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Cartera vencida: remedios chilenos (segunda parte)
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm 449 [2012-02-09]
 

El año pasado los universitarios chilenos sostuvieron una extensa y amplia movilización en la que, entre otras demandas, cuestionaban los sistemas de crédito con subsidio del Estado para el pago de inscripción y colegiaturas en las instituciones de educación superior, públicas y privadas, de ese país. Los estudiantes demandaban, inicialmente, tanto la reprogramación de los adeudos, como la reformulación de los esquemas de crédito. Al cabo terminaron exigiendo la gratuidad de estudios en el sistema público, así como un mayor compromiso gubernamental con el financiamiento de la educación superior en su conjunto.

Como una propuesta de negociación, el ejecutivo chileno planteó la posibilidad de revisar la normativa tanto del Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU) como la correspondiente al Crédito con Aval del Estado (CAE). En su momento, el movimiento estudiantil no recogió esta propuesta como una solución al conflicto. Sin embargo, tanto el Ministerio de Educación el Congreso avanzaron en la reforma de los créditos.

El FSCU puede ser contratado, exclusivamente, por estudiantes inscritos en alguna de las veinticinco instituciones del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch), en su mayoría universidades públicas. El CAE tiene una cobertura más amplia, incluye a los inscritos en instituciones públicas y privadas que han cumplido requisitos de acreditación. Ambos esquemas establecen condiciones académicas de elegibilidad. No obstante, más de dos terceras partes de los universitarios con crédito están en alguno de ellos. El resto se dispersa en un tercer esquema de crédito subsidiado, el denominado “crédito Corfo de pregrado”, y en otras opciones de la banca comercial.

El FSCU tiene como antecedente el Crédito Fiscal Universitario establecido por la dictadura en 1981. Después de varias transformaciones, la norma vigente (ley 19,287 de 1994) fija las siguientes condiciones de pago: interés anual indexado a la inflación más dos por ciento; periodo de gracia de dos años después del egreso; rembolso con un tope de cinco por ciento del ingreso anual devengado el año previo; plazo de pago de 12 a 15 años. La recuperación de la deuda es responsabilidad de cada universidad. El CAE se inició en 2006, se contrata en unidades de fomento (similares a nuestras Udis), y el interés vigente hasta 2011 equivale a 5.8 por ciento anual.

El crédito Corfo es avalado por la Corporación de Fomento de la Producción (equivalente chilena de nuestra Nacional Financiera), está abierto a todos los estudiantes universitarios de Chile, aunque el interés anual es considerablemente superior por la intermediación de la banca comercial. En 2011 este crédito establecía una tasa de 7.8 por ciento al año. A pesar de esta desventaja financiera, para no pocos estudiantes chilenos la opción Corfo ha sido la única disponible al no poder solventar los requisitos académicos de los otros créditos subsidiados.

¿Qué se modifica del esquema vigente? Con respecto al FSCU, el 24 de enero los diputados aprobaron la Ley de Reprogramación del Crédito Solidario y tres días después el presidente Piñera emitió el decreto correspondiente. Aunque la “reprogramación” se anunció como una medida beneficiosa para más de ciento diez mil egresados universitarios en condición de mora, lo cierto es que la medida se concreta a condonar parcial o totalmente de la deuda acumulada los denominados “intereses penales”. Para los deudores la buena noticia es que la reprogramación elimina su registro en DICOM, base de datos que maneja la transnacional Equifax, equivalente a nuestro Buró de Crédito. La mala es que tendrán que seguir pagando hasta liquidar el adeudo, con todo y los intereses nominales contratados.

Para acogerse al nuevo plan, el deudor tiene que solicitarlo formalmente a la universidad que avaló su crédito, brindar datos precisos de localización, y aceptar el plazo y las cuotas que la institución proponga para solventar el adeudo. No hay de otra.

El presidente Piñera anunció la medida como “un gran día para nuestra juventud”, no obstante que se trata, a todas luces, de un programa de recuperación de cartera vencida. Como era de esperarse, los universitarios organizados han criticado la medida. No obstante el actual presidente de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), Gabriel Boric, matizó: “Aunque es insuficiente, valoramos la repactación de la deuda del Fondo Solidario porque es algo positivo para muchas personas” (Radio U de Chile, 30 de enero).

Sobre el CAE se anticipa que la tasa de interés habrá de disminuir, a partir de 2012, a sólo dos por ciento anual. La cámara de diputados ya aprobó, en votación dividida, la propuesta y la trasladó a la colegisladora. Resta aprobación de los senadores y decreto presidencial. Probablemente se anuncie el próximo mes.

En tanto Corfo acaba de avisar que suspende, más bien elimina, la línea de crédito para estudios de pregrado. Así nomás. Se argumenta que la tasa de interés que se cobra resulta incompatible con la anunciada para el CAE. Se deja por lo tanto a la deriva a quienes pensaban contratar este crédito por no poder hacerlos en los otros sistemas.

Así las cosas, el 2012 chileno pinta para que el movimiento estudiantil rebrote y las protestas continúen. ¿Será que en México podremos sacar lección de todo eso?


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