El 21 de septiembre, el grupo financiero Carlyle anunció la posible compra de una participación mayoritaria en la Universidad Latinoamericana (ULA). La operación ratifica la continuidad del proceso de transnacionalización de la inversión privada en el sector de educación superior del país. Como antecedente se recordará la adquisición, el año 2000, de la Universidad del Valle de México por el consorcio Sylvan Education, actualmente Laureate Education Inc.
Con características de empresa transnacional, Laurete es finalmente un proveedor educativo. Su negocio consiste en adquirir y conectar establecimientos universitarios en diferentes regiones del mundo. A la fecha cuenta, en propiedad parcial o completa, con 18 universidades o escuelas convencionales y cuatro universidades con oferta "on-line". Se estima que la red Laureate atiende a más de 170 mil estudiantes en todo el mundo.
En cambio, el grupo Carlyle se dedica a la integración y gestión de fondos de inversión. Sus operaciones incluyen compra de empresas de bienes y servicios, inversiones en capital de riesgo, adquisiciones inmobiliarias y operaciones financieras apalancadas. Creado en 1987, el grupo ha mantenido un perfil de crecimiento que lo coloca como líder en su clase en EUA y probablemente el mayor a nivel mundial. Se estima que, a la fecha, el valor de las inversiones de Carlyle supera los 30 mil millones de dólares.
Carlyle se define como un corporativo privado, cuya propiedad está adjudicada a un grupo de inversionistas individuales que fungen como directores-gerentes del holding. Además, el Sistema de Retiro de los Empleados Públicos de California (CalPERS) posee el 5.5 de las acciones de la empresa, mientras que las compañías y bienes adquiridos son propiedad de los "fondos" que establecen la inversión respectiva. El enfoque del grupo es global: aparte de la casa matriz de EUA, posee oficinas en 14 países, de las cuales siete en Europa, seis en Asia y una en México.
El agresivo comportamiento financiero del grupo no ha pasado desapercibidio. En 2003, el periodista Dan Briody publicó el libro El Triángulo de Hierro. El mundo secreto del Grupo Carlyle por dentro, en la editorial Wiley de Nueva Jersey. En su investigación, Briody pone al descubierto una serie de nexos políticos y militares de la empresa que, desde su punto de vista, explican el éxito de los negocios de la firma. El libro discute ampliamente los riesgos éticos y políticos del estilo de globalización financiera de Carlyle.
Briody destaca que en la nómina de Carlyle han figurado personajes prominentes del mundo político internacional, comenzando por George Bush padre, consejero del grupo hasta 2003. También es citado James Baker, secretario del Tesoro con Reagan y secretario de Estado en la administración de Bush padre, y posteriormente consejero del grupo Carlyle. John Mayor, primer ministro del Reino Unido en los años noventa y luego representante del holding en Europa, y el general Fidel Valdez Ramos, presidente de Filipinas de 1992 a 1998 y más tarde representante de Carlyle en Asia.
Aún más importante, la figura de Frank Carlucci, quien fuera secretario de Defensa del presidente Reagan y alto funcionario de la CIA en la administración Carter. Carlucci se desempeñó como presidente del grupo desde mediados de los noventa, encargándose de la red de conexiones entre el mundo de las finanzas, el medio político y la esfera militar. En 2003 fue sustituido por Louis V. Gerstner, anterior consejero en jefe de la IBM.
No sólo el bestseller de Dan Briody llevó a la escena pública los manejos del grupo Carlyle y sus controvertidas relaciones con el conflicto militar de medio-oriente en el escenario posterior al derribo de las Torres Gemelas de Nueva York. El filme Fahrenheit 9/11, del cineasta Michael Moore, exhibió asimismo las relaciones de negocios entre las familias Bush y Bin-Laden en torno a la firma.
Hay, por cierto, una relación entre Carlyle y Laureate. En 2004 el consorcio Sylvan decidió concentrar capital en su proyecto universitario y difundió la opción de venta de una de sus franquicias más importantes, los Wall Street Instutes, dedicados a la enseñanza de inglés. ¿Quién adquirió la franquicia WSI? Carlyle.
En diciembre de 2003 el holding estableció una oficina en México, al frente de la cual se contrató a Luis Téllez, secretario de Energía en el sexenio del presidente Zedillo. El movimiento hizo pensar que el interés del grupo estaría centrado en petroquímica, así como en la adquisición de parte del sector energético en la hipótesis de privatización.
La anhelada, por el capital transnacional, "desrregulación" del sector energético nacional, no ha ocurrido y es poco probable que suceda en lo que queda de este régimen. En tanto, la inversión de Carlyle se inaugura, nada menos, que con la compra de una universidad privada. La ULA es una institución universitaria con treinta años de antiguedad, cuenta con Registros de Validez Oficial (RVOE) de la SEP y está incorporada a la UNAM. Tiene dos planteles en el DF y uno más en Cuernavaca. Ofrece programas de bachillerato, licenciatura y posgrado. Su matrícula consta de aproximadamente dos mil estudiantes sin contar el bachillerato. No está acreditada por FIMPES o COPAES.
No hay información pública, pero podemos suponer que la compra parcial está por concretarse. Tampoco se conoce el monto de la oferta, pero se han especulado cifras entre 12 y15 millones de dólares. El boletín de la firma calcula que la operación se cerrará a finales del año. Se requiere autorización de la Comisión de Inversiones Extranjeras por tratarse de una participación mayoritaria ¿ya fue concedida? ¿fue notificada la SEP? ¿qué opina la comisión de educación pública del Congreso?