Uno de los procesos más dinámicos en la educación superior en el ámbito mundial es la expansión de los estudios de doctorado. Como en muchos de esos procesos, el nivel de desarrollo es desigual. Junto a países que cuentan con una larga tradición, se hallan otros que recién comienzan a estructurarlos. De este modo, los estudios doctorales se han convertido en un tema relevante de investigación.
La semana pasada se llevó a cabo, en la ciudad alemana de Kassel, el tercer taller internacional del proyecto “Fuerzas y formas del cambio en la educación doctoral en el mundo”, coordinado por Maresi Nerad, de la Universidad de Washington, en Seattle. Las ediciones anteriores tuvieron lugar en Seattle (2005) y en Melbourne, Australia (2005). Esta vez la institución anfitriona fue el Centro Internacional de Investigación en Educación Superior (INCHER, por sus siglas en inglés) y contó con la participación de académicos de 20 países.
El propósito de estos tres encuentros ha sido estimular las acciones que promuevan la educación doctoral de forma innovadora y socialmente responsable; procurar una distribución más equitativa de la formación de alta calidad, y pugnar por una mayor inclusión de grupos diversos de la sociedad.
Los objetivos de esta tercera edición fueron lograr un mayor entendimiento y vislumbrar las tendencias, tensiones y mecanismos de cambio en la formación de doctores en el ámbito mundial; lograr una mejor comprensión de las políticas que influyen en la educación doctoral en una variedad de contextos nacionales e internacionales; comunicar los resultados de investigación y las recomendaciones de política de manera más efectiva a los medios de difusión y los tomadores de decisiones; crear nuevos y más sólidos contactos entre los expertos en educación doctoral; identificar de forma colaborativa los temas cruciales para el diseño de una agenda global en el tema, y planear la celebración de un congreso mundial sobre la formación de doctores.
El tema del taller fue “Potencial de las políticas de innovación e internacionalización en la formación doctoral”, y las discusiones y análisis de los participantes giraron en torno de tres grandes aspectos: la internacionalización del capital intelectual y la reducción de las desigualdades norte-sur en ese tópico; el incremento de la diversidad en todas las formas de los estudios doctorales, y el diseño de programas de doctorado que promuevan la generación de ideas novedosas, incluso intelectualmente riesgosas.
Sobre el primer aspecto, se discutieron los procesos de la llamada fuga de cerebros de los países en desarrollo a los desarrollados (para estos últimos, el fenómeno representa una ganancia de cerebros) y la dinámica actual de movilidad de estudiantes y profesores que se ha denominado circulación de talentos. Se analizaron también los factores que impulsan dicha dinámica, entre los cuales están, además de los estrictamente académicos, los económicos y políticos.
Un aspecto a destacar, en este sentido, fue que los intercambios de talento se efectúan en un contexto de enorme desigualdad en el capital intelectual en el mundo. En este mismo orden de cosas, se reconoció que existe una fuerte competencia por parte de los centros de producción y difusión del conocimiento para atraer a los estudiantes y profesores más talentosos, algunos de los cuales permanecen definitivamente en las naciones que les ofrecen mejores condiciones para el desarrollo del trabajo académico.
Para contar con un elevado nivel de conocimiento científico y tecnológico, es necesario contar con un fuerte capital intelectual, tener un robusto sector de investigación y desarrollo, y fortalecer la capacidad de las tecnologías de la información y comunicación.
En cuanto a la diversidad, éste es un aspecto que caracteriza a los sistemas educativos de naciones específicas, pero también es un tema que se relaciona con los países que reciben estudiantes de doctorado de distintas nacionalidades. La diversidad se relaciona con distintas dimensiones: edad, género, etnicidad, capacidades especiales y modalidades de estudio.
Existe una amplia variación de dichas dimensiones en los países, tanto en los que envían como en los que reciben a los futuros doctores. En algunas de las naciones más desarrolladas se observa que los estudiantes internacionales conforman una parte considerable del personal dedicado a la investigación.
También se discutió el que la información estadística sobre diversidad no es precisa debido a fallas en la recolección, y también a que en ciertos países no es pertinente preguntar sobre la condición étnica de los individuos.
Finalmente, sobre el tercer punto, la discusión giró en torno de la construcción de espacios para la toma de riesgos desde el punto de vista intelectual. Este asunto tiene que ver con la promoción del pensamiento original y con la búsqueda de innovaciones. Sin embargo, se advirtió de las diferencias de estas acciones en las diversas disciplinas. En algunas, los procedimientos son muy estructurados y dejan muy poco margen para la originalidad, a menos que sea el resultado de largos procesos de acumulación de conocimientos. En cualquier caso, se requiere un alto sentido de responsabilidad y honestidad de parte de los profesores.
A grandes rasgos, fueron éstos los tópicos abordados en este interesante taller internacional que continuará las discusiones en el futuro próximo y cuyos productos se tendrán en un libro de autoría colectiva.
