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Sobre los estudiantes de la UNAM
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm. 621, pp. 6 [2015-08-27]
 

Entre 2011 y 2015, la Universidad Nacional agregó a su matrícula casi 26 mil estudiantes al pasar de 316 mil 589 a 342 mil 542. En el nivel de licenciatura, solamente, la UNAM tuvo un aumento de más de 20 mil estudiantes en su matrícula. El aumento es mayor que la matricula total de varias universidades públicas en el país.

Sin contar a los estudiantes de bachillerato, la UNAM es ocho veces más grande que Harvard y casi tres veces mayor que la Universidad de Sao Paulo, en Brasil. La UNAM ha continuado creciendo y ha mantenido su lugar académico en México y en el mundo.

Desde su primer nombramiento como rector, José Narro señaló con énfasis que los jóvenes estudiantes son el actor más importante en y para la institución. Por esta, y otras razones, los investigadores teníamos que examinar y producir conocimiento sobre el conjunto estudiantil. En el Seminario de Educación Superior de la UNAM levantamos una encuesta en la licenciatura, a una muestra grande y representativa de este sector, hacia fines del 2011. El proyecto tenía entre sus objetivos hacer un análisis de las representaciones y sentimientos de l@s estudiantes de licenciatura; para saber cómo son, qué hacen y qué opinan de su casa de estudios.

El informe general apareció en un libro donde se analizan los datos divididos en 10 grandes temas (Suárez, 2012). A fines del mes pasado se publicó otro libro sobre Jóvenes_estudiantes @unam.mx (Suárez Coord, 2015) en el que colaboramos investigadores dedicados a la educación superior. Es una investigación colectiva en la que se busca entender la condición juvenil en relación con ser estudiante. Se analizan las relaciones que establecen los estudiantes con la institución y sus actores, lo cual resulta relevante para formular y ejecutar políticas que terminen de corregir problemas que son de primera importancia para la Universidad.

Voy a retomar algunos datos de la encuesta, con los cuales ilustro varios hechos sociales del acontecer universitario. Por ejemplo, casi 2 de cada 5 alumnos provienen de hogares donde los padres tienen educación universitaria. La proporción de estudiantes que vienen de este tipo de hogares ha aumentado sistemáticamente, desde fines del siglo pasado al presente. El dato es importante, porque el origen social se extiende a todos los niveles de experiencia y se refleja en hábitos y actitudes de los estudiantes frente a la vida académica. Así, hay una fracción del estudiantado que viene de familias con menor educación, a la que posiblemente se puedan dirigir apoyos docentes para que cumplan mejor sus propósitos académicos y para aumentar su capital cultural.

Los estudiantes de licenciatura tienen una buena opinión sobre lo dicho y realizado por el rector, pero llama la atención la confianza y credibilidad que tienen en sus profesores: 87por ciento calificaron entre 8 y 10 este rubro. La gran mayoría considera que sus profesores saben su materia, cumplen con su programa, y enseñan bien sus conocimientos.

La queja es que los profesores no los atienden después de clase, porque no tienen tiempo: los de asignatura se van a trabajar y los de carrera al cubículo, para no atrasarse en sus investigaciones. Este resultado debería hacernos pensar cómo redefinir el tiempo de trabajo para que los académicos de carrera atendamos mejor a nuestros alumnos, sin tener miedo de perecer por la exigencia de publicar, impuesta por los programas de “estímulos”. En la Universidad deberíamos discutir cómo dar condiciones para que los académicos podamos organizar nuestras jornadas laborales y conseguir una mayor cercanía con los alumnos, sin que tengamos que estar vigilados.

Los universitarios entendemos el esfuerzo que ha hecho la institución para contribuir al aumento de la cobertura, pero ahora se necesita hacer una reflexión sobre el crecimiento futuro de la matrícula, porque la mitad de los estudiantes considera que la cantidad de alumnos por salón no es adecuada, lo mismo que el mobiliario y el equipo. Habrá que ver, asimismo, en qué sectores de la UNAM ha aumentado el número de alumnos que atendemos los profesores, pues la planta docente no ha crecido al ritmo de los estudiantes.

Los jóvenes estudiantes opinan que es necesario contar con instalaciones más dignas para tomar sus alimentos, socializar y comunicarse entre ellos. Es conveniente que los universitarios gocen de un buen ambiente ecológico, que todas nuestras instalaciones estén muy limpias, que sintamos, como siempre, orgullo del estado de nuestros campus.

Las políticas institucionales deben tener como eje central la formación de los estudiantes, para que sean personas autónomas, creativas, críticas, útiles a la sociedad y para que den aliento al cambio social. En esta hora del país, insistimos en una educación que enfatice la perspectiva humanista, porque es la que provee capacidades para que los alumnos sean imaginativos y desarrollen una cultura de la innovación (Nussbaum,2012). Hemos avanzado académicamente y tenemos acuerdos básicos para seguir adelante. Hoy, TODOS estamos obligados a colaborar para que la UNAM transite el Siglo XXI impulsando el conocimiento científico y la cultura en México.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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