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El Inmegen y el SNI
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 342 [2009-10-22]
 

El pasado mes de septiembre se emitió la convocatoria para la elección de director del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) y aunque normativamente era posible la reelección del director en funciones, la Junta de Gobierno del instituto designó la semana anterior a quien se desempeñaba como director del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Ahora vendrá un ajuste más en los nombramientos del Conacyt y tal vez un cambio notable en el instituto.

El caso del Inmegen es ejemplo de la creación y trayectoria de un buen número de organizaciones del ámbito educativo, científico y, en general, del entramado institucional en México: un tanto improvisada y otro tanto azarosa.

Desde el inicio de la década actual, cuando se reconoció en el mundo, y en el país, la importancia de la investigación genómica para avanzar en el conocimiento terapéutico y también cuando más álgido estaba el debate sobre la clonación, en México se planteó la idea de crear un instituto que se ocupara de esta área del conocimiento.

En 2002, en el ámbito de los legisladores, la discusión inicial era si debía crearse una nueva institución que probablemente duplicaría el trabajo que ya hacían otras entidades, o más bien debía redoblarse el apoyo para aquellas que ya estaban en funciones y desarrollaban actividades de investigación sobre el genoma. Al final se aceptó que lo más conveniente sería crear una nueva institución que concentrara los diversos esfuerzos que se hacían en distintas instituciones.

Los acuerdos no fueron tersos; la disputa mayor fue el intento de regular el tipo de investigación que podía realizar el instituto. Al principio, en la iniciativa aprobada por la cámara de origen, quedaba prohibida la investigación con células troncales humanas de embriones vivos o con las obtenidas por trasplante nuclear. Era la propuesta de algunos legisladores conservadores que compartían la posición de la entonces administración Bush. Sin embargo, los senadores, la otra cámara que debía ratificar o rectificar el dictamen de creación del instituto, suprimieron la prohibición.

El instituto apenas fue aprobado en julio de 2004 y desde entonces pasó a formar parte de la docena de institutos nacionales de salud que operan en el país. Pero ese año tampoco entró en funciones, dado que no se hizo la correspondiente previsión de recursos financieros. En el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2005 sí se consideró una partida para el Inmegen, pero comenzó a proyectar su organización y sus instalaciones hasta el final de ese año.

No obstante, en 2007 la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades en la planeación y contratación de la obra que albergaría al instituto (Milenio, 27/05/09) y el caso es que a la fecha todavía no está lista su infraestructura básica. Esto es, después de cinco años, plazo suficiente para que el Inmegen estuviera afianzado y reconocido en el campo de su especialidad, carece de lo más elemental, no digamos de los avances en materia de medicina genómica. A pesar de que en mayo pasado, con gran despliegue mediático, dio a conocer un análisis de la diversidad genómica en las poblaciones mestizas mexicanas (proyecto conocido como el genoma del mexicano).

El camino parece ser ilustrativo de múltiples organizaciones que debieran consolidarse rápida y tenazmente, pero que se extravían en discusiones normativas, una escasa planeación y faltas administrativas graves. Nada menos.

Seguramente la breve y accidentada trayectoria del Inmegen en estos primeros cinco años con el director fundador, Gerardo Jiménez Sánchez, fue uno de los elementos que gravitaron para que la Junta de Gobierno, cuya presidencia ocupa el secretario de Salud, omitiera la posibilidad de ratificarlo para un segundo periodo, como lo permite el artículo 20 de la Ley de los Institutos Nacionales de Salud, y en su lugar nombrara a Xavier Soberón Mainero, quien estaba a cargo del SNI.

El ahora director del Inmegen apenas tenía poco más de un año al frente del SNI. Así que ahora habrá un nuevo ajuste en los nombramientos del organigrama de Conacyt —dado que el SNI es uno de los programas más relevantes del organismo—, el cual se sumará a los muchos que se han operado en la primera mitad de esta administración. Los ajustes han sido tanto en el ámbito de directores adjuntos como en las distintas posiciones de la jerarquía institucional. En realidad, las modificaciones han sido permanentes.

Es inevitable contrastar el SNI con el Inmegen. No solamente porque ocupará la dirección la misma persona, sino porque resulta paradójica la trayectoria de ambas instituciones. El SNI parecía un programa transitorio de apoyo a los investigadores, pero en junio pasado cumplió su primer cuarto de siglo de vida y no parece con intenciones de desaparecer. Por el contrario, el Inmegen, concentrado en la investigación, proyectado al futuro, parece tambalearse. Sí, así es el entramado organizacional en el país. Ya nos ocuparemos del SNI.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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