MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

El fuego del dragón
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 161 [2006-01-19]
 

Las reacciones frente a China son encontradas. No es para menos. A pesar de ser una de las naciones con el mayor número de población en el mundo (1,300 millones de personas) ha logrado un crecimiento anual sostenido de su PIB de alrededor del 9 por ciento en los últimos 27 años. (En México apenas alcanzaremos una tercera parte de ese promedio en este año, pero no hemos sido capaces de elevarlo de forma sostenida). Un logro notable que suscita admiración y también temor. Lo primero más bien por averiguar cómo ha conseguido esas cifras de crecimiento; lo segundo por la amenaza que representa su presencia en los mercados internacionales, sus productos, su demanda de materias primas, la explotación de su fuerza de trabajo, la contaminación que genera y sus prácticas comerciales. Uno de los aspectos relevantes del caso es que sus planes han sido de largo plazo y en cierta medida fundados en bienes de alta tecnología.

Las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), difundidas en diciembre anterior, muestran claramente que China ya rebasó a Estados Unidos como líder exportador mundial de bienes de tecnologías de la información y la comunicación (computadoras portátiles, teléfonos celulares, cámaras digitales, etcétera).

Según cifras de la OCDE, China exportó bienes de tecnologías de la información y la comunicación (BTIC) por un total de 180 mil millones de dólares en el 2004. Por su parte, Estados Unidos, para ese mismo año, alcanzó un total de 149 mil millones de dólares. Esto es, 31 mil millones de dólares menos. Lo notable es que en el año 2000, la capacidad exportadora de Estados Unidos para esos mismos bienes representó 182 mil millones de dólares, la de Japón 124 mil millones de dólares, la Unión Europea 111 mil millones de dólares y la de China apenas si alcanzaba los 47 mil millones. Es decir Estados Unidos estaba a la cabeza de todos y casi cuadruplicaba la capacidad de China. Sin embargo, desde el 2003 China dejó atrás a Japón y a la Unión Europea, y en el 2004, como anotamos, a Estados Unidos.

El otro aspecto relevante es que, según los datos de la OCDE, las importaciones de China son principalmente de componentes electrónicos (el 65 por ciento del total de sus importaciones) y sus exportaciones son sobre todo de computadoras y equipo relacionado (el 46 por ciento del total de sus exportaciones). El producto que ocupa la principal posición en sus importaciones son los circuitos integrados, mientras que en el de sus exportaciones están las máquinas de procesamiento automático de datos, los lectores magnéticos y el hardware de computadora. Como se puede apreciar, resalta la importancia de los BTIC.

A pesar de que sólo recientemente se muestra el poderío de China en los mercados de los BTIC y con ello ha atraído la atención del mundo, lo cierto es que sus planes y su interés por desarrollar su capacidad en el terreno científico y tecnológico son de tiempo atrás. La revista Newsweek (16/01/2006) atribuye al "Programa 863", programa puesto en marcha hace dos décadas en China y destinado a financiar la ciencia y la investigación tecnológica clave, el objetivo de colocar a China entre los países desarrollados en las próximas décadas. Seguramente. Pero no solamente se trata de ese programa.

De acuerdo con información del gobierno chino (www.china.org.cn), desde el comienzo de los años ochenta -poco después de la decisión del líder Deng Xiaoping de reforma y apertura económica de 1978-, lanzaron diferentes planes para la investigación y el desarrollo científicos. Sobre todo con la intención de elevar la posición estratégica y la competitividad de esa nación.

Uno de los planes principales fue el Plan Estatal de Asalto a Fortalezas Científicas y Tecnológicas, mismo que según el propio gobierno chino es el más ambicioso que se plantearon en su momento, al que le otorgaron los mayores recursos y el de mayor número de participantes. El plan fue puesto en marcha en 1982 y según su propia versión se orientaba a resolver problemas nacionales surgidos en diferentes campos, como el de agricultura, electrónica, información, salud, etc. También estaba, como lo indica Newsweek, el Programa 863, orientado a la investigación y al desarrollo de altas tecnologías, pero especialmente a la búsqueda de la industrialización de los logros científicos y tecnológicos que obtuvieran. Finalmente está el Plan 973, el más reciente, puesto en operación en 1998 y dirigido a desarrollar investigación básica en diferentes áreas y, sobre todo, a ofrecer soporte a la nación en el siglo presente.

No todo es miel sobre hojuelas. Zheng Bijian ("El ascenso pacífico de China a la condición de superpotencia". Foreign Affairs. ITAM. Vol. 84 No. 5. 2006) pondera los logros en materia económica y señala los desafíos de esa nación. Por ejemplo, destaca que el tamaño de su población es uno de los grandes retos, puesto que cualquier dificultad con el desarrollo económico o social, podría representar un grave problema. El caso es que según las tendencias demográficas, China seguirá creciendo hasta el año 2030, cuando alcanzará 1,500 millones de habitantes. Además, pese a los avances, Bijian reconoce que ese país todavía ocupa un lugar modesto en el panorama mundial: la economía china es la séptima parte de la economía estadounidense, la tercera respecto a Japón, en PIB per capita ocupa el lugar número 100 y persisten grandes rezagos en sus regiones.

Las previsiones son que China alcanzará en dos o tres décadas -Zheng Bijian precisa que el plan estratégico de esa nación llega hasta el 2050- una condición de país modernizado y desarrollado. Será también, ya lo es, una referencia en el panorama mundial.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter