MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

Un presupuesto austero para la educación superior
Javier Mendoza Rojas
Campus Milenio Núm 65 [2004-01-22]
 

En los dos números anteriores de Campus MILENIO, Roberto Rodríguez presentó los principales datos de la reasignación del Presupuesto de Egresos para educación superior en 2004. Como una contribución más al análisis del tema, en este artículo comparó el presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) con las reasignaciones realizadas por la Cámara de Diputados y con las propuestas formuladas por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en diciembre pasado a las comisiones de Educación Pública y Servicios Educativos y de Ciencia y Tecnología de ese cuerpo legislativo. Concluyo con la referencia a los principales indicadores del financiamiento a la educación. Este análisis actualiza información que presenté en un artículo publicado en campus MILENIO en noviembre del año pasado, con los datos entonces disponibles.

Como lo indiqué en ese espacio, el proyecto de PEF implicaba una disminución en términos reales en el gasto federal en educación superior de poco más de 4 por ciento, al cual se añadía un punto porcentual más si se le sumaba el gasto destinado a ciencia y tecnología en IES y Conacyt, que por sí mismo implicaba una reducción mayor.

La ANUIES presentó información a los diputados en la cual se comparaba el cierre estimado del ejercicio fiscal de 2003 y el proyecto de PEF para los distintos tipos de instituciones. Mientras que una de ellas presentaban incrementos nominales, como la UNAM (1.4 por ciento), las universidades tecnológicas (14.5 por ciento) y los institutos tecnológicos federales (7.8 por ciento), otras instituciones tenían disminuciones, como las universidades estatales (-4.2 por ciento) la UAM (-1.8 por ciento); el IPN (-3.7 por ciento), Colmex (-5.9 por ciento), Cinestav (-5.1 por ciento), el Colegio de Posgraduados (-12.6 por ciento), los centros Conacyt (-4.1 por ciento) y el Conacyt (-9 por ciento).

En el proyecto tampoco se consideraba el fondo para problemas estructurales de las universidades públicas estatales, que contó con dos mil millones de pesos en los dos años anteriores para el apoyo a las reformas en los sistemas de pensiones de sus trabajadores. En la iniciativa se destinaban los mismos montos autorizados en 2003 para programas extraordinarios como FOMES, PROMEP, FIUPEA y Pronabes, mientras el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) presentaba una disminución de 3.4 por ciento.

Hasta aquí los datos del proyecto de Presupuesto. Como ya ha sido difundido por campus MILENIO y otros medios, la Cámara de Diputados hizo reasignaciones en distintos ramos que componen el presupuesto.

De acuerdo con la clasificación administrativa que hace la SEP, el gasto federal para educación se compone con los recursos distribuidos en tres ramos: Ramo 11 “Educación pública” (ramo centralizado en la SEP en el cual está comprendido el gasto a la mayor parte de las instituciones de educación superior), Ramo 25 “Previsiones y aportaciones para los sistemas de educación básica, normal, tecnológica y de adultos” (destinado a la educación básica en el DF y al incremento salarial del magisterio) y Ramo 33 “Aportaciones federales para entidades federativas y municipios” (partida educativa que cubre los servicios educativos a cargo de las entidades federativas).

Las adecuaciones realizadas por los diputados se encuentran en que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 2003, y consisten en reducciones y ampliaciones. Para todo el presupuesto de egresos se redujeron 27 mil 880 millones de pesos y se ampliaron 41 mil 329.7 millones de pesos, con un saldo positivo de 13,449.7 millones de pesos, monto que se incrementó al proyecto de PEF, mismo que alcanzó 1.65 billones de pesos en término redondos.

Los tres ramos de educación tuvieron modificaciones: al Ramo 11 le redujeron mil 200 millones de pesos en gasto corriente de la administración de la SEP y le ampliaron 5 mil 26 millones de pesos para programas e instituciones, con un saldo positivo de 3 mil 826 millones de pesos: al Ramo 25, le redujeron 288 millones de pesos en la partida para la educación básica del DF y le ampliaron 3 mil millones de pesos en la partida de previsiones para servicios personales (incremento salarial del magisterio); al Ramo 33 se le dio un ligero incremento de 48 millones de pesos para infraestructura educativa, que aún no se conoce su destino. En total, el presupuesto integrado ascendió a 306 mil 713 millones de pesos, 6,585.8 más del monto que contenía el proyecto de presupuesto.

