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Organismos especializados y el coronavirus
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 836, pp. 5 [2020-02-06]
 

A pesar de la naturalidad con la que ahora se pronuncian hechos alternativos, la subestimación que recibe la actividad científica o la facilidad para sacar a relucir otros datos, la situación de emergencia global provocada por el nuevo coronavirus (2019-nCoV), muestra la relevancia de los organismos especializados y el apocamiento de otros para intentar resolver los problemas. También destaca el imprescindible papel del conocimiento científico.

El nuevo virus aparecido en China ha puesto en alerta a todo el mundo y provocado diferentes reacciones. No es para menos. La experiencia a escala global con problemas similares en ocasiones anteriores, muestra que sin importar en qué lugar se origina la enfermedad, es un problema compartido en todo el planeta.

El temor global sobre el nuevo virus desató las más variadas especulaciones y la circulación de abundante información poco precisa. Sin embargo, fueron las cifras y la posición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ese organismo especializado de Naciones Unidas creado hace más de 70 años dedicado a la salud, las que han orientado la actuación de las diferentes naciones.

El 22 y 23 de enero, en la primera reunión del Comité de Emergencia de la OMS para determinar si declaraba una “emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII)”, con base en la información que las autoridades chinas proporcionaron en el segundo de esos días, dictaminaron que no lo era. En ese entonces, la tasa de letalidad en los casos conocidos era de 4 por ciento (17 de 557).

A la vista de la propagación del virus, el Comité de Emergencia se reunió por segunda ocasión el 30 de enero. En China, para ese día, los casos confirmados ya sumaban 7 mil 711, de los cuales 1 mil 370 eran graves, el número de fallecimientos ascendía a 170, pero otros 124 se habían recuperado y fueron dados de alta; otros 12 mil 167 estaban bajo sospecha.

Además, para ese entonces, ya se habían notificado casos en cinco regiones de la OMS en un mes y había registro de casos fuera de Wuhan (la ciudad donde se originó el brote) y de China misma. Así que el Comité de Emergencia resolvió que el brote cumplía los criterios para declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional. Aunque no hubo prohibición para viajar a China.

La misma OMS puntualizó que la declaración de ESPII debía entenderse como respaldo y agradecimiento a China, cuyas medidas habían sido transparentes. En particular, se referían que China identificó el virus rápidamente y, muy importante, compartió la secuencia genética del mismo, lo que facilita medios de diagnóstico para el resto de naciones, así como la adopción de enfoques integrales multisectoriales para impedir la propagación y medidas de salud pública (impresionó a todo mundo la construcción en diez días de un hospital en China con capacidad para atender a mil pacientes).

Después de la declaración de emergencia de la OMS, las acciones han corrido por cuenta de los países miembros. Algunas naciones decidieron evacuar a sus ciudadanos que permanecían en China, pero todos establecieron medidas preventivas.

¿Qué hizo el gobierno mexicano? En primer lugar, una campaña de información, encabezada por la Secretaría de Salud, sobre aspectos básicos del virus: síntomas, factores de riesgo, transmisión y formas de prevención. Luego, un reporte diario acerca del brote del virus en el mundo; le denominó “comunicado técnico”. Ni hechos alternativos ni otros datos; información dura.

Después, el pasado 1 de febrero, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que, con apoyo del gobierno francés, trasladó a diez personas mexicanas que se encontraban en la ciudad de Wuhan y solicitaron su traslado. No hubo mayores especificaciones.

Otra iniciativa importante fue una reunión del 2 de febrero para analizar la situación del coronavirus en Latinoamérica y el Caribe. Una reunión convocada por Esther Orozco Orozco, asesora científica de la SRE y presidida por el canciller Marcelo Ebrard, en la que participaron varios especialistas en virología de diferentes instituciones (Cinvestav, Instituto de Biotecnología de la UNAM, Sociedad Mexicana de Virología y ViroRed)

Lo sorprendente en esta coyuntura del brote epidémico es la relativa ausencia del Conacyt, precisamente el organismo nacional que concentra las capacidades científicas y tecnológicas. Solamente emitió un comunicado, a propósito de la primera reunión del comité de la OMS, pero públicamente no ha estado presente ni por la parte del conocimiento especializado y ni siquiera por la parte de becarios de posgrado en China (en 2017 sumaban 25 becarios; actualmente no se sabe cuántos son porque no existen cifras actualizadas). Notable.

Pie de página: El conflicto escala en la UNAM y su semestre escolar inicia en aguas turbulentas; la problemática demanda atención urgente. Los programas sectoriales son la guía de la Administración Pública Federal y, aunque debieron publicarse desde el pasado 13 de enero, siguen sin aparecer. ¿Ya no importan?


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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