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Estudiantes universitarios y política
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm. 623, pp. 6 [2015-09-10]
 

Una parte importante de la Encuesta de Estudiantes de Licenciatura de la UNAM (ENEUNAM) es la que se refiere a la participación de los estudiantes en la vida política de la institución, la cual está mediada por un amplio conjunto de factores, como lo ha ilustrado Durand (e.g. 1998 y 2015) en varias de sus obras.

La autonomía le permite a la universidad autogobernarse, establecer su forma de gobierno, definir sus autoridades, unipersonales y colegiadas, que se integran en consejos, con representantes de los distintos sectores que conforman la comunidad universitaria. En la universidad se compite para ocupar los lugares asignados a los representantes en los cuerpos colegiados, y por las posiciones de las autoridades unipersonales. La autonomía cubre el derecho de participar en el proceso de designación de las autoridades.

Retomo un punto: el entorno institucional es poco propicio a la participación de los estudiantes en las organizaciones de la UNAM, sean académicas, culturales o de asuntos universitarios. En los procesos de elección o designación de representantes o autoridades, la participación también es reducida. No se conoce bien lo que hacen los cuerpos colegiados y la comunidad estudiantil se mantiene con cierto distanciamiento de ellos.

Lo anterior se refleja en que menos de una quinta parte del estudiantado participó en la última elección de consejeros estudiantiles, previa al levantamiento de la encuesta. Casi 6 de cada 10 estudiantes sabe que hay representantes estudiantiles en los órganos colegiados. Pero, los estudiantes no conocen a quiénes los representan (74 por ciento), y apenas un 54 por ciento se siente representado. Hay dudas sobre cómo actúan los representantes en los Consejos, con quién se asocian y qué iniciativas apoyan.

Los representantes, por su parte, no tienen costumbre, ni son exigidos a rendir cuentas de su gestión. La representatividad, entonces, es un punto que necesita atenderse, para que en la UNAM la razonabilidad marque su vida política. Una mayor participación de los estudiantes en las elecciones de representantes estudiantiles, y en los espacios donde resulta pertinente su presencia para la toma de decisiones, brinda mayor credibilidad a los procesos de elección, al trabajo de los cuerpos colegiados, al gobierno universitario y a los organismos en los que se divide.

Hay estudiantes que perciben un contexto de apatía, apoliticismo y desinterés, que resta importancia a la vida política institucional. La escasa participación inhibe la formación ciudadana y en ocasiones produce vacíos que no ayudan a la estabilidad política institucional. Los estudiantes tienen valores antiautoritarios, favorecen el pluralismo y la tolerancia (Durand,1998). Pero cuando no encuentran canales de diálogo o se les aplican medidas que los afectan, sin la debida consulta, entonces, se organizan y movilizan, provocan conflictos que, en ocasiones, terminan con el cierre de las instalaciones y negociaciones complicadas.

Los datos sugieren que la Universidad requiere hacer un esfuerzo para tener un clima político más acogedor a la convivencia cotidiana de todos sus actores. La perspectiva es facilitar la interacción social fundada en valores universitarios compartidos, la reflexión y la razonabilidad para actuar conforme a principios de la ética académica. Por ejemplo, la responsabilidad estimula a cumplir con los deberes escolares, pero también el uso de la libertad para conocer, dialogar y debatir académicamente. Estimula la crítica razonada y el cuidado al medio ambiente y a las instalaciones.

Además, la responsabilidad es un valor ligado a la confianza. Quien es responsable gana confianza de los otros. Estar en un régimen de confianza estimula la participación responsable.

Además de la confianza que les tienen a sus profesores, los estudiantes de la UNAM, en un 75 por ciento, tienen mucha confianza en sus compañeros. Sin embargo, la confianza depositada a los representantes estudiantiles en los cuerpos colegiados se reduce al 60 por ciento. Una cierta desconfianza en ellos, es señal de que se requiere ventilar el clima político institucional. En la Universidad, los estudiantes deben reconocer y apreciar que el aprendizaje de los valores democráticos, y el respeto a los principios institucionales, resultan de primera importancia, para ejercer la academia en libertad, crear ideas nuevas para enriquecer y enriquecerse con el conocimiento, para dominar sus modos de producción y apropiación, para intervenir en las relaciones que se dan entre ellos y con sus profesores y autoridades.

La información que contiene la Encuesta revela que los estudiantes valoran muy positivamente la vida académica universitaria. Pero, su visión sobre los actores que se mueven en el ámbito administrativo y político es algo negativa. Sería oportuno reflexionar sobre qué reorganizar en la administración para hacerla más eficiente, cómo establecer nuevas formas de comunicación entre la autoridad y la comunidad, y relaciones más frecuentes e intensas entre estudiantes y académicos. Queremos estudiantes que salgan completamente satisfechos y agradecidos de su paso por la UNAM. Siempre es posible mejorar la Universidad para seguir formando personas útiles y comprometidas con la sociedad.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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