De esta cantidad adicional, 2 mil 415 millones de destinaron a educación superior, que representan poco más de la tercera parte del incremento: 400 millones de pesos para la UNAM, 200 millones de peso para el IPN, mil millones de pesos para la educación superior tecnológica y 815 millones de pesos para un nuevo fondo llamado “Fondo de equidad para universidades con costo por alumno debajo de la medio nacional” y que fue asignado a las universidades de Oaxaca, Guerrero, Tabasco, Tlaxcala, Sinaloa, Michoacán, Chiapas, Estado de México e Hidalgo. El incremento restante se canalizó a otras partidas e instituciones, sobresaliendo por su peso la educación media superior (mil 776 millones de pesos) y el programa Becas Oportunidades (500 millones de pesos). Las prioridades de los diputados para el insuficiente incremento fueron la educación superior y la educación media superior.

Otras instituciones beneficiadas de acuerdo con la información presentada en el anexo 17 del Decreto, correspondiente al “Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable”, la Universidad Autónoma Chapingo y el Colegio de Posgraduados habrían tenido un incremento en su presupuesto, de cien y diez millones de pesos respectivamente, montos que habrá que confirmar una vez que se dé a conocer la información desagregada por institución por parte de la Subsecretaría de Egresos de la SHCP.

Por último, el Ramo 38 (Ciencia y Tecnología) se asignaron 335 millones de pesos adicionales, pero se etiquetaron en las partidas de desarrollo tecnológico y del Programa para el Desarrollo de Software de Empleo, sin favorecer a los centros Conacyt.

Comparemos la solicitud de ampliación de recursos que propuso la ANUIES a los diputados y los incrementos obtenidos. El monto total del incremento solicitado fue de poco más de siete mil millones de pesos, que estuvo por encima del incremento total otorgado en el Ramo 11; si al incremento otorgado en este ramo se suman los incrementos (exceptuando los del Ramo 38 por ir a otras partidas), se obtuvieron 2 mil 531 millones de pesos, que representa 36 por ciento de lo solicitado por la ANUIES.

Salvo el caso de la educación superior tecnológica, y en su caso la Universidad Autónoma Chapingo, con aumentos por encima de la petición de la ANUIES, los demás incrementos fueron menores a los solicitados, inclusive el otorgado a la UNAM que fue el más alto a nivel institucional. Para esta institución se solicitaron 850 millones de pesos adicionales y se otorgó poco menos de la mitad, mientras que para el IPN se solicitaron 800 millones de pesos y solamente se aumentaron 200 millones de pesos. La UAM fue la institución federal que resulto más desprotegida, al no haberse dado aumento alguno, y para la cual se solicitaron 300 millones de pesos adicionales. Con esta aprobación, y sin considerar el aumento salarial que se dará en 2004 a los trabajadores universitarios, la UNAM crece nominalmente en 4.2 por ciento; el IPN disminuye en 0.3 por ciento y la UAM, de acuerdo con la última información dada a conocer por la SEP, decrece en 1.8 por ciento. Estas dos últimas instituciones reducen sus recursos en 50 millones y 17 millones de pesos, respectivamente, en relación al cierre presupuestal. Como se observa, en esta reasignación la UNAM fue la institución más favorecida.

El proyecto de presupuesto para las universidades públicas estatales conllevó una disminución de alrededor de 800 millones de pesos, misma que no fue subsanada por los diputados y que tendrá implicaciones negativas en la marcha de las instituciones de no ser corregida por la SEP con reasignaciones internas. Tampoco se aprobaron recursos para otros dos fondos sobre los cuales el Consejo Nacional de la ANUIES hizo especial énfasis ante los legisladores:

1. El Fondo de Apoyo Extraordinario a las Universidades Públicas con el fin de continuar con el impulso a los procesos de reforma de los sistemas de pensiones, con la propuesta de continuar con la asignación de mil millones de pesos al igual que los dos años anteriores.

2. La constitución de un nuevo fondo de dos mil millones de pesos con el objeto de disminuir brechas entre las instituciones públicas de educación superior y reconocer su desempeño. Estos recursos, de acuerdo con la petición de la ANUIES, se distribuirían con la aplicación del modelo de asignación adicional al subsidio federal ordinario que fue aprobado por el Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines de la ANUIES en su reunión de noviembre en Huatulco. Se les indicó a los diputados que con este modelo la asignación se haría con criterios de objetividad, transparencia y equidad, para revertir las inercias históricas en el financiamiento a las universidades, y favorecer a su vez al mejoramiento académico de las instituciones al reconocer su desempeño.

