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Universidad pública: escenarios políticos
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm. 652, pp. 6 [2016-04-14]
 

1. El conocimiento de las universidades públicas está dotado, cada vez más, de trabajos que iluminan los cambios institucionales como resultado de factores políticos, tema central en el Seminario de Educación Superior de la UNAM.

Universidad y política van de la mano, en un sentido amplio, porque a través de la política los grupos que forman la universidad disputan el poder institucional para imponer sus visiones o planes educativos. En el rectorado, los funcionarios toman decisiones políticas, sobre el rumbo institucional, que afectan a toda la comunidad académica.

Los vínculos del rectorado con la comunidad forman parte de la política universitaria. El entramado de actores se ha multiplicado desarrollando, cada uno, intereses propios que no necesariamente concuerdan, o se ajustan, con las políticas centrales de la rectoría. La política universitaria está llena de tensiones y conflictos, de resistencias al cambio y a los desplazamientos de poder.

Las universidades no son organizaciones académicas unitarias: la diversidad, la heterogeneidad, la complejidad de la organización, el área de conocimiento y su tamaño, por ejemplo, otorgan diferentes pesos políticos a los grupos, académicos y no académicos, en su interior.

2. La vida de una universidad pública transcurre relacionándose con el gobierno federal y estatal, con los distintos poderes en la sociedad, dependiendo de dónde estén ubicadas. Sus formas de articulación con el entorno social son cruciales, porque sus finanzas provienen de recursos públicos y porque los gobiernos que los otorgan tienen intereses determinados en la educación superior. Se podría decir, hipotéticamente, que una buena relación con la SEP y con los poderes de las entidades federativas, concretamente con el gobernador, abren posibilidades para que las universidades cuenten con recursos, pero también para que las instituciones hagan reformas jurídicas (leyes orgánicas) y académicas, o para que se les ayude cuando tienen conflictos, por ejemplo con los sindicatos. El acontecer universitario en México está lleno de estos ejemplos.

El respaldo del gobierno estatal también es relevante para que la universidad pueda contar con buenos medios comunicativos (radio, tv) y para ampliar su infraestructura, o extender sus sedes, así como para apoyar proyectos sociales de mejoría al bienestar de la población local.

3. Una tarea esencial de los rectorados, entonces, consiste en lograr la gobernabilidad institucional, esto es, usar sus capacidades para establecer arreglos políticos eficaces, acuerdos, pactos y alianzas, que le permitan conducir la institución, tomar decisiones y seguir cursos de acción con planes y programas dirigidos a toda la comunidad. Les toca la nada fácil tarea de establecer la combinatoria de los intereses externos (e.g. demanda educativa y de conocimiento) con los intereses académicos internos.

4. En la universidad pública y autónoma hay muchos desafíos políticos, siendo uno de los más importantes el grado de separación y la mayor o menor falta de comunicación que tenga el rectorado con su comunidad. Además, dada la complejidad organizativa, las ligas de los rectores con las autoridades colegiadas y unipersonales son difíciles, entre otras razones por el excesivo burocratismo, el muy lento procesamiento de los trámites, y el mal comportamiento de algunos administrativos con los académicos.

Se agrega el malestar con los fallos de los dictámenes académicos realizados por agrupaciones formadas por personas a las que no se les concede la condición de pares, y por la falta de liderazgos emanados de las comunidades académicas para estas tareas. El conformismo de los académicos y la falta de participación de éstos y de los estudiantes, en las decisiones que toman los cuerpos colegiados, han significado pérdida de legitimidad de las autoridades y falta de representatividad de la academia. Con frecuencia, los rectorados usan medios de control sobre las autoridades que dirigen las dependencias universitarias, y éstas sobre los cuerpos colegiados. En un medio lleno de tensiones se trata de lograr la estabilidad política institucional.

5. La legitimidad, credibilidad y representatividad tienen una extraordinaria relevancia sobre uno de los procesos de mayor carga política, que es el de la elección de autoridades, y concretamente del rector. Se trata de un ejercicio mediado por las condiciones políticas del entorno social (actividad partidaria, legislativa, alternancia, signo de los gobiernos estatales, etc.). También, por la fisonomía política de los gobiernos universitarios.

Hay investigaciones que han estudiado las diferentes maneras de gobierno y elección (e.g. López Zarate, Ordorika) en las universidades. Del análisis se desprende que las universidades tienen distintos tipos de gobierno y formas de elección de su poder ejecutivo. En México, hay instituciones donde su máxima autoridad se nombra externamente (e.g. IPN, UPN). En contraste, en 7 se eligen por voto universal, directo y secreto, en 16 por Consejo Universitario y en 15 por Junta de Gobierno.

Así, en la universidad pública se producen y reproducen diversos escenarios políticos. Entre las instituciones hay diferencias y semejanzas en su cultura política, pero, en todos los modelos de gobierno hay una escasa participación de la comunidad en los procesos políticos universitarios. Lo cual es una problemática a investigar.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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