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Mujeres: otro premio
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 359 [2010-03-04]
 

Hoy se entregan, en París, Francia, los premios del programa “La mujer y la ciencia”. Un esfuerzo conjunto de la empresa de cosméticos L’Oréal y de la UNESCO, destinado a reconocer e incentivar la actividad de cinco científicas, precisamente en las vísperas del Día Internacional de la Mujer. También, por segunda ocasión, una mexicana estará entre las premiadas.

El programa está en la línea de las acciones que se pusieron en marcha a raíz de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijin, China, en 1995, en la cual se denunciaron las inequidades entre hombres y mujeres en todos los sectores. La UNESCO, al año siguiente, puso en marcha su programa “Mujeres, ciencia y tecnología” en el área de las ciencias naturales. Por su parte, la empresa de cosméticos tenía en ese entonces, y tiene, un gran departamento de investigación en el cual intentaba que participaran hombres y mujeres de forma equitativa. Ambas organizaciones entraron en conversaciones para instaurar el premio.

Otro factor que también intervino fue la Conferencia Mundial de la Ciencia, realizada en 1999, en Budapest, Hungría. En ese encuentro se reconocieron las desventajas que enfrentaban niñas y mujeres en el acceso a la escuela y al conocimiento científico y tecnológico. Por tanto, como plan de acción en este terreno, se planteó la necesidad de que se tomara en cuenta el género en las políticas educativas y científicas, así como mejorar las oportunidades de acceso a la educación científica de niñas y mujeres para una participación equitativa, lo mismo que el apoyo a sus redes en este ámbito.

Al comienzo, en el marco del premio “Para la mujer en la ciencia”, solamente se hacía el reconocimiento a cinco científicas destacadas, en igual número de regiones (África y Estados árabes, Asia y el Pacífico, América Latina, Europa y América del Norte), con una trayectoria reconocida. Pero a partir de 2000, el programa también entrega una beca a 15 jóvenes promesas, estudiantes de doctorado o posdoctorado del área científica, con el fin de alentar su carrera y promover el talento en las diferentes regiones. Además, como extensión, desde 2002 entrega otras becas más a estudiantes talentosos en diferentes países, los llaman "becarios nacionales", y está a cargo de filiales nacionales de la firma de cosméticos y organizaciones científicas que operan localmente. Una decisión importante para enviar una señal positiva a las vocaciones titubeantes de los jóvenes que están en la definición de su futuro profesional.

El procedimiento para decidir quiénes recibirán las distinciones pasa primero por una nominación, como candidatas, en una red compuesta por alrededor de un millar de científicos internacionales y después un jurado de entre 12 y 18 personas decide quiénes serán las ganadoras. El premio para las cinco científicas —solamente en la primera edición del premio se entregó a cuatro— ya consolidadas consta de 100 mil dólares para cada una. Por su parte, las becarias internacionales, cada una, reciben 40 mil dólares para un periodo de dos años.

Desde el pasado mes de octubre ya se sabían los nombres de las ganadoras del premio de este año: Rashika El Ridi, de la universidad de El Cairo, en Egipto, por su contribución a la elaboración de una vacuna contra una enfermedad tropical; Elaine Fuchs, de la Universidad Rockefeller de Nueva York, por su descubrimiento de células cepa y procesos relacionados con el desarrollo, renovación y restauración de la piel; Lourdes J. Cruz, de la Universidad de Filipinas, por su hallazgo de agentes farmacológicos para estudiar el funcionamiento del cerebro; Anne Dejean-Assémat, profesora del Instituto Pasteur y del Instituto Nacional de Salud e Investigaciones Médicas de Francia, porque desentrañó el “funcionamiento de mecanismos moleculares y celulares que originan algunos cánceres humanos”, y Alejandra Bravo, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, por su contribución para aclarar el “mecanismo de acción de una toxina bacteriana que actúa como potente insecticida compatible con el medio ambiente”.

La profesora Bravo es la segunda científica mexicana que recibe el premio; en 2006 lo obtuvo la investigadora del Cinvestav Esther Orozco, actual directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, por sus estudios sobre amibiasis humana.

Lo sorprendente es que las estadísticas de la UNESCO señalan que el porcentaje de participación de las mujeres en investigación en América Latina y el Caribe es cercana a la mitad del total de los recursos humanos (en Asia es de 17 por ciento, 30 por ciento en Europa occidental y 31 por ciento en África).

Sin embargo, lo cierto es que las cifras persisten en mostrar que un menor número de mujeres logra una transición exitosa entre los diferentes niveles escolares y, también, los obstáculos que enfrenta para alcanzar una posición académica. Es suficiente con indicar que del total de los premios Nobel concedidos en todo el siglo pasado (más de medio millar), solamente 12 mujeres lo han conseguido.


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