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Los acuerdos de los ministros de ciencia
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 68 [2004-02-12]
 

La reunión de ministros de ciencia y tecnología de la Organización de Comercio y Desarrollo Económico (OCDE), que se realizó a finales de enero en París concluyó con la emisión de un comunicado y la firma de dos declaraciones. Los contenidos no tuvieron una alta visibilidad pública en los medios nacionales y probablemente no todos tienen ni tendrán la misma relevancia para la política científica de México. Pero conviene advertir que se trata de la suscripción de acuerdos y en algunos casos de la puesta en marcha de acciones que eventualmente culminarán en resultados. Además, no menos importante, los firmantes son tomadores de decisión en materia de ciencia y tecnología (CyT) en sus respectivos países.

La discusión y aportaciones de la reunión, como se había prevista semanas antes, se concentró en tres temas fundamentales: impulso y fortalecimiento de las relaciones entre ciencia e innovación, “incluyendo el cambiante papel de los derechos de propiedad intelectual en la creación y difusión del conocimiento”; asegurar el desarrollo sustentable de recursos humanos en CyT y los asuntos clave a escala global que demandan una cooperación internacional (www.oecd.org).

La anotación fundamental de la reunión de la OCDE sobre el primer aspecto es que existe una mayor necesidad de incrementar y hacer más eficiente el vínculo entre ciencia e innovación. Esto, señala el comunicado, en virtud de que se ha venido diluyendo la distinción entre la investigación básica y la orientada a problemas, y han aumentado las demandas para que la investigación pública se interese más en las necesidades de la empresa y la sociedad civil. Así, sugiere que los vínculos entre ciencia e innovación puedan tomar formas distintas, como contratos, investigación colaborativa, transferencia de personal, licencias de tecnología y empresas derivadas (spin of firms).

Si el vínculo entre ciencia e industria se fortalece y se añaden nuevos objetivos a los ya existentes, entonces, destaca el documento, se deberían revisar los esquemas de evaluación, tanto de los centros públicos de investigación como de los apoyos públicos a la Investigación y Desarrollo (ID) privada. En este sentido, los ministros subrayaron la importancia de la evaluación e hicieron notar “la necesidad de mejorar las prácticas respecto a las metodologías y mecanismos institucionales de la evaluación para que reflejen los cambiantes instrumentos y prioridades de política.

Parece coherente que si los objetivos se modifican, las formas de valorar su cumplimento vayan en ese mismo sentido. Sin embargo, en el caso de México el problema es la simetría y lo homogeneidad entre unos y otras. El vínculo entre ciencia e innovación se registra en un ámbito muy reducido del sistema científico, pero los esquemas de evaluación parecen generalizarse para el conjunto del sistema sin distinguir especializaciones y trayectorias.

Sobre las patentes, cuyos efectos son notorios en la comercialización y creación de firmas, solamente se destacó que deberían estar sujetas a un mayor escrutinio por parte de los tomadores de decisión y una mayor cooperación entre las grandes oficinas de patentes para avanzar en un sistema global de patentes más coherente.

En cuanto al tema de los recursos humanos para la CyT. Los ministros concluyeron que resulta imperativo aumentar y sostener los estándares de calidad en educación superior para incrementar la demanda de trabajadores con conocimiento y capacidades científicas y tecnológicas. En especial anotaron los retos a vencer: interesar a la juventud en la ciencia; reducir la brecha de género entre los graduados de ciencia y tecnología a nivel de doctorado; el envejecimiento de la fuerza de trabajo en el sector público de investigación, y el interés en la carrera de investigación.

Uno de los aspectos que llama la atención, si se piensa en el caso de México, es el reconocimiento de los ministros a los incentivos y autonomía necesaria de las instituciones de enseñanza superior para que puedan hacerle frente a los retos en la formación de recursos humanos. Aunque, cabe advertir: se trata de una autonomía acotada para adaptar el currículo a las cambiantes demandas de habilidades, “incluyendo conocimiento interdisciplinario y habilidades gerenciales y empresariales, y asociarse con la industria para alcanzar esas metas”. Una sugerencia que ya se ha practicado con suerte distinta en el heterogéneo subsistema de enseñanza superior.

Por último, respecto a la cooperación internacional, señalaron que ésta es vital en temas como el crecimiento económico, la salud, el desarrollo sustentable, la seguridad nacional y los proyectos a gran escala. El acceso a los datos de investigación fue uno de los temas clave que mereció la firma de una declaración. Se denominó “Declaración sobre Acceso a Datos de Investigación de Financiamiento Público” y la firmaron 34 países, incluyendo México. Esencialmente sólo se comprometen a trabajar para establecer un régimen de principios y guías comunes para el acceso, tales como apertura, transparencia, responsabilidad, seguridad, calidad, rendición de cuentas, eficiencia, etcétera. No es todavía una realidad, pero si llega a establecerse claramente este esquema en el corto plazo tendrá amplia recuperación no solamente para la cooperación entre países desarrollados y en desarrollo, sino sobre todo en la relación público-privado en la ciencia.

La segunda declaración fue sobre cooperación internacional en materia de ciencia y tecnología para el desarrollo sustentable. Los ministros solamente reafirmaron los compromisos de la cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable, realizada en Johannesburgo, Sudáfrica, en septiembre del 2002, así como su apoyo a los esfuerzos para establecer una red de centros de recursos biológicos y el impulso a la cooperación científica en física de alta energía y neuroinformática.

En las conclusiones de la reunión de la OCDE es importante el énfasis puesto en la relación ciencia e innovación, misma que no es reciente en esa organización, al igual que los instrumentos que permitirían encauzarla. Pero lo que está por aclararse es la relevancia e implicaciones para la política científica nacional.


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