Este año hemos presenciado varias iniciativas internacionales de cooperación universitaria en las que México participa. El mes pasado, como lo comentó puntualmente Carlos Pallán, tuvo lugar en la Universidad Nacional el “Encuentro Internacional de Educación Superior UNAM 2005”, cuyo nutrido programa incluyó reuniones de la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, la Red Iberoamericana de Estudios de Posgrado, la Asociación Iberoamericana de Educación a Distancia, la Unión de Universidades de América Latina, La Red Interamericana de Educación a Distancia.
Los foros de la UNAM tuvieron un resultado muy positivo. No sólo por los acuerdos alcanzados, las agendas de trabajo perfiladas, y las posibilidades de interlocución abiertas. También porque quedó en claro la capacidad de convocatoria de las autoridades universitarias para reunir a las principales agrupaciones y representantes de la región involucrados en la temática.
El Encuentro Internacional concluyó con un pronunciamiento titulado “Declaración de México”, suscrito por las organizaciones participantes. Este documento establece, entre otros puntos, la intención de contribuir al Espacio Iberoamericano de la Educación Superior e Investigación, el compromiso de desarrollar una agenda iberoamericana de la educación superior y de la investigación, así como el propósito de consolidar los acuerdos y convenios entre instituciones para avanzar en la creación e impulso de programas académicos conjuntos en las modalidades presencial, abierta, a distancia y mixta.
Los participantes se adscribieron, asimismo, a la declaración “Compartiendo la calidad de la educación superior más allá de las fronteras” que elaboró y promueve la Asociación Internacional de Universidades (AIU), de la cual el rector De la Fuente es vicepresidente. Se prevé que la “Declaración de México” sea presentada en la reunión de la AIU a finales del año en Alejandría, Egipto, como la aportación iberoamericana al proceso de la Asociación sobre el tema de la cooperación universitaria de alcance internacional.
La UNAM sacó adelante la tarea de generar un espacio de acuerdos para avanzar en la zona de la cooperación universitaria propia del ámbito iberoamericano, acción que se conecta, por un lado, con el enfoque de internacionalización promovido por la AIU y, por otro, con la dinámica de cooperación perfilada en las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno. En el mismo sentido, la “Declaración de México” establece una relación de continuidad con las conclusiones del Primer Encuentro Iberoamericano e Rectores, organizado por Universia en Sevilla el pasado mes de mayo.
Ésta, que podríamos denominar la “pista iberoamericana”, no agota el espacio de relaciones internacionales universitarias que interesa al país. Baste recordar otro encuentro, este mismo año, también orientado a la búsqueda de acuerdos para la proyección internacional de las instituciones de educación superior. Me refiero a la Segunda Reunión de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe-Unión Europea.
La Reunión se llevó a cabo en la Ciudad de México el 14 y 15 de abril de 2005, con el objetivo de hacer una evaluación de avances desde la iniciativa que crea el Espacio Común de Educación Superior ALCUE-UEALC (París, 2000). Tal iniciativa dio un primer paso con el Plan de Acción 2002-2004, aprobado en Madrid en 2002, que incluye los objetivos y áreas de trabajo convenidas por las representaciones nacionales. Estas son: comparabilidades de enseñanzas y títulos; sistemas de créditos compatibles, reconocimiento mutuo de títulos y periodos de estudio, acciones de movilidad de profesores, estudiantes, investigadores y profesionales de la gestión, articulación entre la formación y el empleo, y puesta en común de fuentes documentales.
La junta ministerial de México fue inaugurada por el presidente Fox y presidida por el secretario Tamez Guerra. La agenda de la reunión se ciñó a dos puntos: evaluación del Plan de Acción 2002-2004, y presentación del correspondiente a 2005-2006. Sobre el primer punto, el Comité de Seguimiento informó de algunas acciones, principalmente en torno a la sistematización de información hacia los objetivos de comparabilidad y homologación de créditos, el diseño del portal UEALC; a cargo de Brasil, y la puesta en marcha de la cátedra UEALC “Sociedad del Conocimiento” (FLACSO-México).
En la concepción y diseño de la iniciativa está presente el espíritu del Espacio Común de Educación Superior de la Unión Europea, lo que inevitablemente empuja la toma de decisiones en el mismo sentido en que marcha este ámbito: armonización curricular, reconocimiento de sistemas de acreditación, métodos de aseguramiento de calidad, mecanismos de movilidad, y desarrollo de tecnologías informáticas adecuadas. Por ello, el siguiente plan cuatrienal insiste en el impulso de esas líneas de desarrollo y enfatiza la necesidad de una participación más activa del lado de las instituciones universitarias.
Entre la “pista iberoamericana” y la “pista UEALC” hay numerosos puntos de contacto, pero también diferencias. La primera descansa, sobre todo, en compromisos y convenios interuniversitarios, mientras que la segunda corre del lado de los acuerdos intergubernamentales. Para la primera es fundamental la construcción de redes académicas, para la segunda, la consolidación de mecanismos de acreditación nacionales e internacionales, entre otros aspectos.
La coexistencia de varios escenarios para el despliegue de acciones de internacionalización universitaria no es desventaja, aunque lo mejor sería evitar superposiciones. Sin embargo, hay un punto fino en estas condiciones ¿están dadas las condiciones políticas para pensar en una acción coordinada entre autoridades universitaria y gubernamentales?