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Desde la UNAM: el posgrado
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm. 557 [2014-05-01]
 

En el siglo XIX, en Alemania, todo se conjugó para que la investigación se convirtiera en una actividad universitaria. Y que los resultados de la investigación fueran usados en la práctica docente. Se dio origen a lo que se conoce como la universidad de investigación. En ella, el posgrado es el espacio donde se conjugan de mejor forma docencia e investigación. Ahí se gesta a los futuros investigadores.

El posgrado es, entonces, el lugar donde se reproducen las instituciones universitarias. Aunque, también, es el lugar donde se generan los cuadros de alto nivel para la sociedad, hoy bastante fincada en el conocimiento y la información.

La UNAM dio cabida a la investigación a partir de que fue creada. Desde su inauguración, “atrajo todas las energías de la República” (Sierra) para hacer ciencia. A lo largo del Siglo pasado, y lo que va de éste, la UNAM ha colaborado formando especialistas, maestros y doctores para satisfacer las necesidades nacionales.

Para realizar sus objetivos de producción de conocimiento, también, la UNAM creó sus posgrados. El desarrollo formal de los estudios de posgrado se ubica en 1929. En 1932 se comenzó a otorgar grados de maestro y doctor.

Actualmente, los estudios de posgrado en la UNAM han avanzado con fuerza. Aquí daré algunos datos que corresponden al período del Dr. José Narro Robles (2007-2013), porque en este tiempo han ocurrido cambios en nuestra institución que son sobresalientes.

Los estudios de maestría y doctorado tenían una matrícula total de 4256 estudiantes en el 2007. De ahí al 2013 se agregaron 10154 alumnos, para hacer un total de 14410. La matricula de estos dos niveles aumentó más de dos veces. Los estudiantes de doctorado se multiplicaron casi cuatro veces para alcanzar un total de 5024 en el 2013. En este último año, la matricula de especialización fue de 12468, para hacer un total de estudiantes en el posgrado de 26878.

Estos cambios, tan significativos, en la matrícula, se reflejan en una composición de la docencia, que también ha sufrido transformaciones considerables. Por ejemplo, entre 2007 y 2013, decreció la matrícula de maestría en humanidades y ciencias físico matemáticas. Hubo un ligero incremento en ciencias sociales. El mayor crecimiento (6.8 por ciento) fue en ciencias biológicas y de la salud. En el doctorado, el crecimiento, de 1030 a 5024 estudiantes, en el período considerado, se reflejó en un cambio negativo en el caso del área de las ciencias sociales, donde hubo una disminución de 6.7 por ciento. Casi todas las disciplinas incluidas en esta área tuvieron disminuciones, a excepción de derecho y administración. En contraste, en el área de las ciencias biológicas y de la salud, la matricula aumentó un 6.3 por ciento. El doctorado en medicina y ciencias de la salud fue el que más creció en esta área. El área de humanidades tuvo un cierto incremento (3.5 por ciento), con pedagogía, artes y diseño al alza. Al tiempo, ciencias físico matemáticas redujo su matrícula (3.1 por ciento).

Estas cifras reflejan un conjunto de maestrías y doctorados con una dinámica intensa, en la cual la demanda estudiantil, y tal vez las percepciones y realidades de trabajo en el mercado, han orientado sus cambios. Asimismo, una parte de esta dinámica le toca a las políticas educativas que han estado detrás de los cambios en la matricula del posgrado.

Por lo pronto, se ha hecho un esfuerzo para aumentar la cobertura, así como también para mejorar la calidad y la pertinencia de los posgrados. Lograr la incorporación de los posgrados al padrón de CONACYT, también ha sido un propósito cumplido en estos años.

Se ha trabajado, asimismo, en promover la incorporación de los egresados de licenciatura al posgrado. Para ello, hay que tener en cuenta los cambios en la matrícula de licenciatura. En el período de referencia, la matricula de licenciatura tuvo su crecimiento más elevado en el área de ciencias físico-matemáticas. De tal suerte, que podría esperarse una mayor demanda en los posgrados de esta área en el futuro inmediato.

Igualmente, se ha estimulado que los programas se acerquen a las necesidades de las entidades del sector público y de empresas del sistema productivo, en una época en la que, ciertamente, ha habido serias contracciones del mercado para emplear y remunerar a quienes han conseguido un grado. Por lo pronto, frente a la demanda de profesores, que tengan un posgrado, para incorporarse a la dinámica de expansión del sistema de universidades públicas, con motivo de las metas de cobertura del sexenio, podríamos decir que la UNAM tendrá un papel relevante para elevar la oferta de maestros y doctores, capaces de enseñar a partir de sus investigaciones.

Corrección de Humberto Muñoz García Campus Milenio 558 - 2014-05-08

En el texto de la semana pasada “Desde la UNAM: el posgrado” hay un error en las cifras de la matrícula del posgrado. Un amigo me escribió haciéndomelo notar. Ahora, reviso, corrijo y preciso las mismas. Las cifras están tomadas de las Agendas Estadísticas de la UNAM para 2007 y 2013. El texto corregido quedaría de la siguiente forma:

“Los estudios de maestría y doctorado tenían una matrícula total de 10928 estudiantes en el 2007. De ahí al 2013 se agregaron 3482 alumnos, para hacer un total de 14410. La matricula de estos dos niveles aumentó un poco más del treinta por ciento. Los estudiantes de doctorado se multiplicaron casi en un cuarenta por ciento al pasar de 3611 a un total de 5024 en el 2013. En este último año, la matricula de especialización fue de 12468, para hacer un total de estudiantes en el posgrado de 26878”

Una precisión más:

Estos cambios, tan significativos, en la matrícula, se reflejan en una composición de la docencia, que también ha sufrido transformaciones considerables. Por ejemplo, entre 2007 y 2013, decreció la matrícula de maestría en humanidades y ciencias físico matemáticas como porcentaje del total. Hubo un incremento en ciencias sociales y en ciencias biológicas y de la salud, también como porcentaje del total.

En el doctorado, el crecimiento, de 3611 a 5024 estudiantes, en el período considerado, se reflejó en un cambio negativo en el caso del área de las ciencias sociales de 27.0 a 20.5 como porcentaje de la matricula total de este nivel Casi todas las disciplinas incluidas en esta área tuvieron disminuciones, a excepción de derecho y administración. En contraste, en el área de las ciencias biológicas y de la salud, la matricula aumentó un 6.3 por ciento con respecto al total. El doctorado en medicina y ciencias de la salud fue el que más creció en esta área. El área de humanidades tuvo un cierto incremento (3.5 por ciento), con pedagogía, artes y diseño al alza. Al tiempo, ciencias físico matemáticas redujo su matrícula (3.1 por ciento) con respecto al total.


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