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Los fondos
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 308 [2009-02-12]
 

Hasta ahora, la principal iniciativa de la actual administración en materia de política científica y tecnológica ha sido la orientación de los recursos financieros. El financiamiento, sin duda, es uno de los instrumentos clave para la toma de decisiones y para impulsar o inhibir ciertas medidas, por lo cual debiera recibir mayor atención pública.

El primer presupuesto de esta administración fue diseñado en medio de la incertidumbre por la forma como habría de tomar posesión y también por cómo se resolvería en definitiva el tema electoral. Entonces, hubo poco espacio para examinar el asunto de los recursos; el presupuesto siguió más o menos la misma tendencia inercial de los años previos.

En abril de 2007, una vez en el cargo y con algunos nombramientos en curso, el Ejecutivo federal anunció la creación de un Fondo para Innovación Tecnológica por 500 millones de pesos. En realidad, se trataba del esquema de fondos sectoriales que ya estaba en operación desde la administración anterior; en este caso, una coparticipación del Conacyt y la Secretaría de Economía que después se formalizó. Tampoco fue nada novedoso.

Posteriormente, ya en pleno ejercicio, vino el diseño del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2008. La propuesta del Ejecutivo federal, al menos en lo concerniente al gasto del sector científico y tecnológico, no tuvo nada sorprendente: consideró un incremento más o menos equivalente al del año previo.

Sin embargo, vale la pena destacar que los legisladores añadieron mil millones de pesos a la propuesta del Ejecutivo y, sobre todo, que más de la mitad (600 millones de pesos) los destinaron a los fondos mixtos. Estos últimos, como se sabe, son fideicomisos para investigación científica y desarrollo tecnológico, los cuales se integran con aportaciones del gobierno federal y los gobiernos estatal o municipal. A su vez, estos fondos son uno de los principales instrumentos para la federalización y descentralización de las actividades científicas y tecnológicas.

El cuento se repitió más o menos para el diseño del PEF de este año, aunque en este caso los legisladores, respecto de la propuesta del gobierno federal, solamente incrementaron 150 millones de pesos para fondos mixtos. Es decir, tanto en el año anterior como en el actual, se han favorecido relativamente los fondos mixtos, y tal vez con ello el desarrollo científico y tecnológico de las entidades federativas.

Al final del año anterior, finalmente, se publicó el programa sectorial de esta administración. Los fondos mixtos, como era de esperarse, figuran en las líneas estratégicas del programa, principalmente con la idea de su disponibilidad para todas las entidades federativas y la intención de fomentar la descentralización de las actividades científicas y tecnológicas.

No obstante, en la presentación pública del programa —hace apenas unas semanas—, el énfasis no se colocó en los fondos mixtos, sino en el tema de la innovación, especialmente en la supresión del programa de incentivos fiscales para empresas como venía funcionando y su intercambio por un fondo de apoyo directo a las empresas, dirigido a tres diferentes sectores empresariales. En total, el fondo para innovación se constituiría con 2 mil 500 millones de pesos (ver Campus, 305).

Según recientes declaraciones del coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, Juan Pedro Laclette, ese organismo se encargará de vigilar la correcta aplicación de los recursos del fondo (Crónica 07/02/2009: 36). Además, el mismo coordinador señaló que también se ocuparía de ver que se incrementaran los recursos del fondo, al menos para que alcanzar un nivel comparable con los 4 mil 500 millones de pesos que se empleaban en el anterior programa de incentivos fiscales.

Esto es, por lo menos por lo que ahora se aprecia, la dirección que siguen los recursos financieros será la orientación de las iniciativas. Si uno de los componentes que se quiere destacar es el de la innovación, también convendría explorar y atender otros mecanismos. Los estudios sobre innovación han indicado que también son relevantes otros dos factores. Uno de ellos es la existencia de un entorno innovador en las empresas y en las instituciones; en caso contrario, será muy difícil que se produzca la innovación, aunque se canalicen recursos financieros. El otro es la disponibilidad de los recursos humanos calificados y las instituciones orientadas a la investigación; obviamente, nada se puede esperar si se carece de lo más elemental.

Además, en el mismo terreno de los fondos de inversión está la propuesta del capital de riesgo como uno de los mecanismos relevantes para la innovación, precisamente en el marco de los desafíos que enfrenta en este terreno la región latinoamericana (ver, por ejemplo,“Capital de riesgo e innovación en América Latina”, Revista de la CEPAL núm. 96, 12/08).


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