El Plan de Desarrollo de la UNAM 2008-2011 tiene seis líneas rectoras definidas en función de una academia que avance en calidad y pertinencia social, una vinculación más estrecha con la sociedad mexicana y el logro de un ambiente organizativo adecuado a los fines, funciones y nuevas tareas que la institución se formule llevar a cabo.
La primera propuesta es elevar la calidad, la pertinencia en la formación y la equidad en el acceso a todo aquello que mejore el desempeño académico de los jóvenes alumnos. El plan contiene amplias miras sobre el fortalecimiento al bachillerato y el impulso a una reforma de la licenciatura, con las debidas modificaciones a la oferta educativa y a aspectos pedagógicos y curriculares. Entre otras cuestiones que destacan, el rectorado promoverá evaluaciones externas y de acreditación de las carreras.
Sin duda, se llevará a cabo un esfuerzo para ampliar la cobertura y mejorar las capacidades del posgrado. Esto último está pensado en relación con las necesidades del país en el contexto de la globalización y la creación de nuevas áreas de estudio. Ciertamente, la educación en línea y a distancia tendrá un papel notable.
En cuanto al personal académico, se proponen muchas medidas para su superación permanente. En él radica en buena medida la calidad, el prestigio y el éxito de la institución. Será deseable que las acciones que se emprendan le permitan a la UNAM aprovechar mejor a sus líderes académicos para formar nuevos académicos, llegar a una comunidad a la altura de modalidades pedagógicas actuales, el desarrollo de la ciencia y las humanidades y con capacidad de participar en tareas más amplias de transmisión y difusión del conocimiento.
En la UNAM nos podemos encaminar al establecimiento de un nuevo modelo académico para la universidad pública en México, a seguir con los cambios que ya se vienen dando. Agrada saber que se revisará la política de estímulos, lo cual puede motivar efectivamente el trabajo.
En este rubro lo que se haga por apoyar la identidad institucional, el surgimiento de una nueva representación social de los académicos, la comunicación intergeneracional como parte central de la transformación universitaria, la recuperación de la confianza en el trabajo de profesores e investigadores y el trabajo en equipo, será benéfico para la propia universidad y el sistema educativo.
El tercer lineamiento toca a la investigación. La sociedad mexicana está inserta en una enorme cantidad de problemas que derivan en mayores demandas de conocimiento a las universidades con aparatos de investigación complejos, como es el caso de la UNAM. Por ello, y por que la UNAM es crucial en el debate racional y organizado de la realidad nacional en la esfera pública, hay que fortalecer la investigación para que elabore y atienda agendas acerca de las prioridades del país y sus soluciones. Impulsar la investigación, además, es crucial para mejorar la calidad de la docencia.
El siguiente lineamiento es el de fortalecer la difusión de la cultura y la formación cultural de los universitarios que se están preparando. Aquí, una de las partes que entusiasman del plan es el de darle mayor voz a la comunidad a través de los medios de comunicación con los que cuenta la institución, aprovechar los convenios con canales culturales y crear nuevos espacios de difusión.
El quinto lineamiento me parece de trascendencia porque implica que la universidad se vincule y se proyecte más con el sistema educativo de nivel superior. Es crucial no sólo la movilidad de personas, pero también la distribución del conocimiento y colaboración entre las universidades públicas. Asimismo, estrechar ligas con todos los grupos sociales interesados en que la universidad colabore en proyectos de desarrollo y para que sus académicos influyan en la creación de la opinión pública. Al respecto se realizarán acciones conectadas con estos propósitos.
Por último, en el plan está clara la necesidad de que la UNAM se encamine hacia una transformación de su forma de organizarse. Será indispensable, se reconoce, modernizar y simplificar la administración. Pero donde hay que avanzar, sobre todo, es en los mecanismos de gestión del conocimiento que permitan reaccionar de inmediato a los patrones emergentes de demandas, lo cual requiere agilidad y flexibilidad administrativa en la apertura de espacios académicos y tareas de innovación. Una ética burocrática distinta a la que se tiene hoy, una nueva cultura política universitaria y un buen sistema de comunicación entre autoridades, académicos y alumnos.
El contenido del plan presentado por la Rectoría abre expectativas de lograr consenso para el cambio institucional porque, desde mi punto de vista, recoge anhelos comunitarios. Está colocado en la página web de la UNAM a disposición de quienes quieran participar en comentarlo y enriquecerlo con sus críticas.
