MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

UT: nueva asociación y gobernabilidad
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 231 [2007-07-05]
 

El pasado 25 de junio se realizó la primera reunión plenaria de la Asociación Nacional de Universidades Tecnológicas. Es una organización que se integró desde hace un par de años, bajo el régimen de asociación civil y agrupa al conjunto de rectores de las universidades tecnológicas. La reciente reunión no tiene nada de excepcional, salvo por el hecho de que agrupa a instituciones relativamente homogéneas en su estatus jurídico, en su modelo educativo y se suma al conjunto de estructuras ya existentes en la educación superior.

En realidad, los rectores de las universidades tecnológicas (UT) ya celebraban reuniones de forma sistemática entre sí desde más de cuatro años, pero eran encuentros promovidos por la Coordinación General de Universidades Tecnológicas. Esta última, como se sabe, es la dependencia de la subsecretaria de educación superior que se ha encargado de establecer los lineamientos y ordenar el subsistema de universidades tecnológicas. Ahora, en principio, se trataría de reuniones solamente entre rectores.

Las UT comenzaron a funcionar al comienzo de los años noventa con tres planteles y a partir de 1994 se han sumado, año con año, nuevos planteles hasta sumar 61 actualmente en casi todo el territorio nacional, con excepción del Distrito Federal, Durango, Baja California Sur, Sinaloa, Colima y Oaxaca. Basta indicar que solamente en 1998 se agregó una docena de nuevas universidades de este tipo.

El conjunto de instituciones comparten el mismo modelo educativo: una formación de técnico superior universitario con una duración de dos años, posterior al bachillerato, con un enfoque práctico y específico a una o varias ocupaciones. No son instituciones autónomas, jurídicamente están consideradas como organismos públicos descentralizados, con un consejo directivo (integrado por representantes del gobierno federal y estatal) y el rector nombrado por el gobierno estatal.

Es de llamar la atención la continuidad en la iniciativa de crear UT a lo largo de tres diferentes administraciones, y también el reducido volumen de su matrícula. En el ciclo escolar 2004-2005, las cifras públicas más recientes disponibles, muestran que apenas si sumaron 62,726 alumnos, alrededor del 3 por ciento del total de jóvenes en educación superior. Unas cifras que señalan que este subsistema todavía está por demostrar que verdaderamente es una opción educativa para los miles de jóvenes que aspiran a ingresar a estudios superiores (cfr. Pedro Flores. "Educación superior y desarrollo humano. El caso de las universidades tecnológicas". ANUIES).

El mismo subsecretario de educación superior, en la sesión plenaria de los rectores de las UT, les enfatizó el problema de la matrícula, así como la necesidad de aprovechar la capacidad instalada en una buena parte de las instituciones y de mejorar el nivel de escolaridad de sus profesores (Boletín SEP 25.07.07).

Pero, regresando a la asociación de rectores de las UT, según sus estatutos, además de fortalecer, promover e impulsar el subsistema, se plantea como finalidad "proponer, articular y concertar programas, proyectos y políticas de Estado para el desarrollo de la educación tecnológica en México" (www.anut.org.mx). Es decir, también se perfila como interlocutor del gobierno federal en el diseño y puesta en marcha de las políticas para este segmento de la educación superior.

El asunto adquiere mayor relevancia en el marco de la discusión sobre la coordinación de la educación superior en México (en estas mismas páginas Roberto Rodríguez se ocupa desde hace semanas de documentar el problema y traer a la luz la experiencia internacional) y de la actuación de organismos ya existentes y otros que estarían por crearse, como el proyectado Consejo Nacional para la Planeación para la educación superior.

No solamente se trata de una asociación más en la educación superior, el punto está en el conjunto de nuevos organismos o reactivación de otros que están en marcha en todo el sistema educativo (y más allá) y que parecen armar una estrategia convergente y deliberada sobre gobernabilidad. Dejemos de lado los que están fuera del ámbito educativo y científico o los que siempre han funcionado en el sector y pensemos en los Consejos de Participación Social que hace poco se invocaron, en la Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología que recientemente se reactivó o en el Compromiso Social por la Calidad de la Educación que después de un lustro vuelve a reaparecer, por ejemplo.

La creación o el diseño de estructuras puede ser un paso para mejorar la gobernabilidad del sistema, pero también pueden complicarla o no producir los resultados esperados. Ya veremos el papel y funcionamiento de las nuevas estructuras.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter