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Educación superior y migración de profesionales bajo USMCA
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm. 781, pp. 6-7 [2018-11-29]
 

En su campaña presidencial de 2016 Donald Trump anunció que retiraría a Estados Unidos del Trans-Pacific Partnership (TPP), y la posible cancelación de la participación estadounidense en el North American Free Trade Agreement (NAFTA). Trump cumplió lo prometido sobre el TPP y en enero de 2017 firmó la orden presidencial que retiró a Estados Unidos de las negociaciones. En cambio, en respuesta al interés comercial de varios sectores económicos estadounidenses, se convino en abrir la renegociación de NAFTA, lo que ocurrió entre agosto de 2017 y septiembre de 2018. El nuevo acuerdo, que aún falta por revisar y ratificar en los congresos de los tres países, incluye cambios importantes en materia de reglas de origen, salarios, periodos de revisión, agricultura y comercio electrónico. En cambio, los capítulos que se relacionan con los sistemas de educación superior (comercio internacional de servicios educativos y reglas migratorias para profesionales) quedaron sin modificación. Por lo tanto, en caso que el nuevo United States–Mexico–Canada Agreement (USMCA) sea ratificado, cabría esperar que los efectos que ha tenido NAFTA sobre la educación superior y la migración de profesionales, principalmente en el sistema mexicano, mantengan sus tendencias.

Migración de profesionales en NAFTA

El tratado estableció fórmulas para regular el comercio de servicios profesionales mediante la modalidad de presencia de personas físicas en el extranjero, así como la opción de inversión extranjera en el sector educativo de los países firmantes. NAFTA dedica a ello dos capítulos: el 12 referido al comercio transfronterizo de servicios, y el 16 sobre la entrada temporal de personas de negocios. Se convino que a los proveedores de servicios profesionales de otro país se les otorgara trato nacional y trato de nación más favorecida, y que se debería procurar la eliminación gradual de las restricciones cuantitativas vigentes en cada país. Además de tales principios, el tratado desarrolló una normativa para regular los servicios profesionales, descrita en el Anexo 1210.5 del documento e incluyó una lista de 63 profesiones objeto de la regulación.

En el marco del tratado, para la inmigración temporal de profesionales mexicanos y canadiense que pueden ser empleados por solicitud de empresas del sector público o el privado, el gobierno de Estados Unidos estableció una nueva categoría de visas, las denominadas Trade NAFTA (TN). Para estas visas se establecieron normas comunes para México y Canadá, pero también regulaciones específicas. Las principales diferencias son que el gobierno de Estados Unidos fijaría una cuota máxima de 5,500 visas por año en la primera década del tratado (1994-2004), a cuyo término quedaría liberada esta barrera. La segunda diferencia importante es que los profesionistas mexicanos deben tramitar y recibir su visa en los consulados estadunidenses radicados en México. Para Canadá no se fijaron esas limitaciones.

De 1997 a 2017 se emitieron 102,461 visas TN para mexicanos. Además se observa una clara tendencia de crecimiento en los últimos años: más de la mitad de esas visas (53.5 por ciento) fueron autorizadas en el periodo de 2014 a 2017. En la actualidad el número visas TN supera ampliamente al de las demás visas autorizadas para mexicanos altamente calificados. Según datos de 2017 los profesionales de México obtuvieron 15,993 visas TN; 2,322 visas H1B (para ocupaciones especiales de alta calificación); 8,945 visas J1 (para intercambio académico); y 571 visas O1 (para individuos con habilidades o logros extraordinarios). Por último, se estima que en la actualidad entre 35 mil y 40 mil profesionales mexicanos trabajan en Estados Unidos en la categoría de TN status.

En el NAFTA se fijaron, además, reglas generales para autorizar la migración de profesionales independientes. Los requisitos específicos debían ser convenidos en la Comisión de Libre Comercio del tratado, órgano integrado por los ministros de comercio de México, Estados Unidos y Canadá. En este marco se acordó que para el mutuo reconocimiento de títulos profesionales y el otorgamiento de licencias para ejercicio profesional se debía generar acuerdos entre los gremios profesionales de los tres países a fin de compatibilizar los requerimientos de ejercicio profesional e involucrar a las autoridades competentes, de los ramos educativo y laboral, para brindar un soporte institucional a los procesos de evaluación, acreditación y certificación contemplados en la norma.

En las reuniones trilaterales en que participaron colegios profesionales, autoridades educativas y gubernamentales se identificó que el obstáculo principal para lograr el libre tránsito de profesionales independientes era la ausencia de mecanismos de acreditación de programas universitarios en México. En el año 2000 se inició en México una práctica de acreditación compatible con las de Estados Unidos y Canadá. Pero a pesar de los esfuerzos que distintos gremios profesionales mexicanos han desarrollado para conseguir el objetivo de reconocimiento de diplomas y autorizaciones para el libre ejercicio profesional, los avances han sido mínimos. Únicamente los colegios de arquitectos, ingenieros y contadores han conseguido la suscripción y registro de Acuerdos de Reconocimiento Mutuo con el aval de las autoridades de los tres países del tratado.

Inversión extranjera en el mercado mexicano de educación superior

NAFTA contempló la opción de facilitar el comercio internacional de servicios educativos. México estableció dos limitaciones formales al respecto. Primera, que cualquier inversionista extranjero tendría que acogerse a las reglas de autorización que la autoridad gubernamental ha fijado para la operación de inversionistas privados en el sector educativo. Segunda, que la inversión extranjera no podría ser superior al 49 por ciento de la contraparte mexicana. El segundo requisito, sin embargo, admitía una variante: la inversión extranjera podía superar esta cuota si lo aceptaba la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, autoridad mexicana en la materia.

A partir de NAFTA algunos inversionistas estadounidenses han logrado presencia en el segmento de educación superior privada en México. El caso principal y mayoritario es la inversión del grupo Laureate International Universities. En el año 2000 el grupo Laureate, entonces Sylvan Learning Systems concretó la adquisición del 80 por ciento de la Universidad del Valle de México (UVM). Además, en 2008, tomó control de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC). En la actualidad el grupo UVM-UNITEC cuenta con una matrícula superior a 150 mil estudiantes en más de 40 campus universitarios en las principales ciudades del país, lo que representa aproximadamente el 15 por ciento del total de matrícula de universidades privadas en México y la mayor concentración de matrícula privada del país.

A menor escala otros inversionistas estadounidenses han tenido presencia en la educación superior privada de México. El grupo Vanta Education, antes Apollo Global, adquirió en 2008 la mayor parte de la propiedad de la Universidad Latina (ULA). Esta universidad cuenta con aproximadamente 40 mil estudiantes distribuidos en campus y escuelas en varias ciudades del país. Otra modalidad de inversión extranjera está representada por la Arkansas State University, que instaló en 2017 un campus en la ciudad de Querétaro, el cual tiene una capacidad de aproximadamente 5 mil estudiantes.

Perspectivas

En 2018 fue electo presidente de México un líder de izquierda, Andrés Manuel López Obrador. Su mandato iniciará el primer día de diciembre de este año y aunque aún no ha definido con claridad la política nacional en materia de inversión extranjera, se manifestó favorable al entendimiento comercial con Estados Unidos, lo que hace suponer, en una visión optimista, que la apertura comercial lograda con NAFTA y actualizada a través del USMCA se mantendrá en los mismos términos. No es descartable, sin embargo, una estrategia de mayor rigor en materia de autorización de proveedores externos de servicios de educación superior.

Del mismo modo, aunque Donald Trump celebró el entendimiento comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, tampoco es de descartarse la aplicación de reglas o criterios más rigurosos en el esquema vigente de autorización de visas para el trabajo temporal de profesionales mexicanos. Sobre todo por la visión del presidente estadounidense sobre la migración mexicana hacia Estados Unidos. Estas definiciones, en todo caso, habrán de desarrollarse en los próximos años y habrá que aguardar a conocer si el nuevo tratado se modifica o se mantiene sin cambios.


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