En cada punto de la historia se abren varias opciones para que las instituciones continúen su recorrido. En la UNAM, nos encontramos en un momento en el que nos damos cuenta de la necesidad de cambiar y darle continuidad a lo que hemos hecho bien en el pasado reciente.

La UNAM de nuestros días ha adquirido una gran dimensión y se ha vuelto más heterogénea por funciones, niveles educativos, disciplinas, calidades, territorios ocupados, etc. Los espacios académicos se han multiplicado y, hoy, cada entidad tiene su propia dinámica, que espera ser estimulada por las políticas rectorales. El plan de desarrollo del próximo rector deberá contener orientaciones generales con líneas de acción flexibles que puedan aplicarse en beneficio de cada unidad académica. Dicho plan deberá tener en cuenta la vinculación con la sociedad y cómo atender las demandas sociales emergentes.

Las propuestas de los candidatos a suceder al rector Narro tienen diferencias. Pero, en casi todas, hay tesis y argumentos que pueden enriquecer las políticas que guíen el destino de la UNAM en los próximos tiempos. También, tienen coincidencias en los aspectos que acentúan para marcar el rumbo institucional. En este texto, mi intención es resaltar algunos puntos en los que coinciden las propuestas de los candidatos a rector. La idea es encontrar lo que es común, lo que pueda generar consensos y acuerdos sobre la ruta a seguir. El próximo rector (a) hará bien en aprovechar la inteligencia colectiva desatada en el proceso de designación.

Leí las propuestas presentadas por quienes aspiran a ejercer el oficio de rector de la UNAM. Seleccioné diez puntos en los que hay algunas coincidencias:

• Docencia. Los estudiantes son el centro de la política rectora. Los profesores deben gozar de tiempo para atenderlos fuera del aula. Un objetivo es fortalecer el bachillerato y revisar sus planes de estudio. Asimismo, crear carreras nuevas, abatir el rezago y el abandono de los estudios en la licenciatura. Entregar capital cultural a los estudiantes. Tener presente las demandas del mercado laboral. También, habrá que potenciar el posgrado, ampliar la matrícula, y reforzar el doctorado para contar con más científicos en esta era del conocimiento.

• En las propuestas se reconoce la necesidad de ampliar la cobertura de la educación superior. La UNAM puede jugar un papel trascendente en ello. ¿Cómo? Usando los avances de su educación abierta y a distancia, abriendo sedes en algunas entidades federativas, y apoyando nuevas opciones de estudio en las universidades públicas estatales, entre otras medidas.

• Existe acuerdo en que la educación superior pública sea gratuita.

• Investigación. Impulsar la básica y aplicada, dar mejores condiciones de desarrollo a las ciencias sociales y a las humanidades, crear espacios académicos multi e interdisciplinarios, estimular la difusión del conocimiento por la vía digital, realizar proyectos mediante vínculos interinstitucionales y facilitar el que se acumule y transmita información. La UNAM puede convocar públicos, organizar ofertas o recibir demandas de la sociedad para la realización de proyectos de investigación.

• Renovar la planta académica de carrera; darle continuidad al programa de retiro digno. Orientar las incorporaciones de académicos para recrear campos de conocimiento en los que se ha destacado la Universidad o nuevas áreas de punta. Estudiar y resolver el problema de los profesores de asignatura con más de 20 horas, según su antigüedad. Hacer que las distintas generaciones dialoguen para renovar el ethos académico derivado de nuestros principios y valores, e incorporar otros que se integren a la cultura institucional.

• Hacer una revisión profunda de la evaluación del trabajo académico e instaurar un nuevo sistema.

• Fortalecer la representatividad en los cuerpos colegiados para que sirvan de contrapeso a la autoridad, agilizar la toma de decisiones y aumentar la participación comunitaria en las decisiones académicas.

• La UNAM tiene entidades muy desiguales en sus capacidades de desarrollo académico. La rectoría debe dar condiciones para que todas las entidades y áreas puedan equipararse, progresar y entregar mejores resultados.

• Desconcentración administrativa y visión regional de los esfuerzos institucionales.

• En los próximos tiempos, la UNAM acentuará su presencia internacional y sus lazos con América Latina y el Caribe serán preferenciales. De los países desarrollados habrá que adquirir una visión cosmopolita de la educación, la ciencia y la cultura.

A partir de los avances logrados en los últimos tres lustros, los universitarios queremos un rector que sea líder académico, con capacidad de convocatoria política, interna y externa, con capacidad de gestoría y con voluntad de reorganizar la administración. Un rector que mantenga en alto el prestigio académico, la confianza en la institución, su libertad y pluralidad, que es una de nuestras mayores riquezas. Y que se rodee de un equipo de líderes, que genere consenso, cohesión e identidad para continuar al futuro.