Como rayo en cielo sereno irrumpió, el pasado 6 de febrero, la violenta toma de instalaciones de la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los hechos ocurrieron en el marco de la conmemoración del décimo tercer aniversario del desalojo policiaco de los activistas del Consejo General de Huelga, que mantuvieron casi un año el paro de actividades en la UNAM. Ése fue el contexto, pero no el motivo.
Las causas de la acción estudiantil proceden, en cambio, de dos vertientes. La primera, el rechazo, de parte de alumnos del CCH, a las iniciativas dadas a conocer por las autoridades del Colegio para la actualización del plan de estudios en vigencia. Ésta es la vertiente académica de la protesta, a la que nos referiremos en esta entrega. La segunda, esgrimida por quienes llevaron a cabo, desde el anonimato de las capuchas, la toma del edificio, está relacionada con conflictos entre autoridades y grupos estudiantiles radicales del plantel Naucalpan del CCH. Aunque son dos asuntos distintos, está presente el riesgo de convergencia entre ambos, a menos que la autoridad universitaria consiga, con la mezcla de prudencia y firmeza requerida, fijar términos para una negociación diferenciada.
La propuesta de actualización del plan de estudios está contenida, forma parte del Plan General de Desarrollo del Colegio de Ciencias y Humanidades 2010-2014, y ha sido definida como una prioridad para alcanzar propósitos de mejora cualitativa en la formación que se imparte en esa modalidad del bachillerato universitario. El documento que contiene y explica la reforma, titulado Documento Base para la Actualización del Plan de Estudios: Doce puntos a considerar, aprobado por el Consejo Técnico del CCH, fue dado a conocer públicamente en junio del año pasado, al mismo tiempo que se instaló la Comisión Especial Examinadora para la revisión de la propuesta.
Los doce puntos fueron propuestos y analizados, durante el primer trimestre de 2012, por la Comisión de Planes y Programas de Estudio del Consejo Técnico del CCH (COMPLANES). Dicha comisión presentó a la consideración del órgano colegiado una primera propuesta que fue discutida, modificada y aprobada en las sesiones de abril del mismo año.
La docena de iniciativas contiene los siguientes puntos: 1) Modificar el perfil del egresado del CCH; 2) Actualizar los programas de estudio; 3) Formar y actualizar a los profesores; 4) Establecer como requisito durante un semestre la materia de Educación Física, en el primer año; 5) Instituir el idioma Inglés en los tres años; 6) Incorporar el idioma Francés como segunda lengua extranjera (optativa). 7) Adecuar la selección de materias y el esquema preferencial. Junto con Filosofía, se incorpora Inglés como materia obligatoria, lo que significa que los alumnos sólo podrán elegir cinco materias, de las cuales tres serán obligatorias correspondientes a su área de interés vocacional y dos serán optativas de las áreas restantes (una de cada una). Se mantiene el número de grupos y no habrá afectación laboral; 8) Establecer el horario continuo de 7:00 a 19:00 horas; 9) Implementar clases de 1:50 horas de duración; 10) Ofrecer de manera opcional recursamientos a través de cursos en línea y tutoriales con la presentación de un examen presencial; 11) Desarrollar cursos en línea para apoyar a los cursos ordinarios, remediales y propedéuticos para la licenciatura; y 12) Fortalecer el Sistema Institucional de Tutorías de la UNAM como una política educativa que impacte positivamente en el aprovechamiento escolar y en la calidad del egreso.
En paralelo a los trabajos de la COMPLANES se organizaron en el CCH los Cursos-taller de Formación para la Actualización Curricular, en donde los participante (profesores de los planteles del Colegio) formularon diversas propuestas para la actualización de los programas de estudio.
La Comisión Examinadora fue integrada por profesores electos, representantes de las cinco áreas académicas del CCH y del departamento de idiomas. Además de los representantes docentes se integraron a dicha comisión miembros del Consejo Técnico. La Examinadora recomendó, tras sesiones deliberativas, eliminar de la iniciativa los puntos referidos al horario continuo y la duración de las clases, así como revisar la propuesta de educación física obligatoria y el sistema de tutoría, dejando firmes los ocho puntos restantes.
Durante el segundo semestre de 2012, sobre todo a finales del año, en varios planteles del Colegio ocurrieron asambleas y otros eventos de debate, organizados por colectivos estudiantiles, para reclamar la ausencia de representantes de los alumnos en el proceso de modificación curricular. Un tema reiterado en esas reuniones fue el rechazo a una reforma que pudiera significar un acercamiento del modelo educativo del Colegio al enfoque curricular que se ha hecho valer en la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), es decir el currículum por competencias.
Lo cierto es que las autoridades del CCH expresaron, en su oportunidad, poca sensibilidad a los reclamos de participación de alumnos en el proceso de cambio: mal cálculo. Pero la coyuntura parece haber modificado esa postura. En la primera ronda de diálogo para recuperar las instalaciones tomadas, la representación institucional convino en postergar hasta noviembre la definición de las bases de actualización y convocar a la participación de representantes estudiantiles para su revisión.
