En noviembre de 2005, al celebrarse la segunda fase de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, en Túnez, a propuesta de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) se planteó que la Asamblea General de Naciones Unidas declarara el 17 de mayo como el día de la sociedad de la información. La solicitud quedó asentada en el documento de conclusiones de la cumbre y en marzo de 2006 la Asamblea General lo adoptó, particularmente para crear conciencia de las posibilidades que el uso de internet y de otras tecnologías de la información y la comunicación pueden llevar a las sociedades y a las economías, así como de formas para superar la brecha digital (Resolución 60252).
Desde 2006 se celebró el día de la sociedad de la información (¿o más bien de internet?), en buena parte de las naciones y es ocasión, sobre todo, para reparar en la distancia que separa a quienes tienen pleno acceso a la red de quienes no.
En este año, Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, nuevamente recordó los principios que se establecieron en Túnez en 2005, de lograr una sociedad de la información incluyente, centrada en las personas y en el desarrollo, lo mismo que inclinada a atender las necesidades especiales de las personas con discapacidad y los grupos vulnerables.
El término de sociedad de la información intenta aludir al conjunto de redes implicadas en la producción, acumulación e intercambio de información a bajo costo y de forma rápida, utilizando las tecnologías disponibles, y cuyo flujo tiene una influencia importante en el ámbito económico, social, político y cultural de la misma sociedad.
Pero, al igual que ocurre con la llamada sociedad del conocimiento, dadas las asimetrías entre regiones e, incluso, en el interior de las mismas naciones, no se puede hablar en estricto sentido de una sociedad de la información si no, en todo caso, de sociedades de la información, debido a las desigualdades en el acceso.
Lo relevante es el manejo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el mundo contemporáneo. Pero, como lo recordó Ban Ki-moon, lo más importante es que el conjunto de individuos de todas las sociedades pueden consultar, crear, utilizar y compartir información y conocimientos para promover el desarrollo social y el bienestar de la población, no como un fin en sí mismo.
En México, en este año, el director de Conacyt, en representación del Ejecutivo federal, estuvo presente en la ceremonia inaugural del día de internet, nótese que no le llamaron del día de la sociedad de la información.
En su discurso, destacó que el uso de internet debe servir para alcanzar los objetivos planteados en el Plan Nacional de Desarrollo de esta administración y destacó que México avanzó 18 posiciones entre el año anterior y el actual en el Séptimo Reporte Anual de Gobierno Electrónico (pasó del lugar 68 al 50). Es decir, las páginas web del gobierno mexicano están ofreciendo mejor servicio.
El mencionado reporte es elaborado por la Universidad Brown, una institución estadunidense que realiza monitoreos desde 2001 de casi dos centenares de países sobre sus páginas web gubernamentales y con base en una docena de criterios, como accesibilidad, servicios, bases de datos, transparencia, etcétera, les asigna una posición.
Pero cabe hacer un par de aclaraciones. Una, el avance de México no es entre el año anterior y el actual, como lo dijo el titular de Conacyt, sino entre 2006 y el 2007, como lo señala el reporte, apenas está por publicarse el de este año y es el que calificaría con más propiedad esta administración. Dos, el avance es relativo porque en el reporte de 2005, México aparecía en la posición número 30 y al año siguiente descendió al 68, así que falta ver qué posición ocupará este año para tener una mejor idea.
Las TIC son un sector muy dinámico e imprevisible, pero lo que no puede soslayarse es que dos de los programas más importantes y costosos de la administración anterior que parecían responder a la inquietud de avanzar con rapidez en la sociedad de la información no fueron lo que prometieron.
Ambos programas persisten: e-México y Enciclomedia. El primero se suponía que era un programa que prácticamente conectaría a todo el país consigo mismo y con el exterior, ofrecería servicios en línea en el área de salud, educación y trámites gubernamentales, estaría presente en las localidades más remotas y habría miles de centros comunitarios digitales por todo el país. Hoy, sin embargo, escasamente se sabe de la instalación de los centros y prácticamente nada de su funcionamiento.
Con Enciclomedia el problema es más grave porque, como en estas páginas lo hemos señalado, quedó atrapado en el peor de los escenarios: ampliamente cuestionado, con recursos comprometidos, a la mitad de su puesta en marcha, con equipamiento en las aulas y sin posibilidades de dar marcha atrás o de avanzar.
Bueno, después de todo, nada mejor que recordar en el día de la sociedad de la información.
