MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

Jóvenes!
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 234 [2007-08-02]
 

Los relatos son crudos, conmovedores, irritantes; podrían ser fragmentos de un guión de una película. Pero no, son las narraciones de jóvenes ex bebedores y ex adictos recuperadas por Juan Pablo Becerra-Acosta (MILENIODiario 28/07/07). Se pregunta y les pregunta: “¿Qué les tiene que ocurrir a los menores de edad y a los jóvenes mexicanos para que dejen de abusar del alcohol?”. Media docena de jóvenes van contando qué les sucedió. Ella, de 22 años, literalmente, estuvo al borde del precipicio: trastabillando alcoholizada en una minúscula barda de un octavo piso jugaba a la pasarela; aquel otro lleva o! nce años en una silla de ruedas después de accidentarse jugando carreras de auto.

El problema no es de índole personal, tampoco se circunscribe al escandaloso tema de las adicciones o a los estereotipos de los jóvenes urbanos con poder adquisitivo que van a los antros todos los fines de semana. Más bien se trata de ese inasible grupo de edad que se localiza entre los 12 y los 29 años y que a falta de una mejor comprensión analítica se les suele clasificar por el criterio demográfico. Un periodo que coincide con la edad escolar, un proceso de “moratoria de responsabilidades”, como lo designó Pierre Bourdieu.

Las tendencias demográficas, lentas pero inexorables, nos han obligado a voltear la mirada a los extremos y reparar en lo evidente: los viejos y los jóvenes. La ventana de oportunidad que pronto se cerrará y el problema de las pensiones que ya está enfrente; la ausencia de condiciones para acad u233émicos en condiciones de retiro y la escasez de plazas para jóvenes aspirantes al puesto; la pérdida de vocaciones y la clausura de vacantes; o la paradoja de un mayor nivel de escolaridad en la población económicamente activa pero mayores dificultades para alcanzar un empleo.

En los últimos años la atención pública hacia la juventud ha ido en aumento. Aunque desde los años sesenta los jóvenes han estado presentes en el debate público, primero como protagonistas de los movimientos estudiantiles, luego como integrantes de los movimientos guerrilleros y más recientemente como consumidores de droga o alcohol, violentos o delincuentes (Rossana Reguillo Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto, Ed. Norma). Las medidas de “mochila segura” o el debate sobre el “antidoping” a estudiantes lo pueden atestiguar. En! realidad, escasamente en la década pasada y lo que va de la actual, los jóvenes comenzaron a ser motivo de preocupación y blanco de políticas públicas.

En México, apenas en el año 2000 se llevó a cabo la primera Encuesta Nacional de la Juventud, con el fin de averiguar datos más precisos sobre su situación familiar, su condición educativa, su vida laboral (si es que la había), sus preferencias religiosas, su participación política, sus prácticas sexuales, etcétera.

En ese año, por primera vez, se contó con información sistemática y relevante sobre los jóvenes entre los 12 y los 29 años. El año pasado se conocieron los resultados de la segunda aplicación de la encuesta, la de 2005, lo que permitirá formar series históricas y registrar los cambios. Un dato importante que aportó fue que 29 por ciento de los jóve! nes entre los 20 y los 24 años ni estudiaba ni trabajaba; la proporción subía a 34.1 por ciento en los jóvenes entre los 25 y los 29 años.

Los organismos internacionales también comenzaron a prestar atención a los jóvenes. Naciones Unidas siempre lo ha hecho y considera al grupo de edad entre los 15 y los 24 años (México entre los 12 y 29 años) como definitorio de la juventud. Hace tres años, la CEPAL publicó un importante diagnóstico de las tendencias que viven los jóvenes en Iberoamérica, destacando los cambios entre los años noventa y la década actual pero, sobre todo, los posibles escenarios que nos aguardan y las políticas que se podrían poner en marcha (CEPAL, “La juventud en Iberoamérica. Tendencias y urgencias”, Santiago de Chile, 2004).

A las aportaciones se ha veni! do a sumar un reciente estudio del Banco Mundial: “El potencial de la juventud: políticas para jóvenes en situación de riesgo en América Latina y el Caribe” Un informe, con un enfoque acorde a los principios del BM, que plantea que los gobiernos no invierten suficiente en los jóvenes, particularmente los que se encuentran en situación de riesgo (desertores escolares, desempleados, los que abusan de sustancias tóxicas o los que tienen prácticas sexuales riesgosas), debido a que tienden a subestimar el costo real de su conducta negativa. Según la metodología que presenta, estima que reducen el crecimiento económico en la región hasta en 2 por ciento cada año y el costo en dinero de las conductas riesgosas puede representar hasta 1 por ciento del PIB.

En consecuencia, el informe sugiere 25 iniciativas y políticas para los jóvenes, siete de las cuales considera “indispensables”. El! debate sobre los jóvenes, como se podrá notar, está en ascenso.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter