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El padrón de becas
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 333 [2009-08-20]
 

La convocatoria para becas de estudios de posgrado del Conacyt tiene una novedad: no todos los becarios recibirán el mismo apoyo. Una buena noticia para los beneficiarios que ahora recibirán una cantidad mensual mayor; una mala para los que están en el caso opuesto. Pero tal vez sea la peor noticia para las instituciones más vulnerables.

A diferencia de la convocatoria de enero, la publicada la semana pasada señala explícitamente que el monto mensual que recibirán los becarios estará en función del programa en el que están inscritos (convocatoria becas nacionales, 07/08/09).

Anteriormente todos los becarios nacionales de posgrado de un mismo nivel educativo, registrado en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), recibían la misma cantidad: 6 salarios mínimos mensuales (smm) para estudios de doctorado; 4.5 smm para maestría, y 4 smm para especialización.

Sin embargo, la convocatoria vigente añade la clasificación del programa para diferenciar el monto de beca a otorgar. Es decir, a la diferenciación por nivel educativo ahora se suma la calificación que tiene el programa.

La clasificación se refiere al nivel en el cual se ubica el programa. En el esquema de evaluación vigente de Conacyt se reconocen cuatro categorías: competente internacionalmente, consolidado, en desarrollo y de reciente creación.

Las categorías intentan calificar la solidez de los programas. Por ejemplo, el Conacyt indica que los de competencia internacional son aquellos posgrados que, además de estar consolidados, tienen convenios de colaboración en el ámbito internacional que incluyen la movilidad de estudiantes y profesores, codirección de tesis y proyectos de investigación conjuntos. Los programas consolidados solamente tienen reconocimiento nacional por su pertinencia y el vínculo con la sociedad. No obstante, ambos tipos de programas integran el PNPC.

A su vez, los posgrados clasificados como “en desarrollo” y de “reciente creación” forman lo que el Conacyt denomina el Programa de Fomento a la Calidad del Posgrado (PFCP). Los primeros, según la evaluación del organismo, tienen una “prospección académica positiva”, basada en un plan de mejora continua y con metas factibles de alcanzar en el mediano plazo. Mientras que los de reciente creación, como el nombre lo indica, son programas con escasa antigüedad (no más de cinco años para doctorado y hasta tres para maestría y especialización) que satisfacen criterios básicos.

El asunto es que si el becario está en un programa clasificado como competente internacionalmente, recibirá el mayor monto posible: 7 smm para doctorado, 5.60 smm para maestría y 4.72 smm para especialización. Esto es, respecto del tabulador anterior, ahora tendrá un incremento de alrededor de 1 smm en los diferentes niveles.

Los montos de beca para los programas “consolidados” permanecen sin alteraciones; por tanto, los becarios recibirán la misma cantidad de años anteriores (6 smm, 4.5 smm y 4 smm para doctorado, maestría y especialización, respectivamente). En próxima entrega examinaremos el detalle de las cifras, pero desde ahora adelantamos que este tipo de programas son la mayoría en el PNCP.

Por su parte, los becarios de los programas “en desarrollo” y los de “reciente creación” que integran el PFCP son quienes verán disminuir los montos mensuales que reciben. Ahora, para estudios de doctorado será de 4.20 smm y 3.60 smm, respectivamente; para maestría, de 3.15 smm y 2.70 smm; para especialización, de 2.80 smm y 2.40 smm. En comparación con el tabulador anterior, la reducción para los programas de reciente creación será de casi la mitad.

Es decir, las instituciones con las mayores capacidades, los posgrados más sólidos y reconocidos serán las más beneficiadas con el nuevo esquema. Por el contrario, las instituciones que están por afianzar sus programas o aquellas que se aventuraron en la creación de uno nuevo, podrían resentir el mayor efecto adverso, porque muy probablemente los estudiantes las abandonarán como opción educativa y voltearán a ver las que ofrecen mejores becas.

El fenómeno no es una novedad. Robert K. Merton lo notó en el campo de la sociología de la ciencia y lo llamó el “efecto San Mateo” (derivado de un versículo atribuido a San Mateo: “porque a cualquiera que tiene, le será dado, y tendrá más; pero al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado”).

Pero la convocatoria del Conacyt tiene dos novedades más. Una, intercambia la condición de “dedicación exclusiva” con la que comprometía a sus anteriores becarios y ahora simplemente indica que deben ser estudiantes de “tiempo completo”. Dos, una nota a pie de página señala que el nuevo tabulador para los becarios nacionales está “en proceso de aprobación por el Órgano de Gobierno”.

Sí, parece que, como ha ocurrido en el pasado, en las épocas de déficit fiscal, se espabila la imaginación y el sentido de oportunidad. Volveremos con las cifras y los ciclos del PNPC.


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