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Universidades globales de investigación en México
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 396 [2010-12-02]
 

Somos varios los investigadores del Seminario de Educación Superior (SES) que estamos atentos a la coyuntura histórica actual que vive la educación superior en el mundo y al tema de las universidades globales de investigación (UGI). Nos parece que debemos estar presentes en este impulso intelectual y presentar nuestros puntos de vista.

Autores como Marginson, Pusser y Slaughter han insistido recientemente en la importancia de estas universidades como ejes conductores del proceso de globalización. Este último reconoce a este tipo de instituciones como aquellas que estimulan el crecimiento de una economía del conocimiento, como ámbitos cruciales para expandir el mercado a escala mundial.

Pero ¿qué es una universidad global de investigación? En la literatura no hay una definición acabada o de consenso. Sin embargo, se mencionan algunos de sus rasgos, que resumo en seguida. Podría decirse que la UGI es una noción cercana a la idea de Kerr sobre la multiversidad, que tiene muchas demandas y muchos públicos que atender. Es una institución que trata problemas globales (energía, seguridad regional, migración, derechos humanos, cambio climático, pobreza, terrorismo, democracia, ciencia, etcétera), entre otros, pero que busca tener efectividad local. Es una institución que tiene conexiones con universidades e instituciones académicas en el mundo. La UGI funciona sobre bases multidisciplinarias y no reconoce fronteras nacionales, recluta estudiantes de todas partes y promueve la colaboración académica internacional. Por tanto, es capaz de competir en el mercado mundial de la educación superior, y lo que hacen sus académicos aparece en las publicaciones internacionalmente registradas. Su organización puede tomar una forma diferente a la de la universidad tradicional.

Hay quienes consideran (Geiger) que la emergencia de este tipo de universidades representa el vuelco reciente más importante en la historia de la educación superior. Y que son parte fundacional de la supremacía de la ciencia y la innovación, bases sobre las cuales se crea la llamada sociedad del conocimiento, la sociedad red e informática. Hoy, en el mundo desarrollado, pensar la universidad y hacia dónde va es una de las discusiones más relevantes sobre el futuro de la sociedad misma. En Norteamérica y en Europa, la universidad es un tema prioritario de la agenda.

Universidades de muy alto prestigio internacional en estas dos partes del planeta se han declarado como UGI sin tener que desarraigarse. Y lo han hecho porque operan en países donde hay una gran circulación y difusión de la actividad científica y de los flujos de conocimiento. Son los países que invierten más en ciencia básica dentro de sus universidades, que captan a la gran mayoría de estudiantes que están en el extranjero, los que tienen la mayor cantidad de universidades entre las 100 más importantes del ranking de Shangai.

La emergencia y desenvolvimiento de las UGI, como se viene dando, refleja, una vez más, la enorme concentración y la muy mala distribución de recursos a escala mundial para hacer ciencia. Por tanto, cabe preguntarse si la existencia de las UGI promoverá un acceso más amplio al conocimiento y a la información o si se agrandarán los márgenes científicos, si los bienes públicos que producen beneficiarán sólo a los países desarrollados.

Escuchando los discursos académicos y leyendo la literatura actual sobre educación superior, uno se pregunta: ¿en países como el nuestro se puede tener universidades de investigación que tengan una referencia global? Sí, comenzando por quitarle a lo global su contenido americanizante en la definición de universidad. Aquí tenemos varias que cumplen con algunos de los rasgos anotados en la definición. Su participación en el ámbito mundial es crucial para insertar mejor a México en la globalización. Siguiendo a Carnoy, son ejes clave para estimular el crecimiento por el desarrollo tecnológico, para elevar el prestigio del país y para que el Estado nacional gane algún poder a escala internacional para negociar con otros Estados.

Más allá, las universidades de investigación con las que contamos pueden representar una alternativa al modelo imperante a medida que se hagan más visibles en el movimiento global, pues tienen una faceta propia. Las reconocemos como productoras de conocimiento pertinente y como proyectos culturales que pueden adquirir y transmitir localmente cultura universal y proyectar la nuestra al mundo.

Por necesidades analíticas, de aquí en adelante, tendrán que ligar lo local, lo nacional y lo global, pasado y futuro, con compromiso social y sin perder sus raíces. La investigación en estas universidades, centrada en lo local, en los problemas específicos del entorno, requerirá atender los que acarrea la globalización, al tiempo que produce conocimientos de interés para lo global. Y, de manera particular, estas universidades seguirán haciendo énfasis en que los bienes públicos que generan para toda la sociedad son materiales e inmateriales.

A nuestras universidades públicas más avanzadas en el campo de la investigación tenemos que prestarles una atención especial, porque han estado y van a estar afectadas, más que las otras, por el devenir de lo que ocurre en el mundo con la educación superior, y eso es de interés nacional.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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