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Universidad y gobierno. Relaciones complejas e indisolubles
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 75 [2004-04-01]
 

Uno de los aspectos cruciales para analizar los cambios de la universidad pública en México ha sido y es su relación con el gobierno. En este vínculo hay dos ejes centrales que aparecen desde el fondo a la superficie; la autonomía y el financiamiento. Las reformas acaecidas en las universidades en los últimos lustros se relacionan con ambos ejes y con la política de evaluación.

Durante muchos años el gobierno otorgó recursos a las universidades para satisfacer sus fines y propósitos bajo un régimen de autonomía amplio, aunque lejos de ser completo. De ahí pasamos a un gobierno que ha impuesto una lógica de competencia mediante la evaluación del desempeño institucional, a partir de la cual se asignan fondos extraordinarios.

La lista de instrumentos para evaluar y dotar de estos recursos a las universidades ha llegado a ser de más de una decena. A través de esta multiplicidad de dispositivos se han establecido hasta la actualidad las relaciones entre las agencias gubernamentales y las instituciones universitarias. Mediante el empleo de estos instrumentos, y los mecanismos que conllevan, el gobierno ha adquirido mayor injerencia para orientar el desarrollo de las universidades según objetivos y metas oficiales acotando y restringiendo la autonomía.

Los puentes de relación entre el gobierno y las universidades son esenciales cuando el problema a discernir es cómo transformar a las universidades. No se puede abstraerlos del análisis. Al final hay un marco general, pero cada universidad tiene sus tradiciones históricas y produce sus propias respuestas a las políticas públicas.

Esto es, en lo empírico lo que se encuentra son relaciones específicas entre cada universidad y el gobierno. Las particularidades son de tenerse en cuenta para captar cómo se procesan los cambios en las universidades.

Las propuestas de reforma en las instituciones pasan, en algún momento, por un acuerdo entre la universidad y el gobierno. Esta es una conclusión a la que se llega si se revisan los estudios que se han hecho en México sobre el tema. Las relaciones de las universidades públicas con el gobierno son esencialmente políticas.

Por otra parte, las relaciones específicas entre la universidad y el gobierno están inmersas en la sociedad, que, en el caso de la nuestra, tiene características que deben apreciarse cuando se analiza o se especula acerca de las potencialidades de cambio que tiene la Universidad.

La sociedad mexicana ha vivido un periodo de crisis reiterada y más recientemente de recesión. El déficit fiscal y el endeudamiento público han dibujado un escenario de escasez de recursos, de restricciones y tensiones entre las universidades públicas y el gobierno que, en medio de la alternancia partidaria, ha implicado la necesidad, por parte del gobierno, de controlar y mantener la estabilidad política de las instituciones educativas.

El gobierno se planteó modernizarlas con cánones y ritmos definidos por él desde hace varios lustros. Hoy todavía se sigue con la línea de intervenir a distancia en el desarrollo institucional y de cerca en los intercambios políticos.

Dos cosas más. La primera es que las relaciones entre la universidad y el gobierno son dinámicas y de tiempo en tiempo se reestructuran. A escala internacional, por ejemplo, se observa un movimiento de las relaciones entre ambos hacia un punto de equilibrio entre libertad, autonomía y cumplimiento de objetivos nacionales. Obviamente hay sus excepciones.

La segunda es una hipótesis para señalar que las relaciones entre el gobierno y la universidad pública en el país sufrirán alguna alteración como parte de la reforma del Estado, cuando ésta llegue. Dadas nuestras tradiciones universitarias es probable que si la transición política produce un verdadero Estado democrático, entonces será posible que el gobierno tenga interés en mantener las libertades del trabajo académico, que es una de las condiciones que permiten el avance del conocimiento.

Por lo pronto, es relevante insistir una vez más en la necesidad de plantear reformas jurídicas que den certeza al desarrollo y mejoramiento de las universidades públicas que, en México, seguirán dependiendo financieramente de los gobiernos federal y estatal en los años por venir.

Los académicos universitarios continuaremos realizando investigaciones que sirvan para guiar las transformaciones de la Universidad, esta universidad pública que tenemos en el país, con demandas sociales crecientes y con todos los impactos que recibe de las tendencias generales de cambio que ocurren con la educación superior en el mundo. El trabajo intelectual creativo en y desde la Universidad es un desafío mayor a la realidad prevaleciente.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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