MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

Política y cambio institucional en la UNAM
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 244 [2007-10-11]
 

Hay varios estudios en México que han demostrado la naturaleza política de la universidad. Para nadie es un secreto que se hace política en esta institución, que hay grupos políticos universitarios que se disputan y construyen el poder en las universidades. Se acepta en la literatura que el juego político por el poder universitario constituye uno de los principales factores del cambio institucional (Muñoz, 2002). Por esta última razón, vale la pena tomar el tema, siguiendo las reflexiones propias y las de mis colegas.

Una organización tan compleja como la universidad pública en México necesita una estructura de poder que articule los diferentes intereses académicos y burocráticos para ser gobernada. La gobernabilidad es un objeto de estudio de la mayor relevancia (Acosta, 2006; J.P. Durand, 2006, e Ibarra, 2006). Deviene del buen funcionamiento de dicha estructura, de su capacidad para satisfacer demandas internas y externas. Los tiempos académicos y políticos que vivimos, y el cúmulo de demandas, aconsejan repensar el diseño de la estructura del gobierno universitario teniendo en cuenta una participación mayor y responsable de la comunidad en la toma de decisiones, lo cual se traduce en una gobernabilidad más firme.

También las formas de gobierno de las universidades constituyen hoy por hoy un foco de atención. López (2001) mostró que en México no hay una sola forma de gobierno en las instituciones de educación superior públicas. En la sociología estadunidense, desde los años setenta del siglo XX, ya se hablaba de distintos modelos de gobierno en las universidades.

En unos modelos más que en otros, los procesos académicos y administrativos, en conjunción con los intercambios externos de la universidad, exigen un saber especializado para formular y ejecutar políticas dirigidas al avance institucional (Casanova, 2002). También que la forma de gobierno mantenga ciertas características: tener legitimidad entre sus gobernados, ser eficiente y durable, esto es, conseguir estabilidad política. Como lo dijeron Lipset y Eckstein, la estabilidad política y la cohesión social permiten que las instituciones vayan adelante, aun cuando, en una anarquía organizada como puede ser la universidad, aparecen constantemente problemas por resolver.

En México, la estabilidad política de las universidades públicas en el último lustro ha sido uno de los factores claves para su desarrollo. No obstante, como lo ilustra Durand (2006), la estabilidad no brinda plena legitimidad al gobierno y satisfacción a las comunidades académicas. La estabilidad ha estado asociada a una creciente burocratización de la vida universitaria. Además, la transparencia y la rendición de cuentas han provocado un aumento en la lentitud de los trámites, predominio de criterios administrativos sobre la academia, disminución de la confianza en la burocracia y conformismo entre los académicos.

Estas reflexiones invitan a otras sobre los procesos y las prácticas políticas en las universidades, sobre La disputa por el campus (Ordorika, 2006). Particularmente, en este periodo en que la UNAM tendrá un cambio de rector. En la siguiente etapa, a la institución le espera un movimiento de reestructuración de la actividad académica para sostener su prestigio y liderazgo. Hará falta "incluso para mantener la estabilidad política" que se modifique la forma de conducir y administrar la institución, de tal suerte que la academia se decida por la academia, que en sí es un campo de lucha.

El próximo rectorado tendrá que desarrollar una sensibilidad e instrumentos a toda prueba para satisfacer las demandas emergentes de la vida académica. La UNAM ha seguido creciendo, lo cual ha abierto una válvula de escape para la renovación generacional, y volviéndose más compleja. Hay una enorme diferenciación comunitaria, de funciones, puestos, procesos, espacios y productos que requieren ser conducidos con mayor eficiencia. Tenemos la responsabilidad de que la institución mantenga su gobernabilidad y descentralizar la toma de decisiones. Analizar la posibilidad de instaurar un modelo de gobierno federado, por así decir, en el cual los cuerpos colegiados ganen en representación y representatividad.

En el contexto social, político y cultural, de producción del conocimiento y manejo de información, será menester que la UNAM experimente ajustes a su vida académica y a su gobierno, avanzar sin perder los equilibrios que hemos logrado. Es un reto académico y político mayúsculo para el próximo rector.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter