La semana pasada se cumplió el quinto aniversario del movimiento #YoSoy132. No hubo marchas ni celebraciones que trascendieran a los medios de comunicación, aunque sí varias menciones editoriales, algunas entrevistas y no mucho más. No obstante, el año próximo, en el marco de las elecciones federales, podría ocurrir una resurgimiento de algunas de las expresiones del movimiento. Por ello vale la pena repasar este cómo se originó.
El movimiento se originó como expresión de solidaridad con estudiantes de la Universidad Iberoamericana, quienes manifestaron una creativa protesta en contra del manejo de prensa que reportó la visita del candidato Enrique Peña Nieto a las instalaciones de esa universidad el 11 de mayo de 2012. Ofendieron a los estudiantes las declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell, presidente nacional del PRI quien, entrevistado al término del evento por Radio Ibero, calificó de “intolerantes”, y probablemente externos a la Universidad, a los jóvenes que abuchearon al candidato en su presentación y a la salida del acto.
La respuesta se plasmó en un video, difundido por YouTube el 14 de mayo, en el que 131 jóvenes se acreditaban como estudiantes de la UIA. Cada uno mostraba su credencial, diciendo su nombre y número de cuenta. Algunos, además, decían “somos estudiantes de la Ibero, no acarreados, no porros”. El video duraba once minutos, tiempo suficiente, sin embargo, para desatar un enorme movimiento en redes sociales.
Los primeros en organizarse fueron estudiantes de IES privadas (Ibero, ITESM, Anáhuac e ITAM), convocando a una marcha y plantón en las instalaciones de Televisa el 18 de mayo, así como a una concentración masiva en la Estela de Luz el 23. El grupo convocante original sugería difundir estas propuestas mediante los hashtags #Marcha#YoSoy132 y #YosSoy132. Fue tal éxito de la convocatoria en el circuito de redes, que horas después de su difusión la consigna “Yo soy 132” había alcanzado la primera posición en México y el mundo dentro de la lista de trending topics de Twitter.
La concentración en la Estela de Luz fue convocada en Facebook, Twitter y YouTube bajo las consignas “¿Quieres cambiar la historia de México?” y “Todos a la Estela de Luz”. El principal punto del programa fue la lectura del documento de exigencias redactado, como ya se indicó, al seno del grupo convocante. En éste se indica, en primer lugar, que el movimiento ya identificado como “#YoSoy132”, “hace del derecho a la información y del derecho a la libertad de expresión sus principales demandas.”
La protesta en Televisa repercutió en lograr una mayor visibilidad en los medios de comunicación convencionales (prensa, televisión y radio), y generó expectativas sobre la concentración del 23 de mayo. El mitin de la Estela de Luz reunió a los estudiantes de las universidades privadas con un nutrido contingente de jóvenes procedentes de instituciones públicas, en especial la UNAM, la UAM y el IPN. En esa reunión fue leída una primera “declaración y pliego petitorio”, formulado por el núcleo organizativo original.
Dicha documento, conocido como Primer Comunicado de la Coordinadora del Movimiento #YoSoy132, expresaba: “Somos un movimiento ajeno a cualquier postura partidista y constituido por ciudadanos. Como tal, no expresamos muestras de apoyo hacía ningún candidato o partido político, pero respetamos la pluralidad y diversidad de los integrantes de este movimiento. Nuestros deseos y exigencias se centran en la defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información de los mexicanos, en el entendido de que ambos elementos resultan esenciales para formar una ciudadanía consciente y participativa. Por lo mismo, promovemos un voto informado y reflexionado.” Además articulaba cinco demandas en torno a la exigencia de democratización de los medios.
1. Exigimos la instauración en todos los medios informativos (radio, televisión y medios impresos) de instrumentos que resguarden el interés social. 2. Exigimos someter a concurso producciones para los canales públicos de permisionarios en las distintas escuelas de comunicación. 3. Exigimos hacer del acceso a internet un derecho constitucional efectivo, en los términos que establece el artículo 1° de nuestra Carta Magna. 4. Exigimos abrir espacios de debate entre jóvenes, académicos y los medios de comunicación sobre las demandas aquí expuestas. 5. Exigimos garantizar la seguridad de los integrantes de este movimiento, de quienes se expresan libremente a lo largo del país y, en particular, de los periodistas que han sido alcanzados por la violencia.
Pese a la intención de remarcar su carácter ajeno a los partidos y candidatos, el movimiento fue, desde su inicio, nutrido por la inconformidad de jóvenes en contra de la opción presidencial del PRI personalizada en el candidato Enrique Peña Nieto. No sólo porque el incidente original de la protesta tuvo ese protagonismo, sino también por las preferencias políticas de la gran mayoría de los universitarios en la Ciudad de México.
Lo más importante, sin embargo, fue la idea de generar de inmediato un mecanismo de articulación entre los estudiantes que estaban participando en el movimiento. Surgió así la convocatoria para una Primera Asamblea Universitaria, realizada en la sede de la UNAM el 31 de mayo. La reunión fue exitosa. Se presentaron representantes o voceros de más de cincuenta instituciones de educación superior y debatieron en mesas de trabajo un sinnúmero de aspectos de la agenda social, política, económica, educativa y cultural del país. Aunque se fijaron acuerdos, también se tomó la prudente decisión de someter éstos a la ratificación de asambleas universitarias de base. No obstante reconocer el carácter provisional de los acuerdos de la asamblea de Ciudad Universitaria, la prensa del día siguiente enfatizó la tendencia anti Peña Nieto expresada en aquella reunión.