Un tema generalizado de preocupación y debate el mundo entero es el que concierne a la reanudación de la actividad escolar en el futuro próximo. El tema presenta varios ángulos problemáticos y no parece aceptar soluciones simples y definitivas. Una revisión de lo que está ocurriendo en distintos países hace evidente su complejidad y da cuenta de una cierta diversidad de alternativas.
En Francia e Inglaterra se tomó la decisión de apresurar el reinicio del ciclo escolar en los niveles básicos del sistema. En el caso de Francia la reapertura de las escuelas se anunció y dio inicio a partir de la primera semana de mayo. Se autorizó la reapertura de aproximadamente cuarenta mil colegios de enseñanza secundaria en aquellos departamentos identificados con el semáforo verde, lo que representa cerca de 185 mil estudiantes. No obstante, la confirmación de varios casos de contagio, así como la información sobre padres de familia afectados por el Covid, se tradujo en una nueva suspensión de actividades en no pocos establecimientos, así como en la resistencia de numerosas familias de exponer a sus hijos al riesgo de contagio. Aunque el plan de reanudación se mantiene en pie y se ha anunciado un gradual reinicio de actividades en los liceos, correspondientes al ciclo de bachillerato, se estima que acaso un 30 por ciento de los escolares de primaria y secundaria están asistiendo a clases.
Sobra decir que, en ese escenario, las críticas directas al presidente Emmanuel Macron, principal promotor de la medida, han sido abundantes y no solo del lado de la sociedad civil o la oposición política, sino también en el propio sector gubernamental. Inmediatamente después del anuncio presidencial de la fecha de reanudación escolar, más de 300 alcaldes en la región de la capital, incluso la alcaldesa de París Anne Hidalgo, llamaron a Macron en una carta abierta a aplazar la reapertura de las escuelas primarias criticando la medida de “impracticable e irreal.” (Le Monde, 4 de mayo 2020).
En Inglaterra ocurrió algo similar. El primer ministro, Boris Johnson, anunció la reapertura de las escuelas primarias a partir del primero de junio y de las escuelas secundaria desde el 15 de junio próximo. Al igual que en el caso francés, una proporción significativa de los familias decidieron simplemente no acatar el calendario. Según la encuesta realizada por la Fundación Nacional para la Investigación Educativa, menos de la mitad de los estudiantes de primaria retornaron durante mayo. Por su parte, la Asociación de Directivos de Escuelas y Colegios coincidió en que la expectativa de asistencia a clases en este mes no superará el cincuenta por ciento de la matrícula total. (National Public Radio, 1ro. junio 2020). Además, la medida gubernamental ha sido severamente criticada por organismos científicos no gubernamentales ingleses y por al menos 15 autoridades locales que se negaron a la reapertura de escuelas por no existir condiciones adecuadas para ello (Daily and Sunday Express, 22 de mayo 2020).
En España se tomó una posición de mayor prudencia. Aunque no se ha definido una fecha precisa de reinicio de los cursos presenciales, el gobierno encabezado por Pedro Sánchez comunicó, como un periodo indicativo para la posible reanudación el próximo mes de septiembre. En tanto, proseguir las actividades en línea que ya se han implementado y el plan diseñado para brindar condiciones de seguridad a estudiantes y docentes, publicado en el Boletín Oficial del Estado el 24 de abril de este año. Los gobiernos autonómicos de España han coincidido en señalar, por un lado, que la decisión de reabrir escuelas es competencia de las comunidades autónomas y no del gobierno central, y que por lo tanto adaptarán el calendario indicativo a las condiciones vigentes en las regiones considerando, al respecto, la opinión de los consejos escolares y de las asociaciones de padres de familia.
En América Latina hay también escenarios distintos. En Uruguay el presidente Luis Lacalle Puo anunció que la actividad en las escuelas del área rural y en todas aquellas que atienden niños y jóvenes de vulnerabilidad educativa y social se restablecería a partir del primero de junio; que desde el 15 de junio se reabrirán las guarderías y preescolares en todo el país salvo Montevideo, y que a más tardar el 29 de junio estarán abiertas todas las escuelas. No obstante, algunos sectores han manifestado preocupaciones, entre los que destaca el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada y otras organizaciones sociales. Por su parte, el rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, ha dejado en claro que este centro de estudios se reabrirá a la enseñanza presencial hasta que existan plenas condiciones de seguridad sanitaria.
En Colombia se proyectó un gradual reinicio de clases a partir del primero de junio, de manera que desde el primero de agosto se abra el ciclo escolar para todos los estudiantes. Sin embargo, la Federación Nacional de Directivos Docentes de Colombia, ha criticado la medida y varias organizaciones docentes están llamando a la desobediencia del mandato. En ambos casos se propone que la actividad se normalice una vez que haya terminado la epidemia y no mientras persistan riesgos.
En México, ya sabemos, se ha programado para el 10 de agosto la fecha de inicio del próximo ciclo escolar, siempre y cuando el semáforo epidemiológico esté en verde. Lo que no se sabe es si la tendencia del Covid en nuestro país hará posible esa proyección. Pero algo debería quedar en firme: mientras no termine la epidemia sería un gran error precipitar la reactivación de la actividad en las escuelas, de cualquier nivel y de todos.
