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La supervivencia de la industria editorial
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 206 [2007-01-04]
 

Vivimos en un país donde casi no se leen libros, y lo poco que se lee no es lo mejor. Aquí, la industria editorial tiene un mercado restringido. Los datos de la Encuesta Nacional de Prácticas de Consumo y Culturales (levantada en 2003) brindan una imagen de un problema difícil de resolver.

El promedio de lectura es de un libro por persona al año. La lectura Y la adquisición varían por ingreso, nivel de escolaridad, edad de las personas y lugar de residencia. Tres cuartas partes de quienes ganan menos de un salario mínimo no compraron libros en el año de referencia, los jóvenes entre los 15 y los 30 años de edad tienen niveles de lectura superiores al promedio nacional y se lee más en las zonas urbanas que en las rurales, notablemente en las tres principales áreas metropolitanas del país. Sólo 1 por ciento de la población adquiere libros que no son de texto. Los llamados best sellers y los de autoayuda son los que tienen mayor aceptación.

Información de otras fuentes completa el cuadro. En nuestro país, el gasto anual percápita asciende a ocho dólares, que es nada comparado con otros países donde el gasto rebasa los 100 dólares.

La distribución de los libros es extraordinariamente deficiente. Hay librerías que languidecen por falta de clientela. En el país hay una librería porcada 180 mil habitantes, cifra que contrasta con Argentina, donde hay una librería porcada siete mil habitantes.

Quien produce libros enfrenta severas dificultades para colocar su producto en el mercado. No sólo por la falta de espacios para su venta, sino también por los cos tos que tiene el transporte. El manejo de un libro a través de la República es muy oneroso y se refleja en un costo más elevado al consumidor. Somos poco competitivos. Basta decir que a los españoles les cuesta tres veces menos trasladar su mercancía al país que a los editores mexicanos colocar sus libros en España.

Además de lo expuesto, destaca que seis de cada diez libros en nuestro idioma son publicados por las editoriales españolas, las cuales tienen una fuerte presencia en el país. En España, un reducido número de empresas (6.5 por ciento) edita 55 por ciento de los libros.

En estas circunstancias, las empresas editoriales mexicanas enfrentan una enorme cantidad de obstáculos para producir y colocar sus libros al público, a lo cual se agrega una serie de políticas que no les favorecen.

Tales empresas realizan un esfuerzo enorme para salir adelante. Un ejemplo de casa editorial que ha sorteado los avatares con éxito es la del grupo editorial de Miguel Ángel Porrúa. En lo que va de los últimos 25 años, tiene un catálogo que rebasa los tres mil títulos.

En esta editorial se han sostenido desde entonces dos colecciones: la de Ciencias Sociales y la de Problemas Educativos de México. En la primera se han publicado más de 300 obras cuyos autores son investigadores de instituciones de educación superior nacionales. En la segunda, ya hay medio centenar de títulos. Ambas han estado bajo mi dirección, teniendo el cuidado de que cada uno de los libros tenga su respectivo dictamen académico.

El impacto de estas dos colecciones, a mi juicio, ha sido avanzar en el conocimiento de la realidad social de México. En el mundo académico han jugado un papel importante para dar salida a resultados de investigación que, de otra forma, no se hubieran podido difundir o hubieran tenido que esperar bastante para su publicación. En un momento en que el conocimiento camina a ritmos vertiginosos y se requiere la mayor rapidez para distribuirlo en la propia academia y en la sociedad.

Las ciencias sociales y el estudio de la educación atienden problemas que son asuntos públicos y materia de política. En la editorial de Miguel Ángel Porrúa se acordó con la Cámara de Diputados coeditar la serie Conocer para Decidir. Tal serie se integra con investigaciones académicas y exposiciones culturales de interés nacional Obras que permiten vincular a la academia con las tareas del Poder Legislativo. Una liga a través de la cual el conocimiento científico influye en el destino de México.

En esta serie han participado 830 académicos de 44 instituciones de educación superior y se han publicado 129 títulos en los últimos dos años.

En suma, habrá que reconocer que, ante las dificultades que tenemos los académicos para publicar nuestros trabajos y las restricciones para su distribución y venta, esta casa editorial se ha convertido en una opción a la que subyace un proyecto cultural que ha dado frutos innegables.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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