La sociología, y otras disciplinas sociales, no tienen explicación de su existencia en México sin la obra del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. El 11 de abril pasado, el instituto cumplió 80 años de haber sido fundado. Lo celebramos por el tiempo transcurrido, pero también por haber llegado a esta edad como un centro de investigación fuerte, consolidado y con proyección intelectual.
Los 90 investigadores que trabajamos en el instituto festejamos que a lo largo de nuestra historia hemos estado comprometidos con el quehacer científico que plantea soluciones y opciones de salida a los problemas del país. Con esa idea, que se ha vuelto una tradición, fue creado nuestro instituto. En este cumpleaños, la refrendamos porque nos abre futuro, porque queremos que nuestros trabajos, todos, contribuyan a que México salga de la crisis.
La sociología, la ciencia política, la economía, la historia, la demografía y la comunicación juegan hoy un papel de primera importancia, junto con las humanidades, para conocer y transformar nuestra realidad social. Nos sirven para crear un nuevo modelo cultural, para ejercer la reflexividad crítica, que en este momento histórico es crucial para reanimar la esfera pública e impulsar la democratización de la vida nacional.
El instituto ha pasado por varias etapas en la universidad. En sus inicios se orientó al estudio de los grupos indígenas, sus características y resistencias para incorporarse a la urbanización que se desataba en los años treinta del siglo pasado. Más adelante estuvo volcado al estudio del campesinado, la migración campo-ciudad, los obreros, los movimientos sociales de las clases medias, el significado de la irrupción de la mujer en la actividad económica, los problemas del desarrollo y el subdesarrollo y a la democracia en México. La agenda de investigación se diversificó a partir de los años sesenta con estudios sobre la población, la vida y la historia política nacional, la educación y la ciencia, entre otros muchos temas. Hoy, además, dedica esfuerzos a los estudios urbanos y regionales, actores y procesos sociales y a la cultura.
Para celebrar su aniversario, el instituto realizó un Simposio Internacional denominado “Pensar el mundo desde las ciencias sociales, hoy”. En la inauguración, la directora, doctora Rosalba Casas Guerrero, indicó que el Instituto de Investigaciones Sociales transita por una etapa de búsqueda científica que permita comprender y explicar los fenómenos sociales de nuestro tiempo, los que prevalecen en el mundo y en la sociedad mexicana, aquellos que están ligados a las desigualdades extremas que amenazan la convivencia de los seres humanos.
En el evento se trataron los problemas de la desigualdad y los de la democracia. Hubo una sesión dedicada a la universidad y el conocimiento, y tres más en las que se analizó y debatió sobre la identidad, la cultura y la multiculturalidad.
Académicos de Chile, Argentina, Venezuela, Perú, Bélgica, Francia, Suiza y Estados Unidos expusieron sus ideas. De México hicieron uso de la palabra investigadores del propio instituto y de El Colegio de México, El Colegio de la Frontera Norte, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores-Occidente. En todas las mesas estuvo lleno el auditorio de la Coordinación de Humanidades.
En el evento participó el doctor José Narro Robles, rector de la UNAM, con una conferencia magistral sobre “Las universidades ante los grandes retos del mundo y de México”. En ella señaló que el mundo de hoy se caracteriza por la existencia de muchas paradojas: avances en la ciencia, la salud y las tecnologías de la información y la comunicación, que rompen tiempo y espacio, frente a millones de personas que viven en la pobreza, la ignorancia y con enfermedades que hoy pueden ser prevenidas.
Se refirió a los problemas ancestrales que persisten y a los nuevos que se agregan, entre los cuales destacó los demográficos, la pobreza y la desigualdad, el deterioro ambiental y la pérdida de valores. Sobre estos puntos analizó y presentó información que ilustra la gravedad de los mismos.
Respecto de los problemas de México dijo que, sin negar los avances alcanzados, la situación presente requiere hacer una reflexión seria para impulsar el cambio del modelo de desarrollo. “Es el momento de diseñar estrategias de largo alcance para que el país tenga un cambio de rumbo realista y efectivo”.
Mencionó que los jóvenes han sido muy afectados por la situación de crisis y que ellos hacen fuertes críticas a la política. Indicó que los jóvenes mexicanos requieren expectativas y que es indispensable darles confianza en las instituciones, que son indispensables para el desarrollo.
Más adelante, el señor rector señaló que las paradojas y problemas del mundo y de México ponen de relieve la necesidad de las tareas que realiza la universidad, el compromiso de seguir investigando la esfera mundial y nuestra sociedad, desde las humanidades y las ciencias sociales, para entender la realidad y plantear soluciones a los problemas de hoy y de mañana.
El simposio duró tres días. Fue muy placentero convivir con colegas, amigos y con decenas de estudiantes cuya curiosidad intelectual le agregó entusiasmo al evento.
¡Larga vida al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM!
