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El día que la UNAM suprimió el examen de admisión
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm. 587 [2014-12-04]
 

Hoy puede parecernos extraño, pero ocurrió. El 25 de noviembre de 1948 el Consejo Universitario aprobó la abolición de los exámenes para ingreso a las carreras profesionales de la institución. Así se hizo mediante la aprobación de un nuevo Reglamento General de Inscripciones que entró en vigencia el primero de diciembre de ese año y duró, con algunas modificaciones, hasta mediados de los años cincuenta.

Desde el comienzo del año la posibilidad de esta medida se había ventilado públicamente. El licenciado Luis Garrido Díaz, electo rector en junio de 1948, desarrollaba planes y acciones para brindar estabilidad a una universidad sacudida por sucesivas crisis políticas en la primera mitad de la década. Si bien la casa de estudios contaba, desde 1945, con una renovada Ley Orgánica, la nueva institucionalidad no había terminado de apagar la dinámica del conflicto. Con el compromiso del presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952) de concretar la obra de Ciudad Universitaria y aportar mayores recursos a la UNAM, la rectoría de Garrido transitaba por una mejor relación con el poder federal.

En el número de noviembre de la revista Universidad de México, órgano de comunicación social de la institución, se anunciaba: "De acuerdo con los lineamientos trazados por la Rectoría, el licenciado Juan José González Alpuche, Jefe del Departamento Escolar anunció en una junta celebrada con los directores de las Escuelas Incorporadas la próxima supresión de los exámenes de selección. Tales exámenes tenían por objeto principal evitar el congestionamiento de alumnos en las escuelas universitarias admitiendo sólo a los más capacitados: pero como la práctica demostró que este sistema no era eficaz, en breve será sustituido por otro criterio de selección, en el cual se tomarán en cuenta: a) el promedio; b) la oportunidad de la solicitud presentada por el estudiante, y c) el cupo de la escuela." (Universidad de México, noviembre de 1948).

En diciembre de 1949, el mismo órgano daba a conocer la resolución del Consejo Universitario bajo el encabezado "No más exámenes de selección". La nota acentuaba que la selección se mantendría, aunque exclusivamente con base el promedio del ciclo de estudios previo y las posibilidades de cupo de los programas.

Prácticamente el mismo tiempo se dio a conocer la decisión de las autoridades de disminuir las colegiaturas universitarias de 25 a 20 pesos de aquel entonces. Desde el inicio de su rectorado, Garrido había promedio la medida al señalar: "No creo pertinente hacer aumentos de colegiatura porque entre los universitarios hay una inmensa mayoría que no puede sufragar grandes gastos para sus estudios. La selección económica de los alumnos me parece injusta." (Universidad de México, marzo-junio de 1948).

Aparte de las consideraciones pedagógicas y sociológicas que parecían inspirar las medidas, la decisión del rector y del órgano colegiado parece encontrar fundamento en un hecho relevante: la matrícula de nivel licenciatura en la UNAM observaba, por esas fechas, una tendencia decreciente. En 1946 el número de estudiantes en carreras profesionales ascendía a 15,430, mientras que en 1948 el registro total fue de 14,460 alumnos. No sólo eso: prácticamente en toda la década de los años cuarenta, la población escolar de la UNAM se mantuvo constante, con no más de veinte mil estudiantes contando los de bachillerato y de nivel profesional.

La creación del Instituto Politécnico Nacional en 1936, así como la apertura de universidades y otras instituciones superiores en los estados durante los cuarenta, dificultaba el crecimiento de la demanda estudiantil sobre la UNAM. Agréguese que, para entonces, sólo contaba la Universidad con tres planteles de bachillerato. Como la planeación de Ciudad Universitaria suponía un cupo inicial en torno a veinticinco mil estudiantes, incrementar la población escolar era un reto básico.

Como efecto de las medidas tomadas por el gobierno universitario, el número de alumnos en careras aumentó, en un solo año, casi tres mil estudiantes, y fue cobrando impulso hasta alcanzar la cuota programada de veinticinco mil alumnos en 1955, prácticamente al inicio de las actividades regulares en el nuevo campus universitario.

El rector Garrido permaneció al frente de la Universidad hasta la inauguración de la Ciudad Universitaria en 1953. Fue reemplazado por el científico Nabor Carrillo Flores quien duraría dos cuatrienios al frente de la Universidad (1953 a 1961). Durante su gestión la población estudiantil universitaria prácticamente se duplicó. Aun así, las pruebas de admisión retornaron a la normativa institucional y ahí quedarían hasta hoy.


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