior pública y la investigación científica radican en decisiones tomadas en la Secretaría de Hacienda?

Sería bueno, además, que se convocara a algunos académicos a analizar el documento que presentó la Asociación y publicar sus puntos de vista. Socializarlo para que profesores e investigadores tengamos la oportunidad de conocerlo y opinar.

También, habrá que estar atentos sobre cómo y quienes van a integrar los grupos de trabajo para establecer las líneas del próximo gobierno en la materia. Lo dicho por algunos de los candidatos en la reunión de la ANUIES, según lo reseñado en la prensa, reveló falta de asesoría y se colocó en la misma pobreza de ideas que han seguido las plataformas en las campañas. Lástima.

Nota: Para los lectores interesados, los artículos que aparecen en Campus de Alcántara, Canales, Rodríguez, Suárez y los míos se pueden consultar en la página del Seminario de Educación Superior. http// www.ses.unam.mx/pubicaciones/


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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