Estos dos fondos no fueron incorporados en el presupuesto y en cambio se aprobó el fondo de equidad al que hice referencia más arriba, el cual benefició a nueve universidades las que, junto con una institución no considerada en este fondo, son las que tienen mayor rezago en el índice de subsidio por alumno. Existen diferentes formas de calcular este índice (otorgar distintas ponderaciones a los alumnos de bachillerato y considerar solamente el subsidio ordinario o sumarle el subsidio extraordinario). Si se considera solamente el subsidio ordinario con datos de 2003, además de esas nueve universidades también se encuentra por debajo de la media, entre las más bajas, el Instituto Tecnológico de Sonora (que pese a su denominación se le considera en el grupo de 34 universidades públicas estatales) y las universidades de Guadalajara, Nayarit y Durango, las tres situadas en la menor desventaja.

La ordenación de estas universidades en función de su alejamiento de la media varía de acuerdo con los criterios utilizados. Las universidades con numerosa matrícula en bachillerato aparecerán más debajo de la media si se le da mayor relevancia a este nivel, en tanto no mejorará su posición si se pondera con menor valor. De las nueve universidades beneficiadas con el fondo, solamente las de Tlaxcala y Chiapas carecen del nivel medio superior (la de Tabasco tiene una matrícula muy reducida) y dos de ellas (Guerrero y Sinaloa tienen más alumnos en bachillerato que en el nivel superior).

Si se hacen cálculos de la distribución del fondo, éste no se hizo en función del porcentaje de participación que correspondería a cada universidad para cerrar las brechas. De acuerdo con información dada a conocer, la Comisión de Educación siguió el criterio de incrementar cuatro mil pesos por alumno a las cuatro universidades más rezagas y dos mil pesos a las cinco siguientes en orden de magnitud, ponderando a la matrícula de bachillerato –para fines de identificación del subsidio por alumno- en 0.7, tal como lo aprobó CUPIA para el modelo de asignación, y en 0.3 con fines de determinación de los incrementos a otorgar a cada universidad. En el fondo, como señalé, no fueron consideradas las cuatro instituciones que también se encuentran por debajo de la media; a la U. de G., por su magnitud, le hubiera correspondido una parte proporcional significativa.

Por último, una vez conocidas las reasignaciones, paso a señalar los principales indicadores del gasto federal a educación, a educación superior y a ciencia y tecnología: el gasto federal en educación (Ramo 11, 25 y 33) alcanza 4.3 por ciento del PIB estimado, porcentaje que prácticamente se mantiene igual que en 2003, pese a que se tiene un incremento real de 4.1 por ciento; lo mismo sucede con el gasto de la SEP (Ramo 11) que se mantiene en 1.6 por ciento del PIB, con 2.7 por ciento de crecimiento real. El gasto en educación superior baja ligeramente al pasar de 0.63 por ciento a 0.62 por ciento del PIB, con un crecimiento real del 1.7 por ciento si bien aún no se conoce el incremento del paquete salarial para este año, que hará aumentar ligeramente este dato. Es el gasto en ciencia y tecnología en IES y Conacyt el que resulta más afectado: baja de 0.02 por ciento a 0.19 por ciento del PIB, con una disminución real de 6.1 por ciento, al disminuir en más de 800 millones de pesos el monto de recursos asignados.

Como se desprende de lo anterior, este año estuvimos muy lejos de contar con el financiamiento necesario a la educación superior y la ciencia y tecnología. El escenario deseable que la ANUIES propuso a los diputados con el fin de situarnos en el camino para alcanzar 1 por ciento del PIB en 2006 –que ha sido la meta establecida desde el año pasado en el seno del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines- consistió en lograr en 2004 un financiamiento en educación superior equivalente a 0.69 por ciento del PIB, lo que implicaba contar con 48 mil 700 millones de pesos. Para ello se habrían requerido 4 mil 500 millones de pesos adicionales, carencia que sin duda impactará en el desarrollo del conjunto de instituciones de educación superior públicas del país.



Gráfica 1.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter