MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

La oferta de una Secretaría de Ciencia y Tecnología
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 448 [2012-02-02]
 

Una vez más la idea de crear una Secretaría de Ciencia y Tecnología ingresa en la agenda de discusión pública. Esta vez como propuesta de uno de los aspirantes a la Presidencia de la República. No es un hecho inminente; tampoco una iniciativa desagregada. Pero podría cobrar fuerza conforme avance la oferta electoral y se aproximen las elecciones de julio próximo. Vale la pena considerar las implicaciones.

La propuesta de crear una nueva secretaría fue formulada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), precandidato a la presidencia por la Coalición Movimiento Progresista. El marco fue un foro sobre educación, ciencia y tecnología, de los varios que está realizando, éste efectuado en la Ciudad de Aguascalientes el pasado 25 de enero.

En el foro, AMLO planteó 15 acciones a llevar a efecto en el terreno educativo. En la número 14 señaló que: “Se creará la Secretaria de Ciencia y Tecnología que definirá la política en esta materia e integrará y coordinará el buen funcionamiento del Conacyt y de todos los Institutos y Centros de Investigación”. Además, en la acción 15, y última enunciada, precisó que René Drucker Colin sería el secretario de la misma.

La acción que propone el aspirante del Movimiento Progresista no tiene mayores precisiones sobre sus componentes o rasgos. Tal vez habría que aguardar una mayor definición en el registro de su plataforma electoral.

No obstante, dos elementos están claros: crear una nueva secretaría para encargarse de los asuntos científicos y tecnológicos y el nombre de su titular. La idea de elevar a rango de secretaría los asuntos sectoriales no es novedosa. Lo ha planteado la Academia Mexicana de Ciencias, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la OCDE, la Anuies, los legisladores e incluso funcionarios gubernamentales, entre otros.

En esta misma columna, la ocasión más reciente que abordamos el asunto fue en septiembre del año anterior, a propósito de una iniciativa para crear la Secretaría de Ciencia y Tecnología, la cual fue presentada por los senadores Francisco Javier Castellón y Carlos Navarrete. Claro, la propuesta de reforma permanece en comisiones.

La idea de una nueva estructura para la administración de la ciencia puede no ser reciente, pero ser el primero en anunciarla en el contexto de una próxima contienda presidencial y nombrar a un eventual responsable, avanza en la definición del tema y asume un compromiso con un sector de interés específico.

Obviamente, la definición pone las cartas abiertas sobre la mesa y dividirá a los que ven con simpatía la acción y a los que francamente les parece una iniciativa poco afortunada y/o no les parece buena opción el nombre del probable titular. Sí, en el juego abierto está su posible acierto y también su mayor riesgo.

¿Es necesaria una nueva estructura de alto rango para atender los asuntos de la ciencia y la tecnología? Existen muy variados modelos y organizaciones relativamente complejas en América latina y en el mundo. Por ejemplo, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador o Venezuela cuentan con ministerios, instancias de alto nivel. Los países que tienen una estructura similar a la de México son Paraguay, Bolivia, Chile, Colombia o Perú.

La mayoría de los países de la OCDE han optado por la creación de ministerios. Pero España es un caso emblemático de los vaivenes del sector entre educación y economía. A partir del año 2000 se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero vinculado al departamento de Industria. Después, en el 2004, bajo el gobierno de Rodríguez Zapatero, el sector retornó al cobijo del ministerio de Educación y cuatro años después vuelve a aparecer como ministerio individual (Ciencia e Innovación) e incluyó a las instituciones de educación superior.

Una vez más, en diciembre pasado con los ajustes del nuevo gobierno de Mariano Rajoy, el ministerio de ciencia volvió a desaparecer y fue trasladado al Ministerio de Economía y Competitividad (Real Decreto 1887/2011, 30 de diciembre de 2011).

Tal parece que, como lo ilustra el caso de España, la estructura de goberanza del sector depende de decisiones previas sobre la orientación del sistema y de opciones organizacionales. En el caso de México, Conacyt también ha estado vinculado a dos diferentes secretarías (la desaparecida de Programación y Presupuesto, y después a Educación). A partir del 2002 se desectorizó. Volveremos para concluir sobre la gobernanza del sistema.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter