De acuerdo al dato censal de 2010 la población de 18 años a mediados de ese año sumaba 2,315,644 individuos. De ellos 1,150,835, es decir el 49.7 por ciento, son mujeres. El total censado incluye una estimación demográfica por el número de viviendas en que no se contestó el Censo. Los jóvenes de 18 años representan el 2.06 por ciento de la población total y cerca de dos terceras partes habitan en el conglomerado de zonas metropolitanas del país. La cifra encuestada excede la cifra estimada por el Consejo Nacional de Población para ese año. Según las proyecciones de población 2005-2010, conciliadas entre CONAPO e INEGI en 2006, los jóvenes de 18 años deberían sumar en 2010 un total de 2,076,379 individuos, esto es casi 240 mil menos de los que el censo detectó. Es muy probable que la diferencia entre la estimación y el censo obedezca a la importante desaceleración del flujo migratorio de mexicanos hacia Estados Unidos, que se ha registrado a partir de 2008.
Dicho sea de paso, se estima que de los más de 11 millones de mexicanos presentes en Estados Unidos, una cifra en torno a 150 mil jóvenes tienen precisamente 18 años. Este grupo de población, en su gran mayoría indocumentados, se distribuye en forma casi proporcional entre estudiantes, trabajadores y desocupados.
Las proyecciones CONAPO hacen disminuir la población de 18 años para 2012 en dieciocho mil individuos menos que los calculados para 2010. La estimación negativa se justifica por dos razones: primera, por el efecto agregado de disminución histórica de la natalidad en México; segunda, por la emigración. Una vez que la agencia gubernamental tenga a bien corregir las estimaciones de población y publicarlas tendremos un dato más preciso. Por ahora, grosso modo, es razonable pensar que el volumen de población de 18 años al 2012 sea prácticamente el mismo que el censado en 2010, lo que significaría un estancamiento del grupo demográfico y no necesariamente una disminución.
¿A qué se dedican?
Unos estudian, otros trabajan y otros ni lo uno ni lo otro, son “ninis”. Según datos del censo 2010, de los 2.3 millones de jóvenes de 18 años, solamente 1,054,828 declaran que asisten a la escuela, cifra que representa al 45.5 por ciento del conjunto. Del resto 1,248,877 no asisten a la escuela y 11,936 corresponde a casos no especificados.
Desglosemos el subconjunto de quienes no asisten a la escuela. Se compone, en primer lugar, de 782,843 casos que forman parte de la población económicamente activa (PEA) del país, 459,878 casos en la categoría de población no económicamente activa y 6,156 no especificados. La suma de los tres casos integra el volumen de individuos que no asisten a la escuela. Veamos al segmento de la PEA de 18 años. Se subdivide en 698,377 individuos con alguna ocupación y 84,466 desocupados. Aparentemente la tasa de desocupación abierta es baja: 3.6 por ciento con respecto a la PEA de 18 años y 11.8 por ciento con respecto al conjunto de jóvenes de la edad que no asisten a la escuela. Hay, además, un total de 88,868 jóvenes de 18 años que estudian y trabajan.
Conviene aclarar que los desocupados, según la definición oficial de la categoría, corresponden exclusivamente a individuos que cumplen tres condiciones: están sin trabajo, disponibles para trabajar, y en situación de búsqueda de trabajo. La última definición implica, operacionalmente, que son personas que declaran “haber realizado alguna acción en el período de referencia con la intención de obtener un empleo o intentar comenzar alguna actividad por cuenta propia sin haberlo logrado” (INEGI, Guía de conceptos, uso e interpretación de la estadística sobre la fuerza laboral en México, 2002).
Esto último significa que, además de la cifra de desocupación abierta, en el subconjunto de jóvenes de 18 años que no estudian, está presente una proporción muy importante de individuos que forman parte de la población no económicamente activa, no asisten a la escuela y se dedican fundamentalmente a labores domésticas en el hogar. Se trata de las 390 mil mujeres de 18 años en esta categoría estadística. Dejando a un lado la discusión sobre si este segmento forma parte o no del contingente de “ninis”, resalta el dato de que más de una tercera parte de las mujeres de 18 años se dedica exclusivamente a quehaceres del hogar. Son 369,800 mujeres, de las cuales 149,475 (40.4 por ciento) son solteras y el resto corresponde a otras situaciones conyugales.
¿Qué estudian?
Como vimos, menos de la mitad de los de 18 años está en la escuela. Son ligeramente más de un millón de jóvenes. Según el censo hay 821 mil jóvenes de 18 años que declaran asistir a la escuela y participan en la educación media superior. Aunque según las estadísticas de la SEP (formato 911-2010), de la matrícula de educación media superior sólo cuatrocientos mil y pico corresponden a esa edad específica. Es una discrepancia del doble, inexplicable. Que tienen 18 años y están inscritos en educación superior, la SEP reporta un contingente en torno a 120 mil alumnos. El resto, sean doscientos o cuatrocientos mil, según la validez del censo o de los datos de matrícula de la SEP, estarían en condiciones graves de rezago escolar. ¿Cuál es la realidad?