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La docencia según la OCDE
Armando Alcántara Santuario
Campus Milenio Núm. 367, pp.13 [2010-05-06]
 

Una de las funciones sustantivas de la universidad y las instituciones de educación superior (IES) es la docencia —para algunas incluso es la primordial—. Por ello, las propias instituciones y los gobiernos constantemente realizan esfuerzos importantes para elevar la calidad de la enseñanza y así formar mejor a sus estudiantes. Sólo por dar un ejemplo reciente, desde hace más de una década el gobierno federal puso en marcha el Programa para el Mejoramiento del Profesorado (Promep), cuyo antecedente inmediato fue el llamado SUPERA. Como se sabe, el Promep proporciona becas a los profesores de las IES públicas para realizar estudios de posgrado en el país o en el extranjero. Uno de los principios en que se basa el Promep es que los profesores mejor preparados en su disciplina realizarán su labor docente con mayor calidad.

Por otra parte, en México, y en muchos otros lugares del mundo, la calidad o el prestigio de la planta de profesores es uno de los aspectos de mayor atracción para que los estudiantes decidan ingresar a una determinada institución. El caso del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) es ilustrativo en este sentido. Hace casi una década acordó poner en línea y con libre acceso todos los materiales que sus profesores utilizan en las clases (guías de estudio, notas, videos, etcétera). Ello no significó en modo alguno la disminución de la matrícula o el interés de los aspirantes de todo el mundo por ingresar a dicha institución —ni siquiera por los altísimos costos de sus colegiaturas—. La razón fue que la gran diferencia entre tener los materiales en línea y trabajarlos en el propio MIT eran los profesores (además, por supuesto, de hacerlo en las instalaciones con que cuenta la institución).

Reiterar el papel crucial que realizan los profesores en el aprendizaje viene a cuenta por un reporte que acaba de publicar la OCDE, con el nombre de Learning our lesson: review of quality teaching in higher education. Se trata de una amplia revisión de 46 iniciativas de 29 IES en 20 países miembros y no miembros de la organización, así como una encuesta —ambas sobre la calidad de la docencia en la educación superior—. Las instituciones estudiadas representan una amplia diversidad institucional, desde instituciones tecnológicas y especializadas en diversos oficios hasta las que se enfocan en la administración de empresas, y desde las de tamaño pequeño hasta las que realizan estudios de posgrado.

Las áreas de interés que orientaron la investigación se relacionaron con los impulsores y los debates que despertaron el interés acerca de la calidad de la docencia. También los objetivos institucionales para fortalecer la calidad docente y la filosofía que los guiaba, cuando se trataba de un enfoque específico sobre la calidad. Otro aspecto era la aplicación concreta de iniciativas para mejorar la calidad de la docencia y su problemática. Además, el impacto de la calidad de la actividad docente en la enseñanza, la investigación y la cultura institucional sobre la calidad. Finalmente, la combinación de enfoques en el mejoramiento de la calidad docente en una forma sustentable dentro de la institución.

Los hallazgos del estudio abarcaron diversos aspectos de la dinámica institucional, entre los cuales se mencionan, en primer lugar, que la importancia de la docencia se reconoció en todas las instituciones. Una muestra de ello fue el creciente número de iniciativas encaminadas a mejorar la calidad de la enseñanza. Un segundo aspecto era que la gran mayoría de las iniciativas tenía un carácter empírico y abordaba las necesidades institucionales en un periodo específico; las que se inspiraban en la literatura académica fueron escasas. También se observó que para que una universidad consolidara diversas iniciativas de manera coherente con una política institucional, se requería de un periodo prolongado, en un esfuerzo no lineal sujeto a múltiples restricciones.

Otro hallazgo fue que la tecnología mejoró la didáctica y las interacciones entre profesores y estudiantes. Además, se encontró que la calidad de la docencia debería concebirse de una manera dinámica, a la luz de los cambios contextuales en el ambiente de la educación superior. Esto se relaciona con el carácter cada vez más internacional de los estudios y las demandas sociales que reciben las instituciones.

Otro de los hallazgos fue que los administradores de mayor experiencia deben estar alertas para capturar todas las dimensiones que afectan la calidad de la docencia. Un elemento importante en este esfuerzo es la retroalimentación proporcionada por los estudiantes. Asimismo, se pudo observar que una política institucional efectiva para mejorar la calidad de la enseñanza debe integrar los aspectos externos (en los ámbitos nacional e internacional) y los internos (de carácter institucional).

Otro elemento encontrado fue que el liderazgo en los más altos niveles de dirección es un factor determinante. Un aspecto adicional consistió en estimular las iniciativas provenientes de los profesores, ubicándolas en un ambiente propicio para el aprendizaje y la enseñanza. El tamaño de la institución o su especificad no son un obstáculo, en tanto existan un fuerte compromiso de la administración institucional, financiamiento suficiente e instalaciones adecuadas. Además, las instituciones deben encontrar un balance entre los aspectos técnicos y los fundamentales (sopesar, por ejemplo, el valor agregado de las iniciativas de docencia en el logro de los objetivos curriculares). Por último, las instituciones requieren desarrollar perspectivas innovadoras para medir el impacto de su apoyo a la calidad de la enseñanza.

Más allá de lo controversial del enfoque y la naturaleza de los estudios que realiza la OCDE, la lectura minuciosa y la discusión de los elementos contenidos en este reporte pueden ser un elemento útil para continuar los esfuerzos por mejorar la calidad de la actividad docente en el nivel superior.


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